Por: Julio Enrique González Villa
La historia de Inglaterra nunca fue fácil. Primero, los romanos entraron en la Isla: Julio César, Octavio, Adriano y Antonio Pío con sus muros que traspasaron la isla; luego los sajones, los vikingos (daneses, noruegos). A finales del primer milenio (siglo IX) aparece Alfredo El Grande, luego su hijo Eduardo (siglo X), más tarde “Ethelred el Indeciso. Pero esta expresión, que comporta una verdad, significa literalmente Ethelred el Mal Aconsejado, o Ethelred el “Desatentado””.
En el 980, los daneses, que no abandonaron Inglaterra, dieron batalla en Thanet, Cornwall y Devon, hecho que dio lugar a un poema épico sobre “La batalla de Maldon” en 991.
Los vikingos (daneses) espetaron a los ingleses:
“Enviad pronto anillos por vuestro rescate; mejor es para vosotros parar con tributos esta tormenta de lanzas que obligarnos a llevar adelante la amarga guerra…Queremos con oro asentar una tregua…Lejos quedaremos con vosotros”. Pero Byrhnoth, regidor de Essex, replicó: “¿Quieres oir, bandido, lo que te dice este pueblo? Te darán en tributo lanzas y flechas mortales y viejas espadas…Está aquí un conde que no es ningún cobarde, con su compañía, para defender esta tierra, el hogar de Ethelred, el pueblo y el campo de mi príncipe. El pagano caerá en la guerra. Demasiado vergonzoso me parecería que os fuerais lejos con mi tributo, sin pelear, después de haberos internado en nuestro país. No tan fácilmente como habéis venido podréis conseguir el tesoro: punta y filo deben expiar primero, en el lúgubre juego de la guerra, y decidir si pagaremos o no tributo.” (Winston Churchill; Historia de los Pueblos de Habla Inglesa; Tomo I; El Nacimiento de Britania; Luis de Caralt, editor; Barcelona; 1959; Pag. 142).
Gustavo Petro incitó al pueblo colombiano, antioqueño, que había programado ya una marcha el 15 de febrero del 2023 para protestar contra las medidas que pretende tomar el gobierno nacional: acabar a tala rasa con el excelente sistema de salud que opera en Colombia desde la Ley 100, destruir la minería, conversar con los mafiosos y bandidos, premiar a los destructores en marchas que cuando no era gobernante impulsó, acabar con Hidroituango, y otras barbaridades más. El Alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle, se ha convertido en el acólito perfecto.
Para contrarrestar la marcha popular espontánea del 15 de febrero, Petro citó, por primera vez en la historia del país, marchas el 14 de febrero. Fueron un verdadero desastre. Como se percató de la poca afluencia de gente a la suya en Bogotá, que es su baluarte, no los llevó a la tradicional Plaza de Bolívar. Los recibió en la puerta trasera como se recibe a los indeseables y allí amenazó a la ciudadanía y al Congreso si no se atenían a sus pretensiones. En Medellín, la marcha petrista, liderada por Quintero Calle, su secuaz, fue escuálida.
El 15 de Febrero del 2023, nos congregamos los antioqueños en el cruce de la Avenida Oriental y la Avenida La Playa desde antes de las 10.00 a.m. y marchamos pacíficamente por toda la Avenida Oriental hasta San Juan hasta llegar a La Alpujarra. Ya se habían visto preludios en el 2022. ¡Fue apoteósico! No había por donde caminar. Eramos cientos de miles, para que la Personería, que no sabe qué es un metro, se atreva a manifestar que fuimos 20.000 personas. Por lo menos había doscientas mil personas (200.000). Duró hasta la 1,30 pm. Desde ahora deberá llamarse en la historia de la ciudad ¡La Gran Marcha del 15 F! Obviamente, Quintero Calle, había puesto pies en polvorosa, y se había ido a Bogotá, de donde nunca debió haber salido.
En Medellín las marchas contra Petro y sus avisos se vuelven marchas contra Quintero Calle. Ese personajillo que tenemos de Alcalde se ha ganado, el mismo ha sembrado, lamentablemente, el odio. Dura palabra a la que le cae el latinazo: “Dura Lex, sed Lex”. Dura es la Ley, pero es la Ley. En Bogotá, la marcha llenó la Plaza de Bolívar: la puerta de adelante estaba a reventar. Hubo más de 31 grandes movilizaciones en el resto del País. Petro, que conoce la calle, debe reflexionar, como persona inteligente que es.
El pueblo ha hablado. Corresponde a Petro revisar la historia inglesa y recordar el poema épico sobre “La batalla de Maldon” en 991. Gustavo Petro entiende las movilizaciones porque él las instigó contra el gobierno Duque con el lema “Las calles son nuestras”. Pues ahora tiene la obligación de reconocer que Las calles son de la oposición. En lugar de seguir toreando al pueblo colombiano con amenazas, debe hacer un alto en el camino. Ganó las elecciones, pero no la perpetuidad. El pueblo habló este pasado 15 F.
Julio González Villa
Abogado
Profesor Universitario
