Ferenc Puskás fue uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia y es considerado como toda una leyenda por sus gestas con la selección de Hungría, con la que marcó más de 80 goles, y también con el Real Madrid, club con el que se paseó por los campos de Europa desplegando un fútbol artístico.
El magiar, apodado el ´cañoncito pum´, tenía un verdadero cañón en su pierna izquierda, y aunque muchas veces se le criticó por su protuberante abdomen, acostumbró al público a verle marcar verdaderos golazos, obras de arte realizadas por un maestro del balompié.
Con apenas tres meses del año transcurridos, ya se han producido alrededor del mundo varios goles que se candidatizan al premio que se entregará a fin de año al mejor gol marcado en todas las competiciones afiliadas al órgano rector del fútbol mundial.
El mundo reporta a través de las redes sociales y en otros medios audiovisuales que un jugador de la liga japonesa marcó una verdadera joya que pone a los futbolistas del mundo a trabajar duro para poder superarlo.
Thiago Santos Santana, jugador brasileño del Urawa Red Diamonds, tomó una pelota en la mitad del campo y dejó en el camino a dos rivales del FC Tokyo, y apenas cruzó la línea que divide en dos la cancha, disparó un proyectil con su pierna izquierda que perforó el ángulo derecho de la portería del club de la capital nipona.
Santos Santana se fue a celebrar su anotación con algo de incredulidad, pero después del partido tuvo la oportunidad de ver su gol una y otra vez para decir “sí, yo lo hice”, y ser candidato fijo al premio Puskás.
Aunque el resultado final fue de derrota para el Urawa Red Diamonds, el gol del brasileño quedó para la historia como uno de los más hermosos que se hayan marcado en la JLeague de Japón.
