GUSTAVO EL EFERVECENTE

Totus Noticias
10 Min Lectura

Por: HAMMURABI

Siempre lo hemos dicho, el Presidente Petro ha sido el único que en su mandato ha cumplido con todo lo prometido en campaña, con todo, sin hacer listas y por encimita veamos, acabar las EPS, reforma laboral, reforma pensional, constituyente (aunque nunca lo dijo en público, siempre se supo); además y ahí si peor, nunca ha tenido la seria intención de respetar la división e independencia de los poderes, a él ese tema le da urticaria y bien que ha resultado hábil para brincárselos, sobre todo al congreso, si no se lo puede comprar (que muy a pesar de él, le han tocado ciertos huesos duros, duros de roer, duros de corromper), de igual manera eso le importa “un comino” como lo dice todo el tiempo, y a base de decretos, los que se filtran fácil por las rendijas de la maraña de las leyes, esas que nos hacen un país saturado de las mismas, pero que no se cumplen, él sabe siempre, como salirse con la suya.

Su estilo no ha cambiado, ni un ápice, es el mismo guerrillerito (que nunca mato a nadie, seguro que no, pero por falta de huevos, no por otra razón), de la clásica retórica Castrista, pugnaz, sembrando odios de raza, de clase, atacando a todo lo que huela a capital, convencido de tener siempre la razón, es más, pareciera a veces que dejara entrever, estar convencido que fue él quien la inventó, la razón claro.

Caen como moscas todos los que se le oponen, todo ese mundillo de poderosos, de ex poderosos hoy en día, de prepotentes, ridículos, que creyeron eterno su reino, se dejan llevar como niñitos a la dulcería, por su muy bien fundada estrategia, lo hace bien (para él, porque hay quienes pensamos que su estilo, su dogma, es un fétido pozo de imbecilidades), enreda, busca peleas, no se ha acabado de asentar el polvo de la última, cuando ya está levantando otra polvareda, no deja pensar, no deja responder, sí, todos, los periodistas, los políticos, los dirigentes gremiales, salen todas las mañanas por la radio a replicarle al hombre, éste, con su I phone en mano, les botas “equis” a todos, riéndose me imagino, desternillado de la risa, a él cualquier contradicción le importa, repito “un comino”, es que ni siquiera le interesa que sus propuestas progresen, fluyan, caminen por el sendero de la realización, le importa muy poco.

Fijémonos no más en algunos temas, importantes, graves o intranscendentes, por ejemplo, el Metro de Bogotá, ya nadie habla de eso, en ese tema, hubiéramos querido que Gustavo se parara en firme, y obligara a enterrar el tren, entre paréntesis es el único sistema serio de transporte masivo, para una mega urbe como Bogotá, el tren subterráneo, cerramos paréntesis, la compra de las tres millones de hectáreas “pactadas” con Fedegan, ya nadie habla de eso, es tan profunda la desidia de Gustavo, al gobernar, que ni siquiera hace ejecutar el presupuesto, son absurdas las cifras de ejecución, ya se han visto por ahí los datos del presupuesto para el 25, 360 billones para gastos de funcionamiento: léase: “dinero para comprar conciencias a base de subsidios, dinero para aplacar las iras de los guerillos, dinero para malgastar kerosene de Jet en sus muy inútiles e incesantes viajes y para inversión solo 70 billoncitos, eso no alcanza para nada.

Entonces, que es lo que se deja entrever en todo este díscolo actuar del gobierno, para nuestra manera de ver, solo trata de hacer lo posible, para perpetuarse en el poder, parte Gustavo (o al menos eso es lo que expone) de la con muy poco fundamento idea, de que tiene él, el deber de ejecutar un mandato, otorgado por la igual según él, mayoría del pueblo, inexistente la tal mayoría, sus tan cacareados votos del 2022, corresponden tan solo a uno de cada cuatro ciudadanos, así que de mayorías nada, mandato de su imaginaria mayoría, que le dicta la obligación de cambio, entendido por el presidente este cambio, como la necesidad de destruirlo todo y rehacerlo de nuevo, muy al estilo de los bolcheviques en la Revolución de octubre en Rusia, una nueva nación, estatista, restrictiva de libertades, de economía centralizada, público todo lo que pueda serlo, poca iniciativa privada y si la hay, perseguida, controlada y si es posible, asfixiada, pero ese mandato, esa ejecución del mismo por parte del presidente, es lo que lo mantiene en pie, en las marchas de ayer 1 de mayo, quedo demostrado, la gente que va a la Plaza, cumple con el cometido de permitir hacer videos y tomar fotos, que aparentan mostrar unas mayorías incontrovertibles, le permiten a Gustavo, enrostrar su gran poder, le permiten comparar las suyas con las marchas de la “derecha”, le permiten sus convocatorias darle la tarima para que arengue al pueblo, le altere el ánimo, lo incite al odio y le permite igual, mostrarle a esa masa (pequeña, pequeñísima masa) que es él, el único que puede mediante esa nueva forma de lucha, la de la calle, la de la gritería, el vandalismo, disfrazados de derechos a la protesta democrática, vencer a ese monstruo voraz del capitalismo, de la oligarquía, vencer a ese grupo de dirigentes que mandaron en el país por decenios, sin tener que acudir a la institucionalidad, a los poderes democráticos, él convence a su pueblo, de que son ellos los que mandan, los que deciden, los que serán guiados por él, para redactar esa nueva constitución, que le permitirá a él y a su banda, quedarse en el poder, per omina secula seculorum.

Que fácil se la estamos dejando a Gustavo, a Gustavo “el efervescente”, ese que se eleva como la espuma, ante la presencia divina de un pueblo que lo alienta a comprometerse a quedar atornillado en el poder, como el único garante, de que el pueblo sea reivindicado de los atropellos de los poderosos, sin saber, sin entender, y sin siquiera mirar lo que le sucede al vecino, a Cuba, a Nicaragua, países sumidos en la mas aberrante miseria, aplastados por dictaduras asquerosas y criminales.

Se la pusimos fácil, le permitimos a los gobiernos anteriores ejercer el poder de la peor de las maneras, tan solo para llegar al calamitoso estado de hoy, en donde la incertidumbre campea, no solo atemorizando al mismo pueblo, sino alejando a los que generan verdadera riqueza, esa de donde salen los impuestos, para que los malgaste el gobierno.

La espuma del litigio hoy, fue la inmensa estupidez de romper relaciones con Israel, como si con eso se acabara la guerra en Gaza, es que el ego de Gustavo es tan grande, que cree él, que con sus actuaciones resuelve los grandes problemas de la humanidad, no más petróleo en Colombia, listo, y por arte de magia ante tan brillante decisión, se acaba el progreso del cambio climático, rompo con los judíos, y de inmediato y como una muestra del gran temor que produce al gobierno israelí tal hecho, suspende éste su actuar en contra de los terroristas de Hamas en Gaza, y así en todo, entre tanto, la casa de gobierno, es gobernada por una muchachita, inexperta, violadora de los mas elementales derechos humanos, y por un séquito de colaboradores, mediocres, tontos, ministros y ministras medio atembados, que no tienen idea de lo que dicen, que no saben de donde vienen ni para donde van, y que solo saben, como el super nefasto min salud, salir al lado de Gustavo, a la plaza, a aplaudir las arengas del guerrillerito de medio pelo, que se le ocurrió elegir a nuestro pobre pueblo, que será en fin de cuentas, la víctima mas sentida de ese magno error.

Y para rematar, los dirigentes económicos, los de la salud, ante la necesidad de conservar sus posiciones y negocios, se le rinden a los pies, sin entender que el hombre, jamás cederá, jamás negociará, jamás los favorecerá, jamás hará algo que los apoye y menos aún que los beneficie.

En definitiva, el remedio para las resacas presidenciales, lo tiene él mismo, La efervescente Sal de Frutas.

Cuadro de comentarios de Facebook
Comparte este artículo