Nacionales
«O salimos mejores o salimos peores»: Conferencia Episcopal sobre Reforma Tributaria
En el texto los obispos católicos de Colombia firmantes proponen ante la opinión pública unas reflexiones.

La Conferencia Episcopal Colombiana se pronunció en un comunicado sobre sus percepciones de la Reforma Tributaria impulsada por el gobierno Duque y que ha generado grandes manifestaciones de rechazo en todo el país.
En el texto los obispos católicos de Colombia firmantes proponen ante la opinión pública las siguientes reflexiones:
“Es necesario que, en todo este proceso, como lo ha reiterado continuamente el Papa Francisco, se mantenga como horizonte el servicio a la dignidad de la persona humana… El Papa también lo ha expresado diciendo que hay que buscar un pacto para cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del mañana”.
Los prelados exhortaron a que —en un momento tan complejo en todos los niveles de la vida del país— se tome conciencia de la gravedad de los problemas que afronta la población “y sobre todo, de las implicaciones que tendrían las reformas planteadas para los sectores más pobres y vulnerables, en medio de una profunda crisis sanitaria, económica y social”.
En su tercer punto, los jerarcas de la iglesia católica invitaron a quienes tienen injerencia en la discusión del proyecto de ley a que se acerquen a la realidad que se está viviendo para suscitar un diálogo amplio sobre los puntos de la reforma.
“Hay que pensar en los obreros, en los campesinos, en los indígenas y afrocolombianos, en los jóvenes, en las familias, en los estudiantes y docentes, en quienes sufren las consecuencias de la violencia que se ha recrudecido en casi todo el territorio nacional”, expresaron en la misiva.
Para los obispos la discusión en el Congreso sobre este proyecto debe hacerse con la mayor responsabilidad y transparencia, de modo que brille siempre el interés por el bien común, la equidad social y la justicia.
“Conviene enfatizar algunos criterios fundamentales que deberían tenerse en cuenta a la hora de concretar las medidas de una eventual reforma: que se multipliquen y fortalezcan las formas de economía solidaria. Que se potencien e incentiven la tarea de las organizaciones que se dedican a la promoción social y a la asistencia humanitaria. Que se le apunte a la inversión social, que propicia el desarrollo económico a largo plazo, y no simplemente al gasto para solucionar temporalmente algunas necesidades. Que se resalte el aspecto ético de la economía, como una corriente que contrarreste las destructivas prácticas de la corrupción pública y privada, la evasión fiscal y de las llamadas economías ilegales. Que se promueva la austeridad en el gasto público y se evidencien efectivos controles”, propusieron los prelados.
La Conferencia episcopal también exhortó a que se sopese la oportunidad de cada medida, teniendo en cuenta que, en este momento, dados los índices de desempleo, de pobreza y de otras limitaciones que se han acentuado enormemente por la pandemia, hay medidas tributarias que no harían más que agravar las condiciones de las personas menos favorecidas y acrecentar el número de ellas, tal como lo demostró la última publicación del DANE que señala que casi la mitad del país es pobre.
“La Iglesia ha reiterado que de una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores. Por ello en esta coyuntura critica el deber es repensar el futuro de nuestra nación, y emprender juntos la tarea de realizar un proyecto común para el país”, agregaron en la misiva.
Finalmente, los firmantes del comunicado indicaron que “como pastores del pueblo de Dios, pedimos la asistencia y la iluminación del Espíritu Santo para quienes tienen la responsabilidad de tomar las decisiones con respecto al proyecto de reforma tributaria”.
La carta la firman Óscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la Conferencia Episcopal; Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal; Fabio Suescún Mutis, Obispo Emérito Castrense y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Caritativa; y Elkin Fernando Álvarez Botero, Obispo de Santa Rosa de Osos y Secretario General de la Conferencia Episcopal.
Nacionales
Marchas del 27 de septiembre habrían sido ‘‘fabricadas’’

El pasado 27 de septiembre, miles de personas tomaron las calles de Bogotá en una serie de marchas en apoyo a las reformas impulsadas por el presidente Gustavo Petro. Sin embargo, recientemente ha surgido información que sugiere que estas marchas podrían haber sido promocionadas con recursos públicos, lo que ha generado preocupación y controversia.
Según un reportaje de la reconocida revista Semana, funcionarios del gobierno habrían sido presionados para asistir a las marchas, y se habrían realizado contratos con RTVC (Radio Televisión Nacional de Colombia) para comprar pautas publicitarias en medios de comunicación, así como para la creación de contenidos audiovisuales y colaboración logística con el objetivo de promover la asistencia masiva a las manifestaciones.
Tres entidades gubernamentales, el Ministerio del Interior, la Unidad Administrativa Especial del Servicio Público de Empleo y el Ministerio de Cultura, habrían firmado contratos por más de 4.000 millones de pesos para la difusión de pautas publicitarias. Estas pautas se habrían hecho visibles en internet y en horarios de alto rating en radio y televisión.
Además, se habrían suscrito contratos por más de 18.000 millones de pesos con RTVC para la producción audiovisual y logística de las marchas. Estos contratos fueron firmados por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización y la Agencia Nacional de Tierras.
Uno de los contratos de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, firmado a finales de agosto, ascendía a 3.300 millones de pesos e incluía la producción de programas institucionales. Se estipuló que el 10% del valor, equivalente a 330 millones, se destinaría a recursos técnicos y otras necesidades logísticas.
Por su parte, la Agencia Nacional de Tierras habría firmado otro contrato con RTVC para la planificación y producción de eventos relacionados con las marchas. Sin embargo, la Procuraduría estaría investigando si estos recursos se utilizaron para proporcionar gorras, camisetas y alimentos a los manifestantes el 27 de septiembre.
Un aspecto que ha suscitado sospechas es que la mayor asistencia a las marchas provino de comunidades indígenas, lideradas por organizaciones como la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Estas organizaciones tendrían multimillonarios contratos con el gobierno, lo que ha generado preguntas sobre posibles vínculos financieros.
El CRIC, por ejemplo, tiene 18 convenios que suman aproximadamente 79.000 millones de pesos, mientras que la ONIC cuenta con siete contratos por más de 39.000 millones de pesos. En total, reciben poco más de 118.000 millones de pesos por actividades relacionadas con programas dirigidos a comunidades étnicas.
Estas revelaciones han avivado el debate sobre la transparencia en la financiación de manifestaciones y la posible influencia del gobierno en las protestas. La información presentada plantea preguntas importantes sobre el uso de recursos públicos en eventos políticos y destaca la necesidad de una mayor claridad y rendición de cuentas en el ámbito gubernamental.
Nacionales
Precio de la gasolina en octubre se acercará a la temida cifra: hay 2 posibilidades

En un patrón que se ha vuelto constante durante el año 2023, el mes de octubre no será la excepción y traerá consigo un nuevo aumento en el precio de la gasolina en Colombia. Aunque aún no se ha revelado la cifra exacta del incremento, existen dos escenarios posibles que podrían llevar el precio del galón de gasolina a una marca cercana a los 16.000 pesos, un número que ha sido motivo de preocupación entre los conductores del país.
El Ministerio de Hacienda, encargado de anunciar estos ajustes, aún no ha confirmado el monto exacto del aumento, pero las estimaciones sugieren que podría oscilar entre 400 y 600 pesos por galón. Este incremento impactará directamente en los bolsillos de miles de personas que dependen de vehículos particulares para sus desplazamientos diarios. Cabe destacar que el aumento también aplicará para los servicios de taxi, aunque estos recibirán un subsidio por parte del Gobierno para mitigar el impacto económico.
Si consideramos un aumento de 600 pesos por galón, el precio de la gasolina en la mayoría de las ciudades colombianas se situaría entre 14.400 y 14.600 pesos por galón. Este acercamiento a la temida cifra de 16.000 pesos ha sido un tema recurrente desde que el presidente Petro anunció un aumento progresivo en el precio de este combustible a principios de año.
Julio César Vera, presidente de Xua Energy, explicó la incertidumbre en torno a si el incremento será de 400 o 600 pesos. Esta indecisión se debe al diferencial actual de 493 pesos entre el precio de la gasolina en Colombia y los valores del mercado internacional. «Con un ajuste de 600 pesos alcanzaríamos el precio internacional, dado que además el precio de alcohol carburante va a subir 400 pesos este mes. Si el ajuste fuera de 400 pesos por galón, quedaríamos muy cerca y en noviembre llegaríamos al precio internacional», señaló Vera.
Aunque no es posible establecer un precio fijo para todas las ciudades del país, se estima que el máximo que podría alcanzarse rondaría los 14.700 pesos por galón, sin importar la estación de gasolina ni la ubicación geográfica. La única zona que podría experimentar un aumento mayor sería Villavicencio.
El objetivo del Gobierno con estos ajustes es reducir el subsidio histórico que se había mantenido en el precio de la gasolina en Colombia durante años. Aunque no está claro si el precio final se situará en los 15.500 o 16.000 pesos, los conductores esperan que no supere la primera cifra, que se asemeja más a los valores internacionales. Sin embargo, dado que estos precios cambian constantemente, el Ministerio de Hacienda ha dejado abierta la posibilidad de llegar a los temidos 16.000 pesos por galón en un futuro próximo.
Internacionales
Colombia tiene nuevo Cardenal: Luis José Rueda Aparicio nombrado por el Papa Francisco

En una ceremonia que tuvo lugar en el atrio de la Plaza de San Pedro en Roma el sábado 30 de septiembre, el Papa Francisco nombró a 21 nuevos cardenales de todo el mundo, incluyendo al destacado arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio.
El rito del Consistorio, como se conoce a esta solemne celebración, fue un momento trascendental en la vida de la Iglesia Católica, marcado por la creación de nuevos cardenales que desempeñarán un papel fundamental en la toma de decisiones y el liderazgo espiritual de la Iglesia.
El nuevo cardenal colombiano, Luis José Rueda Aparicio, de 61 años, vistió la sotana de rojo escarlata mientras recibía la bendición del Papa Francisco. Durante la ceremonia, el Santo Padre declaró: «Llamamos a algunos de nuestros hermanos para entrar al Colegio Cardenalicio, para que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se conviertan en miembros del clero de Roma y cooperen más intensamente a nuestro servicio apostólico».
El nombramiento del nuevo cardenal ha sido recibido con entusiasmo y expectación en Colombia, donde se le conoce como un hombre ponderado y equilibrado. Monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, comentó: «Representa una apuesta del Papa Francisco por la continuidad del estilo del cardenal Salazar. Un estilo caracterizado por la prudencia y moderación, ajeno a los extremos y por ello un hombre capaz de construir puentes de comunión y entendimiento».
Durante el Consistorio, se entregaron los símbolos del cardenalato a Luis José Rueda Aparicio, incluyendo el birrete cardenalicio, que simboliza la disposición para actuar con valentía y sacrificio por la fe cristiana. Además, se le colocó un anillo en el dedo anular de la mano derecha, con una oración del Santo Padre que destacó la importancia del amor por la Iglesia.

La ceremonia también incluyó la entrega de una Bula de creación en pergamino, designando a Rueda Aparicio como «cardenal presbítero» y confiriéndole la parroquia San Lucas en vía Prenestina en Roma, donde podrá celebrar la Eucaristía cuando se encuentre en Italia.
El escudo de armas personalizado del Cardenal Rueda Aparicio, que se presentó durante la ceremonia, contiene símbolos significativos. Destaca un sombrero cardenalicio rojo con 15 borlas rojas a cada lado, representando su título patriarcal. Además, el escudo se divide en dos partes siguiendo el diseño español, mostrando una Vid y un Sarmiento en el lado izquierdo y una Estrella Mariana de ocho puntas en el lado derecho.
El lema del Cardenal, «Permanezcan en mi Amor,» está basado en un pasaje bíblico que simboliza la unión y la dependencia de los fieles del amor divino. La Estrella Mariana refleja su profunda devoción a la Virgen María, considerada la estrella de la evangelización.
¿Quién es el nuevo cardenal?
Nació en San Gil, Santander, e hizo sus estudios teológicos en el Seminario Mayor Arquidiocesano de Bucaramanga. Desde el 2020 se desempeñaba como el arzobispo #46 de Bogotá, primado de Colombia.
“Es un hombre ponderado, equilibrado, representa una apuesta del papa Francisco por la continuidad del estilo del cardenal Salazar. Un estilo caracterizado por la prudencia y moderación, ajeno a los extremos y por ello un hombre capaz de construir puentes de comunión y entendimiento”, expresó monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá.
Como arzobispo de Bogotá, ha tenido que enfrentar los efectos de la pandemia de COVID-19 en Colombia, y los problemas sociales que derivaron en el Paro Nacional de 2021, donde ha mostrado una postura de diálogo.
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