En una muestra de desacuerdo palpable, los comerciantes del distinguido barrio de El Poblado, Medellín, salieron a las calles este martes, 2 de abril, para manifestarse en contra del reciente decreto emitido por el alcalde Federico Gutiérrez. La medida, que busca reducir el horario de servicio en locales de venta de licor hasta la 1 de la mañana durante un mes, ha generado una oleada de preocupación en el sector comercial.
El motivo detrás de esta decisión municipal radica en un caso reciente que conmocionó a la ciudad: el hallazgo de dos niñas de 12 y 13 años en compañía de un ciudadano norteamericano dentro de un hotel del área. Sin embargo, los comerciantes argumentan que esta medida, lejos de abordar el problema de raíz, solo ocasionaría daños económicos irreparables.
En el emblemático parque Lleras, epicentro de la vida nocturna en El Poblado, se congregaron los comerciantes en un plantón enérgico, expresando su rechazo ante las medidas gubernamentales que podrían llevar a la quiebra a numerosos negocios locales. La Asociación de Bares y Restaurantes de Antioquia (Asobares Antioquia) ha sido una de las voces más prominentes en esta protesta, denunciando la desproporción de las medidas y su potencial impacto negativo en la economía y el empleo.
«Estamos comprometidos en combatir la explotación sexual de menores y erradicar las actividades ilegales en nuestro sector. Sin embargo, el cierre a la 1:00 a.m. no es la solución. Esta medida solo trasladaría el problema a otras zonas de la ciudad», afirmó Paul Aguilar, vocero del gremio de comerciantes, en un comunicado oficial.
La preocupación por la fuga de clientes hacia áreas menos restringidas también ha sido un punto álgido en las discusiones. Los comerciantes temen que las restricciones actuales solo sirvan para desplazar la actividad nocturna a otras partes de la ciudad, sin resolver el problema de fondo.
En este contexto, la incertidumbre y el descontento se propagan entre los empresarios de El Poblado, quienes reclaman la necesidad de buscar soluciones integrales y sostenibles para abordar la problemática social, sin sacrificar la estabilidad económica de la región. La confrontación entre las autoridades municipales y el sector comercial promete prolongarse en los próximos días, mientras se buscan alternativas que concilien la seguridad ciudadana con el desarrollo económico de la zona.
