El exsenador Liberal Mario Castaño –quien el pasado 13 de marzo logró reelegirse en el Senado con el aval del Partido Liberal, pero no se posesionó– falleció al parecer de un infarto en la cárcel La Picota, según confirmó el Inpec este sábado 18 de noviembre.
Castaño, quien logró reelegirse en el Senado el pasado 13 de marzo con el aval del Partido Liberal pero no se posesionó, estaba cumpliendo condena en relación con su presunta participación en una red de corrupción que habría gestionado contratos de manera irregular en diversas entidades del orden nacional.
El político, que no llegó a asumir nuevamente su cargo en el Senado, fue señalado por tejer una red corrupta en varios departamentos, entre ellos Caldas, Chocó y Risaralda, donde se habría asegurado millonarios contratos a cambio de coimas para beneficiar a personas de su elección directa.
La Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia compulsó copias y ordenó la captura de Castaño, quien se acogió a una sentencia anticipada. La Corte Suprema de Justicia dictó una sentencia por 19 delitos, incluyendo concierto para delinquir, peculado por apropiación, interés indebido en la celebración de contratos, entre otros.
La investigación reveló que al menos 50 contratos habrían sido torcidos por la red corrupta de Castaño, con un valor estimado en más de 43.000 millones de pesos. La pena impuesta al exsenador fue de 15 años de cárcel, acompañada de una millonaria multa.
El excongresista, contando con su experiencia como contador público, habría aprovechado información sobre finanzas de la nación para establecer un entramado de corrupción que otorgaba contratos de obras públicas a cambio de millonarias coimas.
La Corte Suprema consideró que su posición política le permitió tener contacto con diversos actores del sector público, interferir en procedimientos administrativos y de contratación, facilitando a la organización alcanzar su cometido delictivo en detrimento del patrimonio del Estado.
Además de la condena, la Fiscalía le incautó 38 bienes en varias ciudades del país. La muerte de Mario Castaño cierra un capítulo oscuro en la política colombiana y plantea interrogantes sobre el legado de la corrupción en el país.
