Son 45 las víctimas del conflicto armado y 15 ofensores se están formando en las Escuelas del Perdón.
190 personas se han beneficiado de las ESPERE en sus tres ediciones desde 2019.
Como un espacio formativo que busca fortalecer las capacidades para la paz y la reconciliación entre víctimas y responsables del conflicto armado, se puso en marcha la tercera edición de las Escuelas del Perdón y la Reconciliación.
Cuentan, por primera vez, con la participación de los responsables del conflicto armado, algunos de ellos comparecientes ante la JEP, ex miembros de la fuerza pública, quienes compartirán serán quiénes compartirán espacios con las víctimas para buscar escenarios de restauración emocional, desarrollar habilidades sociales vitales para el ejercicio de la ciudadanía y así transformar la memoria de los hechos victimizantes.
Esta apuesta genera verdaderos espacios de encuentro entre quienes participaron en el conflicto y crea posibles escenarios de reconciliación entre estas dos poblaciones, de cara a los procesos judiciales que puedan surgir en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“La comunidad, víctimas y responsables han recibido de muy buena manera esta iniciativa que, seguramente, contribuirá a preparar a cada una de estas personas, no solo para sus proyectos de vida, sino para afrontar cada una de las situaciones que deban vivir en el marco de los procesos judiciales que se avecinan con la JEP”, dijo el subsecretario de Justicia Restaurativa, Iván Palomino.
En esta edición de las Escuelas del Perdón y la Reconciliación, que va hasta el mes de diciembre, se están formando 60 personas, 45 de ellas fueron víctimas del conflicto armado y 15 ofensores, quienes trabajan de la mano impulsando el liderazgo y la promoción de ejercicios de reconciliación y convivencia.
El territorio priorizado para desarrollar estas escuelas es la comuna 3- Manrique, en aras de fortalecer el acuerdo firmado, recientemente, entre la Alcaldía de Medellín y la JEP para promover iniciativas de justicia restaurativa en los sectores de la ciudad que más lo requieren.
Los encuentros se desarrollan a través de 12 módulos de formación en los que se realizan, mayoritariamente, ejercicios vivenciales que permiten la generación de empatía entre los asistentes, la creación de lazos de buen compañerismo y amistad, comprender el sentido de reconciliarse a partir de la sanación personal de ambas partes, el establecimiento de la verdad, el replanteamiento del castigo, el ejercicio de una comunicación afectiva, la superación del conflicto, el cuidado del otro y la implementación de un modelo de justicia restaurativa.
Todo esto permite que los asistentes puedan revisar y reestructurar algunos conceptos, comportamientos y actitudes personales para comprender lo importante de la implementación de prácticas restaurativas en su cotidianidad y el cambio del paradigma punitivo que se tiene culturalmente de la justicia.
