Por: Rodrigo Villalba Mosquera
Con las declaraciones del presidente del grupo de energía Bogotá, en su interés de compra por la electrificadora del Huila, que coincide con la onda privatizadora de estas empresas, se generó en la región un ruido grande. Bienvenido el debate; ¿es momento de las privatizaciones o la oportunidad de un holding empresarial público de energía alrededor de la Región Administrativa y de Planeación Especial, RAP-E, a la cual pertenece el Huila?. Para hacer parte del holding no se requiere de la enajenación de los activos de Electrohuila. No insistamos en privatizaciones y menos en el gobierno Petro, que es más estatista; las empresas de servicios públicos deben estar en cabeza del Estado para regular si es necesario, garantizado tarifas asequibles de los servicios básicos, evitando caer en el especulativo sistema de precios en cabeza de terceros.
Cerremos filas para que Electrohuila se mantenga en cabeza del Estado, o por lo menos su mayoría accionaria. Hoy la Nación tiene el 83% y la gobernación un paquete accionario cercano al 15%. Lo “impajaritable” es la búsqueda de una la decisión conciliadora para resolver la demanda que el Departamento instauró para que sea reconocida la inversión que ha hecho en redes de expansión a lo largo y ancho de la región, acción legal que incoé cuando fui gobernador, que está en curso y que el actual mandatario Luis Enrique Dussán ha estado pendiente para que prospere y se reconozca un paquete accionario adicional al departamento, punto de donde debemos partir.
Otro aspecto, es que la electrificadora del Huila debe jugar un rol importante y definir un plan estratégico de corto, medio y largo plazo en donde la empresa sea competitiva comercialmente que le permita buenos precios a las tarifas. No podemos aceptar lo que está ocurriendo en el país, los hogares sienten temor de abrir los recibos del servicio de energía por los impredecibles incrementos mes a mes. Dentro del plan estratégico donde se incluye el proyecto de la construcción de la granja de energía solar, debe ser mucho más agresivo en esta materia para hacer parte del proceso de integración de la cadena de energía renovable donde en el mediano plazo se pueda contemplar una planta de producción de energía renovable y limpia a partir de energía solar fotovoltaica, que de verdad ayude a diversificar la producción energética y aliviar la dependencia de la energía hidroeléctrica.
Además de buscar competitividad, la electrificadora, manteniendo el sentido de pertenencia con la región debe ser visionaria apostarle a los nuevos mercados de la energía del futuro. Esto último, ayudaría al propósito del gobierno Nacional de transición energética, que como estamos viendo la crucial situación económica, debe ser muy gradual y a largo plazo.