EL CASTELLANO

Columnistas
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Por: FEDERICO SENIOR.

Nada más hermoso que nuestra lengua, nuestro idioma, sus bellas palabras, sus miríadas de trucos y subterfugios que le permiten a quien lo conozca, aunque sea un poco (en mi caso, poco) recrearse construyendo frases y párrafos y folios enteros, que alimenten las aventureras mentes de los que se atreven a soñar los sueños ajenos, hacerlos propios y lograrlos hechos.

Sin duda el mejor regalo que hemos recibido de los que nos antecedieron, es el lenguaje, la escritura, remontada en las nieblas del antes, la historia de las letras nos lleva de seguro a la Mesopotamia, esa fértil tierra cuna del todo de lo de nuestra civilización, sitiada por el Éufrates: “rio bueno y caudaloso” en persa antiguo y el Tigris: “rio agudo y rápido” en idioma kurdo, allá en donde la sabiduría, esa templada manta que cubre al filósofo, al pintor que pinta y esculpe, al estadista, al sacerdote y al pensador, cundía como la morera, señalada por muchos como la tierra en donde posaba el mítico “Paraíso” que relata el Génesis, de mucho eso tiene, además de haber acunado a la Ur, la Ur Kasdim, ó Ur de los Caldeos, de donde según el mismo libro, salió Abraham con su pueblo, a lograr la “Tierra Prometida”, pletórica Mesopotamia, pariste hasta al pueblo judío, no solo a los Asirios y a los Sumerios y a los Babilonios, no solo a Asurbanipal y a Nabucodonosor, no, pariste al pueblo que ha dado a la humanidad millares de privilegiadas testas, que han ladrillado con su aporte, el gran muro de la civilización, bien, pues de esa maravillosa tierra, salieron los grafos, que originaron todas las escrituras, esa milagrosa manera de representar con signos y símbolos los fonemas que surgen de las gargantas, nombrando las cosas y los objetos, los hechos y las acciones, los sentimientos, los odios y las pasiones, que maravilloso fue ese aporte, sin par pueblo de los sumerios.

Sus hijos cunden por el orbe, dilectos sin duda, el latín y el griego y el árabe, lenguas de imperios y sabios, que en la Hispania latina, se fundieron formando las bellas romances lenguas, de donde con orgullo y donaire, destacó el Cervantino Castellano, ese que Don Miguel, glorificara para la eternidad, en “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, sustentado en las alturas por gloriosas plumas, las del siglo de oro, Góngora, Quevedo, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Lope de Vega, desde el misticismo de Santa Teresa de Jesús, hasta la irreverente picaresca de Quevedo, sin olvidar la gloriosa trilogía de dramaturgos, Molina, Calderón de la Barca y Lope de Vega.

En las Indias Occidentales, tuvimos la dicha de heredarlo, con brillo pocos, con fama muchos, han surgido de las entrañas de la América, numerosos escribientes, de los primeros Vargas Llosa, Álvaro Mutis, Cortázar, con fama, muchos, inmerecida desde mi miope óptica como la de García Márquez, en verdad el creador del realismo mágico fue Cortázar, comunista como él, pero escritor de verdad no como el de Aracataca y muchos más con mucha fama y poco logro.

Nadie soy para ser juez, pero óbice no es tal condición para evitarme emitir juicios, así que ahí los tienen, detesto a García Márquez e inmejorables considero a Vargas Llosa y Álvaro Mutis, salvo quiero dejar, que “El Coronel no tiene quien le escriba”, es tal vez el mejor cuento que se haya podido escribir en castellano en el siglo pasado, pero sostengo con vehemencia y sin ningún sustento válido, que tal belleza, no la pudo haber escrito, el insoportable, petulante, arrogante y mentiroso Nobel del ochenta y dos.

Dejando un poco a los autores, hasta la repugnancia incluso, me llegan los escritos de los de hoy, esos de los “trinos”, esos de las abreviaturas, esos del uso del “k” para querer decir “que”, esos que ni idea tienen de lo que es una coma o una tilde, menos aún ni de diéresis ni de virgulillas saben, son atroces sus escritos, cuanto lo lamento, tal situación me permite sentir la admiración y el agradecimiento, por aquel maestro que me lo enseño todo del Castellano, Francisco Rodrigo Rodrigo, un valenciano quien fuera mi profesor de literatura, quien me mostro de lo bello del Quijote, de lo mundano profundo de su vigésimo capítulo, escatológico como el que más, el que me enseño a escribir sonetos con métrica, el que me hizo amar las bellas letras de la majestuosa Hispania, gracias “Paco” te fuiste muy rápido, siempre te recuerdo, siempre.

Amo en profundidad mi idioma, procuro dentro de mi insondable ignorancia darle un buen uso, las preposiciones son para mí, las vértebras del idioma, más que sus verbos, son éstas los enlaces, las cuerdas entre los adjetivos, son pocas, bellísimas palabras casi todas cortas, la mayoría graves, que indican, llevan, dirigen, orientan y ubican la frase con sucinta desfachatez, a, ante, bajo, cabe, con, contra (mi preferida… yo soy, he sido, soy y seré… “contra” todo), de, desde…… según, sin…. trás… ahora le añaden el “versus” del latín que con humildad acepto dentro de la sublime lista, son más que las conjunciones, aunque enlaces igual éstas son, su complejidad al permitir la compañía de otras palabras, le restan brillo y contundencia.

Grotesco el lenguaje con el que hoy pretenden ser reconocidos como inclusivos y de avanzada, ese atroz uso del femenino en frases como “Todos los ciudadanos y ciudadanas…”,repugna, el masculino es genérico para definir la clase, de igual manera lamentable la deformación que se pretende al olvidar que el participio activo, palabras terminadas en “ente”, la cual denota la acción del verbo, como Presidente, ente que preside, si se dice Presidenta, estaríamos diciendo “enta que preside”, absurdo, por tal hecho decimos estudiante y no estudianta, oyente y no oyenta; en fin, es muy triste que se trate de abofetear nuestra bella lengua con la pretensión de no lesionar los intereses de las féminas.

Ni siquiera pretendo ser leído, solo al releer esto escrito, me regodeo con la cálida sensación de ser un ferviente amante de mi idioma, que lástima que los que me siguen, no lo hayan aprendido, sean repulsivos usuarios de los ridículos anglicismos, ahora todos ellos son “influencers”, “Youtubers”, “Shoppers”… ya no corren sino que hacen “Jogging”, en fin, pobres, cuanto más brillarían sus discursos si en vez de “Speechs” contaran sus cuitas en el maravilloso, pletórico, sutil y delicioso lenguaje del “Manco de Lepanto”.

P.D: El 23 de abril, se celebra el día del idioma, como homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, el sin par genio de las letras hispanas, en la fecha de su muerte, acaecida el 23 (algunos dicen que fue el 22 y que el 23 fue el día de su sepelio) de abril de 1616 y como para no creerlo, de esas coincidencias que nos da la vida, ese mismo día, mes y año mismos igual, en la fría y bella Inglaterra, moría el de allá gloria de las letras, William Shakespeare, ese del “Mercader de Venecia” y su cruel Shylock, El del Romeo y la Julieta y su mortal y azucarada aventura en la bella Verona, así como el de la crueldad extrema de la “Lady Mc Beth”… se pusieron de acuerdo, de seguro que sí y se fueron juntos, para que nunca se olvidara el mundo que fueron y serán sin duda, los alquimistas de las letras, de sus propias lenguas.

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