Por: Jordelio
Triste ver la impotencia doblegada, resignada a la soberbia a la arrogancia de la naturaleza, esa naturaleza que pareciera que acumula motivos, ofensas de muchas personas que se creen dueños de su equilibrio ecológico.
Las prolongadas sequías en el llamado Fenómeno del Niño, hacen que la tierra se fisure formando costras y grietas por dónde penetran rayos de Sol eliminando con su ojo mágico todo vestigio de humedad.
Al momento de regresar la Niña, las aguas penetran fácilmente por todas las grietas saturando el interior de montañas que luego, se deslizan sin pedir permiso.
La población más vulnerable siempre busca las laderas cerca a pequeñas quebradas en busca del preciado líquido de la vida, la avalancha está anunciada.
Triste también lo que está sucediendo en la mojana, según noticias la inversión fue mínima de acuerdo al presupuesto aprobado para construcción de soportes de contención.
Y aunque el arroz se siembra en agua, bueno es culantro pero no tanto.
Mi solidaridad con los campesinos de la Mojana.
Cualquiera pierde lo que tiene y cualquiera encuentra lo que busca, pero me conmueve estos hechos que no anuncian.
