LA CARTA DE RODOLFO CORREA

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Por: Orlando Arenas Tamayo

Rodolfo Correa, candidato a la alcaldía de Medellín, ha enviado una carta a los demás postulados invitando a la unión con el propósito de enfrentar con éxito la campaña de Federico Gutiérrez, dejando al leerla, cierto malestar por las razones que expone a la consideración pública.

La carta sugiere la unión, según expresa, para evitar que la extrema derecha y la vieja política gobiernen la ciudad, como si la izquierda y la nueva política lo  estuvieran haciendo bien, afirmando que Federico encabeza las encuestas, no por sus méritos, sino por “nuestra desunión”, palabras suyas y los invita con todo respeto a buscar mecanismos para unir las fuerzas y “darle a Medellín una alternativa distinta al (sic) de la politiquería y corrupción que representa Federico Gutiérrez”, de nuevo son sus palabras. Afirma que ya este candidato gobernó sin ningún aporte a la ciudad y que gobernantes así deberían ser enjuiciados por corruptos, con otra inexactitud la de adscribir a Federico en la extrema derecha.

Afirmar que Fico lidera las encuestas, no por sus méritos, como lo afirma Correa, no es francamente la verdad y Rodolfo, a quien he considerado un gran líder y una promesa de Antioquia, debiera buscar argumentos mejores para pretender bajarlo, pero se equivoca con las herramientas de combate, desconociendo el gran líder político que es FICO, quien renuncia por ahora a continuar ascendiendo en la escala nacional y regresa al patio paterno a pelear de nuevo la alcaldía y esto le genera costos al debatir con líderes que necesitará más adelante, pero ya en esta realidad, no es buen argumento  menospreciar a quien la opinión pública ya destacó y la nación y el departamento lo necesitan para el reemplazo dirigencial de representar la región antioqueña. Un 63% de favorabilidad es francamente una cifra muy difícil destruir.

La propuesta de Rodolfo, es loable en cualquier candidato, pero la convocatoria suena más a una barrera contra la “derecha”, de Federico y otros candidatos afines, más a una cuenta por cobrar por razones revanchistas como el recuerdo de su campaña buscando imponer en su anterior alcaldía, a Santiago Gómez, para sucederlo, enterrando las aspiraciones de Alfredo Ramos Maya y permitiendo el triunfo de Daniel Quintero, el alcalde que más tropiezos le ha causado a la clase dirigente antioqueña en muchos años.  No parece inocente esta propuesta, de parte de un candidato experimentado como Correa, pues radicaliza la campaña de Medellín y quiere confrontar los dos bandos ideológicos, cerrando las posibilidades de las posiciones políticas de centro, tan provechosas en muchas de las veces, como el propio caso de Fico.

La profusión de candidatos no es solo una coyuntura y puede ser una estrategia planteada desde la fragmentación de los partidos políticos, manipulada ahora por Quintero y  Petro para desbaratar las propuestas de quienes no representan el estilo que se quiere imponer, Quintero armado hasta los dientes con el dinero de la corrupción de su gestión, se afirma que tiene más de 8 billones para imponer a un candidato, cualquiera, que les signifique derrotar a la franja tradicional (todos los partidos), y Petro, con todo el poder del Estado, amo, señor y dueño de toda una maquinaria para defender con Quintero estas propuestas, aunque el desgaste de este gobierno, en el plano nacional y municipal ha hecho exclamar a un gran dirigente antioqueño que “tienen más enemigos que plata” y en estas condiciones es difícil que puedan lograr algo en Medellín y Antioquia. Además, parece que Corredor está muy distanciado de Quintero por haberle incumplido la palabra y haber dejado que Diana de Quintero se hubiese impuesto con Upegui su candidato y según parece, familiar, con lo que queda dividida la izquierda y Fico está requeteasegurado.

No obstante lo anterior, Federico, aún con el alto porcentaje de favorabilidad, debe trabajar intensamente recordando otras elecciones en las que ganaron verdaderos palos, como dice la gente, porque se descuidaron algunos que la creyeron ganada y en este caso no se debe subestimar a un Albert Corredor o a Juan C. Upegui porque en política los espantos salen a medio día.

Tienen plata para lo que sea, adoptando otros candidatos, inyectándoles dinero para permearlos, lo más fácil del mundo en este modelo de mercantilismo y blandenguería que estamos viviendo, cuando se dispone de recursos para comprar el alma al diablo.  Mejor dicho, ninguna candidatura debe dormirse y menos en tiempos como los actuales en el que las redes pueden hacer viral un fenómeno y enfocarlo en contra de una tendencia o una campaña, destrozándola.

La desunión de los sectores sociales antioqueños es el caldo de cultivo que nos permite advertir de estar en guardia y trabajar sin descanso para que Medellín descanse de esta negra noche que le correspondió vivir por haberse equivocado con Quintero, aunque Rodolfo Correa no es tan categórico en el rechazo al alcalde, con el récord de peor alcalde de la historia.

Desafortunada carta, la de Rodolfo, sin altura y sin propuesta diferente a la de un “todos contra Fico”, como razón electoral que muchos medellinenses rechazarán para no volver a colocar en riesgo a la ciudad, pensando que no es tiempo de malas propuestas.

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