“La ataxia consiste en el control muscular deficiente que provoca movimientos torpes voluntarios”, este trastorno puede causar dificultades para caminar y mantener el equilibrio, en la coordinación de las manos, en el habla y para tragar, y en los movimientos oculares, así lo establece la biblioteca nacional de medicina Mayo Clinic.
Generalmente, la ataxia suele ser el resultado de un daño en la parte del cerebro que controla la coordinación muscular (cerebelo) o sus conexiones; sin embargo, también puede producirse por el abuso de alcohol, los accidentes cerebrovasculares, los tumores, la degeneración cerebral, la esclerosis múltiple, determinados medicamentos y trastornos genéticos.
En fechas recientes, la BBC publicó el testimonio de Tallulah Clark, una joven norteamericana que padece un tipo de esta enfermedad neurológica rara desde los 14 años. Según ella, todo comenzó con una salida que se tornó extraña.
Al parecer, Clark comenzó a presentar síntomas motores como la pérdida del equilibrio y de sus habilidades, por lo que muchos creyeron que en realidad estaba ebria; sin embargo, con el pasar de los años todo fue empeorando.
“En los años siguientes comencé a notar otras peculiaridades. Mis manos empezaron a temblar y escribir se me hacía cada vez más difícil. Los médicos no podían darme ninguna respuesta, y a menudo insinuaban que exageraba. Pasaron ocho años antes de que me remitieran al departamento de neurología del hospital”, señaló.
Cuando finalmente recibió su diagnóstico, los médicos le indicaron que sufría ataxia, un término que engloba a un grupo de desórdenes que afectan la coordinación, el equilibrio y el habla, y cuyos síntomas y severidad varían según el tipo de ataxia de que se trate.
La joven padece del tipo AOA2, que afecta aproximadamente a 3 personas en un millón. Desde entonces ha tenido que aprender a convivir con este trastorno para tener una vida llevadera, aunque no ha sido fácil. “Nunca pude lanzar y atrapar una pelota, nunca pude andar en bicicleta y en los deportes era fatal, pero mi sesgo inconsciente me decía que esto se debía a que aún era una niña, no a que tuviera una condición neurológica rara”, dijo al medio citado.
“Pero todos los días cuando me despierto todavía siendo capaz de caminar, solo siento gratitud. Tener una enfermedad rara lo consume todo, es una montaña rusa de la que no puedo bajarme aunque quiera”, concluyó.
La ataxia no tiene cura; sin embargo, se puede tratar dependiendo de los síntomas. “Los dispositivos adaptativos, como los andadores o los bastones, podrían ayudar a conservar la independencia. La fisioterapia, la terapia ocupacional, la terapia del habla y el ejercicio aeróbico regular también pueden ayudar”, explica Mayo Clinic.
Los expertos señalan que se debe acudir al médico con sospechas de este trastorno si una persona presenta: mala coordinación, marcha inestable o con los pies muy separados, equilibrio reducido, dificultad con tareas de motricidad fina, como comer, escribir o abotonarse una camisa, cambios en el habla, movimientos involuntarios de los ojos hacia adelante y hacia atrás (nistagmo) y dificultad para tragar.
Fuente: Colombia.com
