El Gobierno de Petrotski

Columnistas
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Por: Federico Senior

León Trotski, judío, revolucionario ruso, fundador del Ejército soviético, peleó con el sátrapa Stalin y huyo a México, donde lo asesinaron en 1940. Allí, en México, fundo la Cuarta Internacional e institucionalizó la Revolución Trotskista, conocida de igual manera como la Revolución Permanente.

En eso consiste el Trotskismo, en mantener a la sociedad en un estado perenne de revolución, de inestabilidad, de insatisfacción, es decir, por más que el gobierno al que se opone, ceda a sus pretensiones, el pueblo siempre estará en pie de lucha, no se estará satisfecho nunca.

El presidente Petro, bien sabe usar este método, cruel, aplastante, peligroso y de manera absoluta dañino para la economía. Al revés del Trotskismo, Petro no es opositor, él funge como Estado hoy en día, pero, a él no le interesa en absoluto ser un líder programático, alguien que, con un Plan bien pensado, ponderado, inteligente y viable, conduzca a la Sociedad a un plano superior de desarrollo en donde sean relevantes y por ende atendidas las necesidades del pueblo, de todo el pueblo, de las clases pobres, de la clase media, de los emprendedores, de los comerciantes ilegales, de los empresarios grandes y pequeños, de la sociedad toda.

Aplicando la filosofía de Don León, Petro lo logra con desconcertante rigurosidad, a pesar de que es él el jefe de estado, su estrategia es la de hacer que sean la Sociedad Civil, la Institucionalidad, el Establecimiento y sobre todo el Empresariado, los enemigos, a ellos hay que atormentar, a ellos hay que licuarles el piso, generar a diario todo tipo de incertidumbres, hacerles ver que no hay marco jurídico estable y menos aún válido, se trata, mediante el uso del poder, de desestabilizarlo todo, de que de única manera sea el Gobierno el gestor de todo, el garante, el proveedor, el solucionador, el pacificador y, lo peor de todo el empresario.

Y es ahí, donde la burra tumba a Genaro, cuando a base de propuestas locas, muchas veces estúpidas (El tren desde Buenaventura hasta Barranquilla, de paso tema del que no volvió a hablar el hoy presidente), de declaraciones absurdas, con cifras locas (diez mil billones, imagínense: 10.000.000.000.000.000, esa es la cifra de la que habla la fulgurante ministra de minas y energía), ella es un muy buen ejemplo de lo que es el Petrotskismo, plantear proyectos estúpidos, irrealizables, irreales, todo con el único fin de crear inestabilidad, de alborotar las aguas y ahí si como dice el dicho “en río revuelto, ganancia de pescadores”.

Buen ejemplo es, recordar los mega proyectos del sátrapa de Fidel Castro, que fueron muchos, que no funcionó ninguno, recuerdo algunos, como el de cosechar las famosas diez millones de toneladas de caña, o la brillantísima idea de criar gansos bajo las líneas de transmisión eléctricas de alta tensión, dizque porque el campo magnético, hacía crecer de manera rápida a los animalitos, y así, Cuba sería el gran exportador de gansos, para que los fabricantes de “fois grás” franceses pudieran comprar los hígados de los pajarracos a muy bajo precio, no duro mucho el proyecto, los pobres animalitos caían electrocutados al tocar las bases de las torres, todo fue un desastre y Cuba jamás pudo exportar ni un solo ganso, ni uno solo.

Así es el ideario Petrotskista, proyectos locos, o irrealizables, o románticos, o de manera definitiva, estúpidos, pero es que, repito, así es el ideario, recordemos nada más el triste y muy censurable (y por ahora impune) capítulo de los carros recolectores de basura de Bogotá, cuando Don Gustavo era su Alcalde, él, en su febril mente, supuso, que comprando un montón de camiones de basura de segunda mano en Miami, iba a resolver el problema que él había creado quitándole la concesión a los particulares que se habían encargado de los desechos capitalinos durante años, fue la hecatombe, casi se genera una epidemia en la Ciudad, ¿qué le toco al Alcalde?, recular, pues bien, de ese talante son sus propuestas, basadas en pensamientos fuera de la realidad, casi que enfermizos, como el de creer, que nuestro país se convertirá en su mandato, en un territorio de vida, acabando con la carbonización de la economía, que el aire del planeta, será pronto, prístino, claro, libre de CO2, gracias a que en Colombia, no se quema ni un litro de gasolina, otra vez: Estúpido, nuestro país solo genera el 2.8 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, así que la no utilización de combustibles fósiles en el territorio nacional, no hará cambiar la contaminación, ni mucho menos detendrá el avance del cambio climático, no le hará ni cosquillas a la situación atmosférica del Planeta.

Y así es todo, se trata de lanzar ideas, propuestas, todo con una alta dosis de amenazas, todo con el ánimo de atemorizar, de hacer sentir el poder, que se acaban las EPS, que nos quitan (roban) las pensiones, que se clavan con impuestos el Choco Ramo y la Colombiana, (en este punto no entiendo porque no le ponen impuesto también al Ron y al Aguardiente, bebidas más que azucaradas y bien peligrosas que son para la salud de la población), que la gasolina a veinte mil, que la reforma tributaria se quedo pequeña en los 25 billones (nadie sabe en que se van a usar), que liberen a los vándalos, que la paz con el ELN y las 26 organizaciones por fuera de ley, a como de lugar, a cualquier precio, la locura, el desenfreno con el que se pretende realizar utopías  a base de los sacrificios de todos.

Este es Señores, el Petrotskismo, la nueva filosofía colombiana, liderada por su fulgurante mandatario, corriente de la cual es miembro de honor, Irene Vélez, ministra de minas y energía, o del ministro de defensa que odia al ejército, o del canciller quien desde ya se va arrodillando a la izquierda latinoamericana, hincándose ante Ortega y Maduro, defendiendo a la indefendible, cínica y ladrona de Cristina de Argentina y todo así, y todo así, manga por hombro, pero no por desidia, o por ignorancia, o por dejadez y desfachatez, no, todo obedeciendo a un muy bien pensado plan, pensado en el caos, en el desorden ordenado desde arriba, para que no quede alternativa diferente a que sea el gobierno, el que lo resuelva todo, dejando por fuera a todo poder democrático, congreso, cortes, y ante todo, dejando por fuera al poder del pueblo.

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