RIDICULOMBIA

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Por: Federico Senior

Daniel Samper Ospina, en su magnífico espacio en las Redes «Circombia», llama de esa manera al país, un verdadero Circo. No pudo haber encontrado mejor «sobrenombre». Es Daniel un verdadero genio del ingenio, posee el don de decir las verdades sin exageraciones ni apasionamientos, las verdades en su verdadera dimensión, con el más fino humor negro, ese que tan solo poseen los muy inteligentes. Gracias Daniel, no me pierdo tu programa nunca.

Entrando en materia, es en verdad Colombia, la patria del ridículo, de la gente ridícula, de la gente a la que le encanta hacer el ridículo, pero no siendo conscientes de ello, no, lo hacen pensando que eso es lo que está bien, que eso es lo que corresponde para hacerse notar, para relevar; y siempre terminan siendo el hazmerreír de la concurrencia.

¿Casos?, por montones, para no alargarnos, remitámonos a lo reciente; Caso Botero: son varios los ridículos con este asunto, el más frecuente, la grandilocuencia con la que los periodistas hablan, opinan, alaban, juzgan la «inmensa obra» del pintor de lo burdo, de lo grotesco, de lo gordo feo, «el más grande pintor de la historia». Por ejemplo, le oí decir esta mañana al «humilde» Néstor Morales de Blu Radio. Pregunto, ¿qué puede saber este Señor de pintura, de arte? Esta bien que sea él el director de un medio de muy amplia audiencia, señor que se caracteriza por imponer su opinión, por demás siempre docta (según él, claro), en temas de política, de chismes, de hablachanterías, vaya y venga, que se crea él el Gurú de estas veleidades por antonomasia, está bien, pero de ahí a conceptuar con los más desmesurados epítetos la obra de un personaje que tuvo trascendencia por haber atinado a producir lo que la gente vulgar consideraba apropiado para sus mansiones, pagando valores exorbitantes por pinturas de adocenado valor, no hace más el «kaiser» Néstor, que hacer el Ridículo.

Sin abandonar a Botero, ridículo, además de macabro, tétrico, en verdad absurdo, lo que la familia del pincel está haciendo con su cadáver, es el culmen de lo estrafalario, mover un cuerpo embalsamado, inerte, que ya no es el pintor, que es un objeto relleno de algodones con formol, forrado de una piel maquillada, tétrica definición, pero es que eso es lo que es, por medio mundo, a exponerlo en cámara ardiente en el paraninfo de lo corrupto, de lo tendencioso, de la tramoya, de la coima, de la compra y venta de conciencias, como lo es el Congreso, sitio en el que depositan sus fundillos los más abominables personajes de la vida nacional, es en verdad una ofensa a la memoria del pintor, a la memoria, no a su cadáver, de su familia yo, hubiera alejado a mi pariente de esta clase de personas, para intentar limpiar el nombre de quien fue proveedor de los más connotados delincuentes del país. Ridículo al máximo, lo que hacen estos hijos de Botero.

Por otro lado, nuestra hiper famosa cantante Shakira, encumbrada a las más altas cúspides, innegable reina de la música popular, digna de encomio por lo hecho en los albores de su carrera, canciones que a pesar de lo popular aún hoy conservan vigencia, por tratarse de algo nuevo, de letras armoniosas, no muy bellas, pero si de buena rima, cantadas en un tono de voz inusual hasta el momento, es así como ella inaugura una nueva época en la música, se vuelve relevante, y es en esa época, en la que el éxito estaba fundamentada en algo de valor estético y válido en el pentagrama, en donde ella, de muy hábil manera, construye el cimiento de su éxito, ante todo del económico, innegable, se volvió Shakira una mujer rica, muy rica, eso está bien; pero a nivel de su persona, eso le ha valido de poco, diría yo, su personalidad ha denotado una muy baja autoestima, nada más si consideramos sus acentos al hablar, dependiendo del origen de su pareja de turno, como portorriqueña, con su primer amor, como argentina cuando lo del hijito del presidente y como española gracias a los piquetes de Piqué; eso habla mal de alguien, como del ex curita Linero, que ahora se las pica de español, en vez de seguir hablando como negro, así como yo, llevo cincuenta años viviendo en Bogotá y sigo hablando como costeño.

Ha abusado y de extrema manera esta Señora con el tema de su separación del Catalán, le ha importado un «pito» (muy a lo Petro), la estabilidad emocional de sus pequeños hijos, ella solo ha sabido facturar, que de igual manera opino que eso está bien, pero no «vendiendo» aunque esté mostrando mis celos y mi ira hasta por los poros, componiendo canciones (¿canciones?, serán esas horribles composiciones dignas de llamarse canciones?… pues claro que no), pero a ella solo le importa lo de la factura, y se ha ganado un montón de dólares, haciendo un inmenso ridículo, rematado con la última «canción», en la que le dice al jefe, que es un hijueputa, por favor Shaki, si tu has llegado lejos, como te vas a poner en el papel de Rodolfo Hernández, o de «Pinturita» o de Uribe con esas palabrotas, como vas a aparecer como la gran filántropa regalando colegios a infantes que al escucharte pensaran que el lenguaje apropiado es el de su benefactora, ridícula, en eso ha quedado la barranquillera, que regala colegios solo para mostrar lo buena que es con su pueblo, del que no se deja untar, eso sí, siempre hay una barrera de gorilas que la apartan de sus beneficiarios, ella muestra lo buena que es construyendo escuelas para deducirlas de renta y quedando como la Reina del desprendimiento y de los profundos sentimientos de amor por su amado populacho, Shakira, en donde quedó aquel poema de «ojos como tú…», ahora Maluma es más culto que tú, bajo, muy bajo has caído y no te cansas de hacer el ridículo.

Para rematar esta epístola, no sobra mencionar el inmenso ridículo de Gustavo Petro en Naciones Unidas, pobre hombre, lástima por él sentí, triste, verle su «tonsura» al voltearse hacia el atril y en suplicante tono decir «Ustedes dirán», por favor, estaba haciendo el ridículo, nadie quería escucharlo, a nadie le interesaba volver a oír el palabrerío retórico de sus enmarañadas teorías y su lastimero pregón invocando anuencias para que se le otorgue el papel de portaestandarte de las banderas del cambio climático; pobrecito, en verdad y anotando que lo que digo ahora no es sarcasmo, el tipo cree a pie juntillas, que él tiene la divina misión de salvar al mundo. Lo peor de todo es que el hombre tiene razón, no, el hombre tiene toda la razón, el mundo no puede seguir funcionando quemando los chorros de los combustibles fósiles o sus gases, claro que toca acabar con eso y buscar las alternativas, y debe hacerse desde ya, es claro que así es, pero de ahí, a que la solución es liquidar la industria del carbón y del petróleo y del gas, de un solo tajo, sin antes haber desarrollado su reemplazo, hundiendo al país en la más profunda crisis económica, que arrastraría a más de las cuatro quintas partes de la población a la miseria, peor aún, sumiendo a la nación en una insospechada crisis energética que apagaría la producción industrial y acabaría con el comercio y los pequeños negocios, llegando a un fondo, de donde sería muy difícil en el futuro, rescatarnos. Por ahí no es la cosa, Señor Presidente, si su teoría es reemplazar los dividendos de Ecopetrol, por los dólares que traerían los turistas, debe pensar Usted, antes de argumentar tal teoría, que esta, la industria del turismo, requiere de unas inversiones previas, enormes, la infraestructura del país, no soporta la llegada de diez o de doce millones de turistas, de esos que traen el verdadero dinero, el asunto es que hoy, toma usted la información del numero de visitantes que recibimos, y aunque su número ha ido en aumento, debe tener en cuenta que este tipo de turismo es el de la mochila, la marihuana y la prostitución barata, esa de Cartagena o de Medellín, ese es el turismo que recibimos Doctor Petro, ese que no aporta, que denigra, que incrementa el negocio del microtráfico, porque si lo que queremos es atraer al turista rico, ese tipo de personas que a Usted no le gustan, le tenemos que ofrecer, Hoteles de Lujo, Aeropuertos, carreteras, trenes de alta velocidad, oferta culinaria de muchos michelines, como lo hace Turquía, España o México, pero no puede usted hacer cálculos tomando como base los tres hoteles buenos de Cartagena, y las mojarras de a quinientos dólares, fritas en aceite rancio, cocinado en las infectas casetas de Boca Chica, por ahí, tampoco es la cosa Señor Presidente.

Fue entonces su discurso, algo en verdad ridículo, pero en demasía Doctor Petro, yo me pregunto, a donde quedó ese magistral orador del Congreso, que con maestría replicaba los insultos del cacique del Ubérrimo, que se hizo, a mí no me convence Petro, pero he de reconocerle su innegable dote oratoria, recordaba en muchos pasajes a Santofimio o a Robertico, hábiles en las lides de la lengua, donde está ese Gustavo, porque lo que hoy escuchamos es una interminable verborrea incoherente, que intenta ser poética, que pletórica de versos que no riman, intentan llevar entre sí, un mesiánico mensaje de Salvador del mundo, y con mucho, más bien con todo mi respeto, Señor Presidente, por ahí, no es la cosa.

En conclusión, no es la clase media, menos aun la clase baja, la que hace el ridículo, para nada, esa gran masa de población está repleta de gente valiosa, valiente, trabajadora, ingeniosa, recursiva, alegre, capaz, sufrida, víctima, esa gente es la que saca la cara por nuestra pobre Patria, porque si se trata de aquellos que algo de educación han tenido, peor aun de aquellos que ocupan los medios de comunicación, o de aquellos que han logrado reunir cuatro duros y quieren ser notados, se llenan de argumentos baladíes y actúan al compas de las más disonantes notas del Ridículo.

Esa es RIDICULOMBIA. ¡Qué tristeza…!

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