En la mañana del pasado miércoles 10 de mayo, retonaron a Colombia un total de 209 migrantes desde Estados Unidos, como parte de un plan piloto relacionado con el día de la madre, así lo dio a conocer la Defensoría del Pueblo.
En el vuelo que llegó al Aeropuerto Internacional El Dorado, luego de llevarse a cabo una mesa de negociación entre las entidades nacionales y las autoridades norteamericanas, venían 71 familias integradas por 107 adultos y 102 niñas, niños y adolescentes.
Pese a que el retorno contó con el acompañamiento de un equipo de profesionales de la Delegación para los Derechos de la Población en Movilidad Humana, la Regional Bogotá y la Oficina de Asuntos Internacionales, varios migrantes entregaron crudos testimonios hace algunas horas, respecto a los malos tratos que recibieron por parte de las autoridades estadounidenses.
Según varios relatos revelados por el diario El País, decenas de migrantes tuvieron que sufrir precarias condiciones antes de arribar a Colombia. “El primer día que llegamos nos bañaron, después de ese día no nos volvieron a dejar bañar, duramos 11 días sin bañarnos, sin nada, no nos daban calzoncillos. Los calzoncillos de los hombres eran como unas tangas de mujeres, eso era lo que les daban. Donde nos metían, nos vigilaban las 24 horas”, narró uno de los ciudadanos deportados que prefirió no revelar su identidad.
El hombre comentó además que no contentos con los abusos, los amarraron y encadenaron como animales para trasladarlos hasta Bogotá, todo esto en frente de sus hijos, como si fueran los peores criminales.
“Nos esperaban, eran unas cadenas y unas esposas, y nos amarraron como unos perros, y nos metieron a un bus, todos encadenados delante de los hijos de nosotros, y así nos montaron al avión, y así nos trajeron hasta Bogotá, amarrados de la cintura a los pies y de la cintura a las manos, que no podíamos hacer nada”, dijo el hombre.
Por otra parte, una periodista de CityTv obtuvo otros crudos relatos que dan cuenta de los malos tratos que tuvieron que vivir estas personas que se fueron al país norteamericano en busca de mejores oportunidades.
«Ellos nos reciben y nos encierran y empieza nuestro calvario. Somos como presos allá, todo es como ellos nos quieran tratar. Lo primero que hacían era encerrarnos día y noche. Yo estuve enferma (…) Nos tuvieron encerrados diez días», manifestó una mujer, quien protegió su identidad por miedo a represalias.
Adicionalmente, la migrante confesó que las mujeres recibían los peores tratos, pues las gritaban, las humillaban y casi no les daban de comer. «Nos tenían solo con papas, agua y manzana. A veces nos llevaban pan negro. Frijol envuelto en una arepa, pero estaba dañado, nos hacía dar dolor de estómago. La droga que me dieron me produjo mucho vómito», puntualizó.
Pero uno de los peores momentos que vivió fue cuando abordaron el avión y tuvo que ver cómo esposaban a sus dos hijos menores de edad. “A mi esposo lo golpearon. Lo cogieron entre cinco y lo bajaron del avión. A mi hijo de 16 lo arrastraron, a mi hija la golpean y le sacan el aire. A mi nieto de 6 años lo empujaron. A mi hija entre 4 le pegaron», señaló.
Lo más indignante del caso es que cuando llegaron a Bogotá ella intentó huir para que la vieran esposada y encadenada pero se lo impidieron a toda costa. “Me cogieron del cuello y me quitaron las cadenas. Pero donde yo logre salir así, el Estado colombiano se da cuenta de todo. Estados Unidos nos trató horrible», concluyó.
Frente a estas denuncias, Migración Colombia atendió los requerimientos de cada uno de los deportados y manifestó que se pondrán al frente del caso. “Nuestros colombianos son importantes, las personas que son deportadas o retornadas al país, y esto lo estamos confirmando con que hoy en día recibimos ocho vuelos semanales, cuando en gobiernos anteriores no se recibía más de un vuelo al mes”, expresó Fernando García, director de Migración Colombia.
Fuente consultada: Colombia.com
