PATRULLA NAVAL COLOMBIANA SECCIONAL PACÍFICO – PANACOLPA –

Columnistas
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Por: Gonzalo Concha.

Cuando la Patrulla Naval Colombiana Seccional Pacífico, está cumpliendo 38 años de fundación; nuestro mayor reconocimiento, consideración, admiración y aprecio a todas las personas quienes durante todo de este tiempo, se lo han venido apostando todo a la justicia y paz social, en nuestras regiones más apartadas, aportando desde la solidaridad, sus recursos profesionales, económicos, tiempo, imaginación y creatividad, con su acompañamiento a comunidades negras e indígenas, que viven en nuestra Costa Pacífica.

Iniciando la década de los años 80, miembros del club de buceo Barracudas, procurando ser coherentes y socialmente responsables con nuestra realidad, al compartir servicios y logísticas de buceo con las comunidades asentadas en las orillas de los ríos, Aguaclara y Sabaletas y al llegar a conocer sus realidades; llegamos a la conclusión que era necesario buscar alternativas solidarias formales para contribuir con su mejor estar y desarrollo.

Para ser justos en este reconocimiento, se merece un capítulo especial para el Club de buceo Barracudas, por participar sus miembros desde sus especialidades y por sumar a sus actividades deportivas recreativas un compromiso de responsabilidad social recreativa; si bien fueron 25 años de ir haciendo, aprendiendo y entendiendo a las comunidades del Pacífico, mayoritariamente negras e indígenas, significando para Colombia, un punto de inflexión en Justicia y Paz Social.

Igualmente y procurando complementar las ejemplares acciones de la Patrulla Aérea del Pacífico, fue por lo que el 22 de junio de 1985 se funda en la Escuela Militar de Aviación – Marco Fidel Suárez, la Patrulla Naval Colombiana Seccional Pacífico, con militares y civiles, todos amigos y compañeros vinculados al sector solidario y buceo recreativo, con quienes compartíamos además actividades de seguridad; supervivencia; y de búsqueda y rescate; pretendiendo lograr conformar más adelante la Seccional Atlántico y Caribe.
Fue de fundamental importancia el decidido e irrestricto apoyo de la Armada Nacional – Batallón de Infantería Marina, Buenaventura – que como socio estratégico viene haciendo posible el éxito de este compromiso, uniendo recursos, esfuerzos y voluntades desde todos nuestros puntos cardinales.

Programa 100 niños del Pacífico

Entre tantos proyectos adelantados, bien vale la pena destacar y reconocer el programa “100 niños del Pacifico” gracias al acompañamiento solidario integral, de la Hacienda Ukrania – José Vicente Irurita y Arroz Blanquita – José Manuel Suso – gracias al cual fue posible apoyar durante todo su embarazo a 100 niñas madres – 13 y 16 años – con seguimiento médico y suplementos alimenticios – panela y arroz – y posteriormente entregarles a sus bebes una” Cuna de Moisés” bañera de plástico con ropas e implementos de aseo, gracias a la solidaridad de Amparo González de Arango y sus compañeras del equipo amigas tejedoras.
Todas estas 100 niñas madres, fueron acompañadas por Profamilia, con la asesoría y ruta de atención disponible en Cali y Buenaventura, en procura de que conocieran todos sus derechos reproductivos y opciones de protección.

Entre las comunidades mayormente apoyadas, tenemos:

Zona 1: Antigua vía a Buenaventura – Aguaclara, Sabaletas, Limones, Guamía, San Marcos y Llano Bajo.
Zona 2: Vía Férrea – Córdoba, San Cipriano, Citronela,
Zona 2: Vía Málaga – Villa Estela, La Brea, K9 El Crucero, Bajo Calima, Las Brisas y San Isidro.
Zona 3: Río Calima – La Esperanza, San Isidro, Ceibito, Trojitas.
Zona 3: Río San Juan – Malaguita, Cuellar y Cabeceras.
Zona 4: Mar – Punta Soldado, Juanchaco, Isla Plata, el Choncho, Guarín, Coredó y Juradó Chocó.

Servicios profesionales en salud, saneamiento básico, educación, recreación y organización comunitaria, son posibles gracias a profesionales que voluntariamente se desplazan a prestar sus servicios en tan apartadas zonas de nuestro territorio, durante sus días de descanso y vacaciones.

Refugios multipropósito en las comunidades de la Brea y las Brisas.

Como proyecto de profundo contenido, impacto social y utilidad comunitaria; por iniciativa de los compañeros Daniel Quijano R y su esposa Olga Helena Patiño, conocedores de las realidades sociales de las comunidades del Pacífico, coordinaron desde la “Fundación Sonreír” “Jairo Muñoz”, la construcción de dos (2) refugios multipropósito, para los niños de las comunidades de La Brea – vía al Bajo Calima y Las Brisas – vía a Málaga -. Para lograr este propósito Ellos, motivaron y comprometieron a empresarios y amigos, en la recaudación de los fondos.

En el 2006 muy motivados por tan positiva respuesta, pero aún cortos de dinero, se contó con el apoyo de la actriz Amparo Grisales, para realizar una obra en el Teatro Municipal y recaudar los fondos restantes; dando así marcha a las obras, con las comunidades de acuerdo; aportando los terrenos correspondientes; así como comprometidas con su mantenimiento, con una adecuada y debida utilización.

Para tan ejemplarizante iniciativa y procurando efecto de réplica, el diseño y construcción se ajustó al clima y a sus costumbres, por lo que se utilizaron materiales pertinentes, decidiéndose que fueran refugios en guadua (Guadua, el acero de los pobres) de dos niveles, con espacios para sala de juegos, enfermería, biblioteca y servicios sanitarios.
Como anillo al dedo se contó con un profesional mayormente reconocido por su trabajo con guadua: el Ingeniero Ovidio Agudelo, quien asumió el reto y formalizando los documentos correspondientes, con el compromiso de contratar para oficios no especializados con personal de cada comunidad.

Con el éxito esperado, esta realidad se cristalizó y entregó en tiempo y modo en un evento especial a sus respectivas comunidades con el compromiso de utilizarlas adecuadamente y hacerles el mantenimiento requerido, el que fue establecido y enseñado por el arquitecto.
Durante todo este proyecto la Patrulla Naval, participó como veedora; así como en la motivación, coordinación y seguimiento.
Los dineros siempre fueron ejemplar y debidamente manejados por la familia Quijano Patiño, hasta el último día, cuando en el Hotel Estación de Buenaventura, se presentó el balance, se dieron los créditos correspondientes y los merecidos reconocimientos, formalizando así la entrega de los dos (2) refugios en completo estado de funcionamiento. Gracias Daniel y Olga Helena.

En la adecuación final de los refugios, la Patrulla aportó juegos y libros.

Agradecimientos generales por todos estos 38 años de solidaridad.
Finalmente, y no por esto menos importante; para la Patrulla Naval, lograr tan invaluables resultados, no fuera posible sin el irrestricto apoyo de la Armada Nacional; Fuerza Aérea; Policía Nacional; Club Barracudas; Zoológico de Cali; Empresa Privada; Fundaciones; Universidades; Asociaciones y conciudadanos en general, por seguir apostándole a una Colombia, cada día más justa, próspera y en paz.

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