PETRO EL SOBERBIO

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Por: Julio Enrique González Villa

Roma fue fundada por Rómulo en el año 753 a.C. A Rómulo le sucedió Numa Pompilio, “sabino de nacimiento y etrusco por carácter”. Introdujo las costumbres toscanas “de allí vinieron, si no las creó el mismo Numa, las vírgenes vestales, que custodiaban el fuego sagrado en el templo de Vesta”, de donde salió la traidora Tarpeya que abrió las puertas a los sabinos. Dícese de Numa que instituyó las “fiestas en honor del dios Término, deificando en él las lindes de los terrenos”. “Añadió los meses de Enero y Febrero, que Rómulo había omitido, empezando a contar por Marzo, en honor del dios Marte.”

Reinó después de Numa Pompilio, Tulo Hostilio, que mejoró a la plebe dándole terrenos. “Le sucedió Anco Marcio, que hizo también entre los plebeyos considerables distribuciones de tierras.”. Sucesor fue Lucio Tarquino Prisco. Luego llegó como Rey, Servio Tulio, “a quien, en el orden social y administrativo, debió Roma las más importantes reformas”. Posteriormente “Fundado en su derecho hereditario, se apoderó de la corona Tarquino El Soberbio, último Rey de Roma, y una vez dueño de ella, su voluntad fue su ley. Exterminó gran parte de los senadores; no consultó para nada el parecer de los que habían quedado; ejerció su poder de una manera odiosa, y fue lanzado del trono, arrastrando en su caída a la monarquía.” (Historia de la Legislación Romana; J. M. Antequera; Pags 39 a 43)

Con los proyectos de Ley que ha presentado el gobierno Petro que quiere acabar con el mejor sistema de salud del mundo, con la inacción frente al tema de la vulneración de los derechos de los consumidores en el caso de Viva Air, con la humillación de la policía frente a los indígenas, con el apoyo a los grupos armados al margen de la ley (Llámense narcos, combos de barrios) dentro del concepto de “Paz Total”, con la solicitud de facultades extraordinarias para hacer y deshacer, con el entrometimiento en asuntos exclusivos de otros países, permite deducir que está llevando al País a una situación de crisis tal para hacer uso de “facultades extraordinarias”.

Gustavo Petro está llevando al país a un estado de la situación tal que pareciera al de Salvador Allende antes del golpe de estado de Pinochet. En Colombia las fuerzas armadas siempre han sido respetuosas de las decisiones del pueblo en las urnas. Se mantendrán dentro de los lineamientos de la Constitución y de la Ley. Pero Petro no puede olvidarse de que este Pais es una democracia participativa y que se vienen unas elecciones regionales, de tal manera que debe comprender que el Estado se construye desde abajo, desde los municipios y los departamentos, y de que el estado centralista, que él parece no olvidar, ya no existe.

Los ciudadanos tenemos la oportunidad única de enderezar el rumbo perdido de este Pais. Antioquia, y su corazón, que es Medellín, tienen la gran responsabilidad de plantear rutas democráticas. Es a través de candidatos de coalición, dispuestos a ceder, que podremos reconstruir el tejido social democrático y participativo que estamos perdiendo. Aún estamos a tiempo. No puede desconocer Petro que los reyes en Roma tuvieron su colapso con Tarquino El Soberbio.  

Julio González Villa

Profesor Universitario

Abogado

Concejal de Medellín.

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