UN LENTEJO ALEVOSO

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Por: William Calderón

Un lentejo alevoso

Carlos Trujillo, el que funge como autoridad del partido, luego de traicionar la doctrina del conservatismo colombiano que es, en su esencia, totalmente contraria al comunismo que nos gobierna, salió ‘gallo fino’, pendenciero, arrogante y poco serio en sus análisis y críticas al expresidente Andrés Pastrana Arango y Omar Yepes Alzate. Ahora Trujillo y la pandilla del Fincho Cepeda son el cambio…

Politiqueros acomodados

Al decir de estos dos politiqueros acomodados hacia la fuente de contratos de obra pública y puestos, ayudar a destruir el aparato productivo de Colombia, frenar su avance, desmejorar la situación económica y social del pueblo, atizar la lucha de clases, el enfrentamiento étnico, el irrespeto a la autoridad legítimamente constituida, golpear a la empresa más importante del país como lo es Ecopetrol, es el quehacer político que exhiben cada día en asocio de Petro, Gustavo Bolívar, antiguos miembros de las FARC y los ‘regalados’ de varios partidos.

Como recordando a Enrique Santos Disepolo y su Cambalache

En la mente de este zamacuco es lo mismo ser comunista, ateo, hacer parte de la servidumbre de la élite llamada ‘nomenklatura’ que pertenecer a un partido que se ha nutrido de la doctrina social de la iglesia, de pensadores como Santo Tomás de Aquino, sabios de la escuela de Salamanca, y todos quienes abrazaron como ideal impedir tiranías y caudillismos.

Consulten las redes

Señor Trujillo: los conservadores no nos sentimos representados ni por usted, ni por el ‘Fincho’ ni por sus conmilitones. Somos otra cosa y reivindicamos nuestra historia de la mano de tantos que ofrendaron la vida por la enseña azul y por Colombia, y desde luego, le exigimos respeto a usted por las figuras de Pastrana Arango y Yepes Alzate. Consulten las redes para que vean la reacción que produce un trino de Trujillo o del ‘Fincho’ de Barranquilla.

Un gobierno en picada

La anomia moral

En sus largos 90 días del gobierno del Pacto Histórico podemos señalar los siguientes logros: devaluación de la moneda en un 25%, pérdida de valor de las acciones de Ecopetrol en un 40%, valen un 8% menos los bonos que emitió Ecopetrol; inflación desbocada, reacción negativa en los mercados internacionales y dentro del país cuando Gustavo Petro trinó el 5 y 6 de octubre en favor del control de cambios. Se reafirma como una empresa ‘salvadora del mundo’ la obcecación y torpeza de Irene Vélez y de Belisa Ruiz, quienes quieren volvernos dependientes tanto del gas como de la gasolina de Venezuela, quitándole al país el 50% de sus ingresos… Toda una anomia moral, los delincuentes se volvieron dignos de imitar, destruyendo el mobiliario público y privado; ahora se les llena de garantías y se exige cuando la policía los captura, eventualmente, su liberación inmediata. Queda claro que para el petrismo golpear policías dentro de “una protesta social” es una acción válida y aleccionadora. Que no se respete la ley, la Constitución y el acabose de las instituciones es lo que impulsa el gobierno en estos días largos, llenos de incertidumbre, desasosiego y no futuro.

Parece que hasta el pan nuestro de cada día será gravado.

Dos figuras jóvenes

En esta legislatura hay dos jóvenes senadores que se destacan: Miguel Uribe Turbay del Centro Democrático y David Luna de Cambio Radical. Son claros en sus posiciones, hablan de manera directa con argumentos que no son fáciles de rebatir. Utilizan exitosamente los medios digitales para difundir sus tareas y no se dejan avasallar del presidente Roy Barreras, quien les cercena continuamente el tiempo de intervención. Otras voces como las de María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín Moreno, se enfrentan también con valentía a una jauría envalentonada y falta de decencia en el desencuentro.

El hombre de la butifarra y el alcalde de Cali

En contraste con estas vehementes y democráticas posiciones, surge las más deplorables y tristes, las intervenciones del hombre que salvó la butifarra, el Fincho Cepeda, dizque del Partido Conservador Colombiano… Cali a la deriva

El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, no resiste un análisis que pondere al mínimo la eficiencia, la eficacia, la transparencia en el proceder contractual y de objetivos de los que hoy dirigen esta ciudad que tuvo, en la reciente Feria Internacional del Libro de Cali, un respiro de decencia y cultura, permitiendo la unidad de todas las clases sociales alrededor del conocimiento. Intelectuales y amantes del arte y las letras, sintieron momentáneamente un reencuentro con el espíritu de una Cali que otrora fuera epicentro de talentos en la literatura, el teatro, la pintura, la escultura y el cine.

Un llamado al Contralor

Que el Contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez, llegue rápidamente al fondo de esa pútrida administración y envíe al lugar adecuado a quienes abusaron de lo público. Contrato que se analiza tiene sus ilegalidades. Ojalá comience por las famosas feria virtual y alumbrado navideño del fatídico 2020. Los caleños no creen en Jorge Iván Ospina, que ostenta en la encuesta Invamer de la semana pasada el último lugar de aceptación entre todos los mandatarios del país, con un ínfimo 21%.

Cali marchará con toda el próximo sábado 29 de octubre para protestar de fondo contra los 100 primeros días más fatídicos de los gobiernos de Colombia. Esto no puede seguir así.

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