Lo están dejando acabar – Crónicas de Gardeazábal

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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

Desde principios del siglo 20, Manizales fue el epicentro de la cultura. Desde sus balcones, teatros y periódicos, promovió ideas y el verbo como herramienta literaria y política. Surgieron destacados pensadores como Arias Trujillo, Álzate Avendaño, López Gómez, Otto Morales Benítez y otros.

Uno de los grandes logros de Manizales fue la fundación y promoción del festival latinoamericano de teatro, así como la construcción del famoso Teatro Fundadores, que enorgulleció a la ciudad y a Colombia.

Sin embargo, la decadencia comenzó cuando los pereiranos quitaron los rieles y el ferrocarril de Caldas, lo que llevó a un declive. Luego, se descubrieron escándalos de corrupción, y la clase política perdió credibilidad.

La imagen de Manizales comenzó a deteriorarse y el enfoque se desvió hacia proyectos poco productivos, como un aeropuerto costoso. Para empeorar las cosas, el Teatro Fundadores, un símbolo cultural, se encuentra en estado de abandono, con techos con goteras, ventanas rotas y pisos deteriorados.

Aunque se destinaron 500 millones en 2021 para arreglar la fachada, el Teatro Fundadores sigue deteriorándose, dejando un triste destino para lo que alguna vez fue un orgullo cultural.

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