LA CULPA ES TUYA……

Columnistas
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Por: Federico Senior

Parece ser la frase preferida de nuestro Presidente, salen de él de “motu proprio” o tal vez y de seguro en las más de las ocasiones, haciendo eco a las órdenes que viajan desde El Ubérrimo.

Todo lo malo es culpa del otro, todo lo bueno es debido a su gestión, no hay excepciones, siempre es así.

Tal comportamiento es infantil, muy común reacción de los niños, al ser pillados en alguna pilatuna, “la culpa es de él…”, refleja según los entendidos, una personalidad inmadura, una posición cobarde, un deseo de ocultar el temor, no podemos decir que el Presidente sea un inútil, tan grosero como mentira sería, de lo que si no temo asegurar, es que el pobre hombre no estaba preparado para montarse en el cerril potro del poder y menos aún teniendo que soportar la férrea tralla con la que fustiga el todopoderoso jefe a todo aquél por debajo de él (o sea todo el mundo según su propia convicción); no, Iván tuvo la desdicha de haber sido el elegido, sin haberse preparado, sin haber recorrido el país, sin conocer a la Colombia profunda, tan triste, pobre, retrasada, inculta, enferma, satanizada, golpeada, victimizada, esclavizada y eso sí, bella y rica, él no estuvo en el momento justo, en el día bueno, a él le cayo la orden de arriba y, como el maná en el Sinaí, se la tragó sin chistar, aunque ahora le sepa muy  amargo.

Las consecuencias no pueden ser más obvias, para no estirar la prosa, en el hoy, todo es un desastre.

Por estos días, dos son los asuntos claves, el estallido social, y la pandemia. Por desgracia son suficientes para opacar el presente y oscurecer el futuro, el primero enmarca un piramidal rimero de hechos y situaciones ya crónicos en la sociedad y en su diario devenir, pobreza, injusticia, inequidad, corrupción y el resto, prosa ya propia de letanías, pues siempre se dice, se habla y se escribe de lo mismo, esto sucede tan solo por el hecho de que nunca nadie se ha empeñado en resolverlos, ahí están, ahí han estado, perseverantes, produciendo el natural engorro del dar vueltas en el carrusel de los círculos viciosos de las situaciones sociales, de la conformación de la misma sociedad como tal, en donde impera el poder en pocas manos y la sumisión y por consiguiente la injusticia y pobreza en el gran grueso restante: hasta ahora, o al menos hasta hace muy poco tiempo (tal vez el 21 de noviembre del 2019 se produjo la primera y muy contundente voz de alarma, en la que la casi totalidad de las capas sociales manifestaron al unísono su hastío e inconformidad) las voces rebeldes, eran acalladas a las pocas horas, por tanto no había escape para la olla de presión, peor aún, ésta aumentaba día a día, hasta que por fin estalló, no hay vuelta atrás, todos estamos enterados de que lo que teníamos hasta ahora, no sirve, no funciona, no puede seguir siendo, todos sabemos que por ahí no es la cosa, que imperativo es cambiar el rumbo. Lo grave, lo muy peligroso es que como se plantean hoy los hechos, la solución que se nos presenta, parece ser la única, y que, si decidimos elegirla, resultara ésta más perniciosa que el problema, hemos caído en tal estado de postración, en que la salida al final del callejón es una puerta que abre directo al precipicio.

Entretanto y ya con el sol en las espaldas, el gobierno no da la más mínima muestra de intención en tratar de hacer buena gestión en los pocos meses que le restan, pero para nada, todo lo contrario, lo que vemos y oímos de los funcionarios, de los congresistas, del jefe supremo, de los ministros, no son más que sandeces, decisiones absurdas, propuestas necias e incendiarias en el congreso y en los “tweet” de Uribe, a los que con inquina responde el nefasto Señor Petro, y éste igual y convencido, sigue pensando que con alebrestar a sus gregarios, incitándolos a la piedra y al incendio, está logrando allanar el camino al poder. Error grave, tanto del diestro como del siniestro, tamaña estupidez la que cometen, al incitar al odio, a culpar al otro del desastre, al satanizar al oponente, no caen en cuenta, que ambos están en el mismo bando, en la misma categoría social, que son fieras de la misma manada, no caen en cuenta, que el pueblo los ve como lo mismo, que no son más que políticos, y que todos en final de cuentas, son iguales, o más coloquial “son la misma vaina”.

Es decir, cuando el uno despotrica del otro, evidenciando sus falencias y delitos, no hacen más que ensuciar a la casta política, se empuercan ellos mismos, hacen lo del pobre Lara, que escupió pa´rriba y le cayó en la cara; sus inmensos egos no les dejan ver la realidad, cada uno de ellos se cree poseedor de la verdad absoluta y de ahí nada ni nadie los va a sacar. Como en un partido de ping-pong, la pelota se la echan el uno al otro, de incesante manera, hasta el fin.

El segundo asunto, clave y grave, es la pandemia, situación para la cual no estaba preparado nadie, ni gobierno, ni estado, ni sistema de salud, nadie y, viene y le toca a éste nuestro fulgurante gobierno manejar semejante tragedia, les cayó como un alud y desde un principio se noto el pavor que tenían, nunca han sabido que hacer, el Presidente en un acto de narcisismo y de carácter populachero, decidió convertirse en un moderno Pacheco, saliendo todos los días en horario Triple A por la televisión, a mostrar cuan inteligentes iban siendo las medidas que tomaban. Pues ni siquiera se molestaron en copiar a gobiernos coherentes, buenos administradores, como al de Israel por ejemplo, quienes no tardaron las farmacéuticas en anunciar progresos en el desarrollo de las vacunas, cuando ya estaban negociando dosis con todas, de hecho, esa es la razón por la que tienen hoy día el más alto nivel de vacunación del mundo, pues no, Don Iván y sus Bam Bam, decidieron optar por arrimarse a los pobres del mundo, se inventaron un mecanismo llamado Covax, con la ilusión de que por ahí iba a venir el suministro de los milagrosos frasquitos y que sin duda la mayor cantidad de ellos vendrían regalados de las grandes potencias; menudo error, partieron de premisas erradas, pues esos grandes países invirtieron miles de millones de dólares para apoyar a los laboratorios, y lo hicieron con la explícita intención de ser ellos los primeros en vacunar a su población; nuestro fulgente gobierno quedo desarmado, se inventaron excusas poco menos que idiotas, el ministro de salud salía todos los días a decir que era que ellos habían firmado acuerdos de confidencialidad y que por tanto no podían revelar con quien estaban negociando, ni a que precio estaban comprando (como si se tratara de ojivas atómicas), pues no sé cuantos se tragaron semejante cuento, el hecho fue que terminaron apretando el fundillo, y empezaron a negociar, obvio que con un retraso de dos o tres meses, que fueron definitivos en la extensión de la epidemia, hecho del cual hoy día, lo sufrimos como víctimas; lo que pasa es que somos desmemoriados los colombianos, pero es así, la demora es culpa del gobierno, y sus consecuencias, idem.

En el medio de semejante maremágnum, con una economía destruida, las empresas quebradas, y aquí me detengo, no se quiebran las Grandes Empresas, esas no, las que cierran son los miles o millones de pequeños comercios, restaurantes, peluquerías, remontadoras, sastrerías, talleres, en fin, todo ese gigantesco mundo de la economía que desarrolla su labor caminando tambaleante sobre la débil y borrosa línea de la informalidad, pero que soporta sobre sus hombros el más grande porcentaje del empleo, esas son las que han sufrido el duro golpe del cierre de la economía,

El peor de los mundos, al menos eso creíamos, pero llega el más grande sabio (perdón, tal vez el segundo después del Contralor), Don Carrasquilla, a plantearle de la más descarada de las maneras, que para solventar el inmenso hueco fiscal, había que reformar los tributos, había que sacar de los bolsillos de esa clase media empresarial, quebrada, la bicoca de treinta billones de pesos, dejando quieticos y tranquilos a los grandes conglomerados, a los que apenas hacía un par de años, el embadurnado de compota de fresa, léase Congreso, le había perdonado nueve billones, dizque para generar empleo.

Más fulgor para donde, cegaba la brillantez con la que el gobierno planeaba paliar la situación, argumentos a babor y a estribor, Carrasquilla, muy al contrario de su jefe, jamás puso cara, dejaba que su vice ministro hablara, “no, es que nos van a descertificar el grado de inversión”, que el hueco fiscal, que el programa social que el ingreso fijo para los pobres y otro montón de mentiras, pues claro, la maravillosa mente de Don Alberto no considero que su propuesta hería de mortal manera al órgano mas sensible del cuerpo humano: EL BOLSILLO, y para cuando el común de las gentes se entero que le iban a clavar IVA desde los huevos hasta la arepa, ya nada había que hacer, la gente estalló, aprovecharon a lo florero de Llorente los magos del populismo zurdo y encendieron el barril de la pólvora, con la mecha que había prendido el gobierno.

De ahí, a enlistar las causas para protestar, y hacerlo de airada y contundente manera, no hubo sino un paso, afloraron los indígenas, maestros, jóvenes, estudiantes, camioneros, motociclistas, taxistas, madres solteras, vendedores ambulantes, todos con razones (más que sobradas casi siempre), a gritar a la calle, a mentarle la madre a Sarmiento Angulo, a Uribe, a Duque, a Carrasquilla, a la Cabal (que quería para ella sola el negocio de la panela), a todo lo que oliera o supiera a poder, la gente de manera literal, se mamó.

Hoy, por un lado las cosas han mejorado algo, al menos los bloqueos han cesado, pero la violencia en las ciudades no para, la ira que muestran los manifestantes, propia o pagada es terrible, parece no haber manera de contenerla, la fuerza pública está maniatada por la gruesa cadena de los organismos defensores de los derechos humanos, el odio hacia ellos es visceral y, aunque sería injusto generalizar, es que la Policía no se ha caracterizado por su talante democrático, por el buen trato a la población y por su total desapego a la corrupción, entonces hoy, les están dando palo, exagerado, pero de alguna manera bien que se lo han buscado.

La culpa es de ……, larga la lista, de todos menos de los que gobiernan, de Petro, de Maduro, del Papa, de Claudia López, del de Fecode, del de la CUT, de los jóvenes, de las bandas criminales, de las FARC, de Santos, del ELN, de cualquiera, menos de los del gobierno; así y en medio de todo este baile de máscaras, de mal gobierno, de desatinos, de inocentadas, de ignorancia, nos debatimos con desesperanza y hastío, los de la gran masa de población que no podemos ostentar título alguno diferente al de víctimas de nuestra podrida sociedad.

Mientras tanto los casi impúberes del gobierno, se devanan los sesos en encontrar al próximo culpable; ahora Don Uribe pretende fungir como gran demócrata, luciendo de muy triste y lamentable manera, como un populista maniqueo, intentando hacerle creer a la gente que es él el gran defensor de la clase trabajadora, con su mal avenida ley de la reducción de las horas de trabajo, lo hace sin pensar en las consecuencias, ha abandonado por el momento a sus grandes consentidos, a él eso poco le importa, usa nuestro amigo de los demás a su antojo y conveniencia, pero como ésta última no siempre permanece, cuando ya no los necesita, los bota como si fuera un pedazo sucio de papel de baño, es literal la frase, don Uribe se limpia el borde final de su colon sigmoideo con los amigos que dejan de servirle.

En la otra orilla (a veces pienso, ¿será verdad eso?, será que si son enemigos en serio?, ¿o será todo esto tan solo una puesta en escena para manipular a las masas y hacer con ellas lo que se les da la gana?), Don dedo ágil Petro, mueve, promueve, incita, manipula, habla, pelea, escribe contra Tirios y Troyanos, él se jura Rey coronado, así actúa, por eso ni se alía con nadie (Barreras y el otro costeño no son nadie para llamarlos aliados), él solo cree tenerla ganada, y nosotros, en el medio, aplastados por los hechos, empobrecidos, inanes ante los acontecimientos, nos debatimos entre esta jauría de fieras voraces, que luchan a colmillo limpio por el poder, y que para lograrlo, le hincan sus caninos a quien sea, lo importante para ellos, es lograr el poder,  conservarlo los unos, o lograrlos el otro.

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