Muere el Padre José Antonio López Lamus – TC, un Amigo, un Apóstol de los Jóvenes

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Por: Aldrin García Balvin

En la noche del viernes 29 de enero la Iglesia Católica, la congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos y especialmente la juventud perdieron un verdadero Apóstol. El padre José Antonio López Lamus muere a los 82 años a causa del Covid-19 en la ciudad de Quito, Ecuador. Hoy mi corazón está triste y apesadumbrado por la partida de un hermano con el que compartí algunos años de su vida y algunas de las mejores enseñanzas que hoy aún me acompañan.

Nacido en Charalá Santander, Colombia y como buen Santandereano era un hombre recio de carácter, pero con un corazón dulce y lleno de amor; después de hacer sus votos perpetuos el 8 de diciembre de 1960 se entregó totalmente a enseñarle a la juventud que siempre había una segunda oportunidad para recorrer el camino del Señor; acuño la frase: “Un muchacho en dificultad es un reclamo de amor”.

Aprendí de él, que el camino de la vida es una constante carrera contra el tiempo y que siempre había que estar tocando las puertas para buscar el apoyo de los Gobiernos y de la empresa privada para que dedicaran recursos a los sectores marginales. José Antonio, fue un orgulloso Fraile Terciario Capuchino, inquieto y andariego, un hermano de comunidad.

Durante su provincialato se puso en marcha la Fundación Universitaria Luis Amigó, también se llevó a cabo el retorno de la congregación a las antiguas escuelas de trabajo de El Redentor y Antonio Ricaurte, además se fundó la comunidad terapéutica de San Gregorio y se implementó en las instituciones Amigonianas el código del menor; desde 1995 se encontraba en Ecuador, allí fue el guía quien llevara la Congregación a este vecino país, ejerciendo durante  alrededor de 25 años su vocación incansable por la reeducación de los jóvenes.

Detrás de ese empecinado trabajador por la juventud, había un músico consagrado al piano, poseedor de una vena poética privilegiada.

Hoy con su partida mi corazón y el de muchos jóvenes queda arrugado, un hombre que dejó huella en la vida de muchos jóvenes que hoy son exitosos cristianos y empresarios.

José Antonio López era el religioso latinoamericano con más dominio sobre el tema de los menores, fue un verdadero ciudadano del mundo.

Estas líneas son para expresar mi agradecimiento a un hermano, a un maestro, a un amigo, a un hombre que me enseñó mucho de la vida, un hombre a quien Dios me dio la oportunidad de amarrarle sus sandalias por sus quebrantos de salud, pero que nunca desfalleció ante los retos de rescatar a la juventud del mal camino. Padre José Antonio, gracias por la vida y a Dios que nos lo cuide bastante mientras llegamos a su casa para seguir en la vida eterna.

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