¿Otra vez se revive el debate sobre el voto electrónico?

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Por: Guillermo Mejía Mejía

Cuando parecía que, en el debate sobre el nuevo Código Electoral, el tema del voto en pantallas y el escrutinio electrónico, en la comisión Primera del Senado, había sido sepultado, nuevamente el senador Carlos Fernando Motoa lo revive con unos argumentos muy poco convincentes:

“Es hora de perder la fobia a la tecnología por parte de los colombianos. Estamos retrocediendo en lo que hace 19 años el Congreso aprobó que fue una ley para implementar el voto electrónico que luego se postergó”.

Si nos atenemos a lo estrictamente jurídico, esta discusión en el Congreso sobra porque el artículo 258 de la Constitución dice que se podrá implementar el voto electrónico para lograr agilidad y transparencia en todas las votaciones. Esto que era una mera posibilidad, se volvió obligatoria con la expedición de la ley 894 de 2.004, ley cuya iniciativa no partió del gobierno ni de la organización electoral sino del senador Samuel Moreno Rojas y fue aprobada en el Congreso luego del intenso lobby que hizo la firma Smarmatic de Venezuela, creada a instancias del presidente Hugo Chávez, que instaló unas máquinas descrestadoras en el Capitolio y los congresistas de la época creyeron que con estos aparatos desaparecerían todas las falencias de nuestro sistema electoral.

Luego se expidió la ley 1475 de 2.011 que, en su artículo 39, también volvió obligatorio el voto electrónico y, es más, en el artículo 40 de esa misma ley se creó una comisión integrada por el Registrador y los ministros del Interior, Hacienda, de las Tecnologías de la Información, el director de Planeación, dos magistrados del CNE y un delegado de cada partido con personería jurídica. Esa comisión se reunió y, para junio de 2.013, ya había hecho un análisis de las propuestas presentadas por las firmas especializadas en votaciones electrónicas, las cuales se resumieron en el boletín emitido en ese mismo mes, que se encuentra en poder de la Registraduría Nacional y, además, es público.

O sea que, en otras palabras, el problema no es constitucional ni legal porque las normas consagran la obligatoriedad de su implementación y la comisión informó cuáles son las tecnologías existentes en el mundo. El problema sencillamente está en el Ministerio de Hacienda que no ha dispuesto los recursos para comprar el software y las más de 112.000 pantallas que reemplazarían las mesas donde actualmente se vota en papel. Pero luego viene el otro problema que es el almacenamiento de esas pantallas durante los 19 meses que separan las elecciones de Congreso y las de autoridades territoriales, su transporte, vigilancia y mantenimiento. Y obviamente su rápida obsolescencia.

Algunos creen que la tecnología que permite que la máquina de votación imprima el voto, dizque da mucha seguridad, pero olvidan que el aparato electrónico perfectamente se puede programar para que grabe más o menos votos como cuando uno le da la orden a la impresora que le tire uno o varios ejemplares del documento.

El otro problema es que medio país está desconectado de internet. Según la encuesta de Tecnologías de la Información, revelada por el Dane para el 2.021, solo el 60.5% del país tiene acceso a internet.

De acuerdo con la firma de consultoría en ciberseguridad NSIT SAS, 10 instituciones de Colombia, oficiales y privadas, fueron hackeadas en el 2.022 en Colombia y las menciona:

Caracol TV, Viva Air, Salud Total, Universidad Javeriana, Claro Colombia, Invima, EPM, Sánitas, Fiscalía General de la Nación y Gobierno del Putumayo.

El problema del voto electrónico no está en el Congreso sino en el gobierno que debe disponer de los recursos para que la Registraduría Nacional abra la licitación, que es lo que ha querido el Registrador desde un comienzo, y el país entero entre en la zozobra que sería una posible elección, en segunda vuelta, de un presidente de la República, entre dos candidatos muy cercanos en votos y la organización electoral en manos de los hackers.

Cuando paises como Finlandia, Irlanda, Holanda y Alemania, entre otros, se devolvieron del voto electrónico y regresaron al papel, Colombia se prepara para dar semejante salto al vacío. 

Recordemos la frase que se le atribuye a Bill Gates: “Para lo último que se debe utilizar la informática es para unas elecciones”. 

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