El Diario The New York Times arremete contra Duque, por el manejo que le dio a las protestas y los múltiples asesinatos a jóvenes

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Colombia está en el ojo del huracán debido la situación de orden público que está enfrentando, los abusos policiales contra jóvenes ha ocasionado que la situación sea llevada a Derechos Humanos, e instancias internacionales para que evalúen la situación.

Pero esas decisiones han hecho poco para sofocar la ira pública, y las manifestaciones se han transformado en una gran protesta nacional por el aumento de la pobreza, el desempleo y la desigualdad provocados por la llegada del coronavirus el año pasado. Como lo afirma el diario.

Duque fue uno de los primeros en tratar de abordar los problemas económicos de su país, pero la respuesta pública no augura nada bueno para otros líderes regionales, dijo Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una consultora.

“Este es uno de esos momentos en los que se está produciendo una ruptura clave en la sociedad”, dijo. “La gente está harta y se despierta el poder de las calles”.

Duque, heredero político de Uribe, pronto desplegó más fuerzas militares en las calles para sofocar los disturbios, se puede leer en el artículo que cuestiona el gobierno del presidente.

Lo más alarmante son numerosos muertos, dentro de los que se encontraba Jesús Flórez, de 86 años, quien murió “al parecer por inhalación de gases”.

Al menos 540 policías han resultado heridos durante las manifestaciones, según la Policía Nacional, mientras que más de 100 autobuses han sido destrozados o quemados. La policía dijo que también había identificado a casi 17.000 personas que no estaban cumpliendo con medidas de salud pública como usar mascarillas.

Las protestas se producen justo cuando el país está experimentando el momento más mortal de la pandemia, y el país ha alcanzado un número récord de muertes diarias en los últimos días, afirma el artículo

Guzmán, de Colombia Risk Analysis, dijo que había un acuerdo generalizado de que se necesitaba una reforma fiscal para mantener a flote al país, pero que el gobierno había esperado demasiado para rescindir la impopular propuesta fiscal, permitiendo que la ira, la frustración y el resentimiento que se habían acumulado desde el año pasado explotaran.

“Ahora se trata mucho más de la forma en que el gobierno ha dirigido el país durante dos años y medio, se trata de los cierres, se trata del descontento popular”, dijo.

La economía de Colombia se contrajo un 7 por ciento el año pasado, mientras que la pobreza aumentó del 36 a casi el 43 por ciento de la población, según cifras divulgadas la semana pasada.

“Nos están llevando al hambre”, dijo Natalia Arévalo, de 29 años, una manifestante en Bogotá. Arévalo, que se dedica a la venta de ropa, dijo la semana pasada que el nuevo cierre impuesto para frenar la propagación del virus había reducido drásticamente sus ventas. “Ahora quieren quitar lo poco que tenemos”.

Algunas de las mayores manifestaciones se han realizado en Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia. El domingo, Nicolás Guerrero, un joven artista, estaba entre los cientos de personas reunidas en una zona norte de la ciudad. De repente, sonaron los disparos.

Un video granulado, transmitido en vivo y visto por muchos, muestra gritos y confusión.

Lo más lamentable fue la muerte de menores

Un claro ejemplo, fue el del manifestante era Marcelo Agredo, de 17 años, un estudiante de noveno grado que salió a marchar con su hermano. Murió poco después, según su padre, Armando Agredo. La muerte fue confirmada por la Defensoría del Pueblo, una agencia gubernamental que investiga las violaciones de derechos humanos.

Juan Gómez, un abogado de 27 años, estaba allí y vio cómo Guerrero se desangraba a sus pies.

“Fue horrible”, dijo Gómez. “Nunca había visto morir a alguien ante mis ojos”.

“No hay proporcionalidad”, dijo sobre la fuerza que se usa en la calle. “No tiene sentido”.

Gómez hablaba por teléfono, el lunes. Dijo que estaba tan molesto que planeaba regresar a las calles ese mismo día.

Sin embargo, en última instancia, muchas personas en las calles dijeron que solo vieron los aumentos de impuestos, y un gobierno que sentían que ignoraba sus necesidades. A pesar de que Duque afirmó el retiro de la Reforma Tributaria, muchos gemíos y sectores siguen manifestando su inconformidad su descontento con el gobierno de Duque y ha sido llevado a otras instancias con el fin de ser escuchados.

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