El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha desatado una polémica en Colombia al proponer una reforma tributaria con el objetivo de cubrir el déficit en el sistema de salud del país. Bajo el lema de «no nos jodan», el ministro insta a los empresarios a asumir una mayor carga financiera para resolver los problemas de financiamiento en el sector.
Jaramillo, en una declaración contundente, arremetió contra las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y sus representantes, argumentando que el aumento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) no es suficiente para garantizar la cobertura de todos los ciudadanos colombianos. En su discurso, comparó la situación actual con reformas tributarias anteriores, destacando los impuestos implementados por presidentes anteriores, como Pastrana y Uribe.
«Si falta la plata, hagamos la reforma tributaria y pongamos a los empresarios a que paguen la plata que dejaron de pagar», afirmó Jaramillo, subrayando la necesidad de una distribución justa y equitativa de la carga fiscal. Insistió en que aquellos con menos recursos deberían contribuir en menor medida, mientras que los más acaudalados deben asumir una mayor responsabilidad financiera.
El ministro enfatizó que no hay más dinero disponible y que el actual gobierno liderado por el presidente Gustavo Petro ha realizado un esfuerzo considerable para financiar la salud. La propuesta de Jaramillo llega en un momento en que el país se adapta a la primera reforma tributaria del gobierno, generando inquietudes sobre la posibilidad de una segunda en un corto período.
La reacción a la propuesta no se hizo esperar, con críticos como Alejandro Gaviria, exministro y opositor del proyecto de reforma a la salud, cuestionando la viabilidad de la propuesta. «Una reforma sin aval fiscal, un sistema con graves problemas de sostenibilidad y un ministro perdido que ahora propone una nueva reforma tributaria. ¿Qué podría salir mal?», expresó Gaviria en sus redes sociales.
Miguel Uribe, senador del Centro Democrático, también se sumó a las críticas, calificando al ministro de Salud como «cantinflesco» y cuestionando la gestión de los recursos públicos por parte del gobierno, mencionando gastos innecesarios de la primera dama y cuestionando los viajes del presidente Petro.
La propuesta de Jaramillo plantea interrogantes sobre la sostenibilidad financiera del sistema de salud colombiano y deja a la población a la espera de cómo se desarrollarán los acontecimientos en medio de la incertidumbre económica y política.
