El Circo Político: Cuando la Política se Convierte en una Batalla de Gladiadores

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Por: Aldrin García Balvin

Es con un pesar profundo que anuncio mi retiro de la consultoría política. En un tiempo no tan lejano, este campo solía ser un escenario de propuestas, un foro para la discusión de ideas y un medio para el progreso de la sociedad. Sin embargo, hoy me veo obligado a despedirme de lo que queda de esa noble profesión, pues las campañas políticas se han metamorfoseado en una absurda batalla de gladiadores, donde el espectáculo supera con creces a la substancia.

En el pasado, los políticos aspiraban a destacarse por sus propuestas, sus soluciones para los problemas que aquejaban a la sociedad. Las campañas electorales eran una oportunidad para presentar esas ideas y convencer a los votantes de su valía como líderes. Pero el presente nos presenta una realidad escalofriante.

Hoy en día, las campañas políticas se asemejan más a una lucha en el Coliseo romano, donde las banderas ondean con furia y las lanzas afiladas no son más que retórica venenosa y calumnias sin fundamento. La verdad se ha convertido en una víctima colateral en esta batalla sin cuartel. Mientras que antes los políticos buscaban servir al bien común, ahora parecen más interesados en servirse a sí mismos.

La comunicación política, una vez un arte delicado, se ha convertido en un circo grotesco de bufones lanzando acusaciones sin pruebas, fabricando mentiras sin piedad y burlándose de sus oponentes en lugar de abordar los problemas reales. Las redes sociales son el epicentro de esta triste comedia, donde la verdad se disuelve en un océano de memes y desinformación.

Lo que duele más que cualquier otra cosa es que esta lucha sin argumentos ha dejado de lado el verdadero propósito de la política: el servicio a la gente. En lugar de buscar soluciones reales para los desafíos que enfrentamos, los políticos se han vuelto expertos en el arte de servirse a sí mismos. Han olvidado que están ahí para representar a la ciudadanía y trabajar en su beneficio.

La política debería ser la noble búsqueda de un bienestar común, la construcción de un futuro mejor para todos. Sin embargo, en lugar de eso, se ha convertido en un espectáculo macabro donde los políticos, en lugar de promover propuestas significativas, optan por el camino fácil de la burla y el escarnio. En lugar de ofrecer soluciones, fabrican problemas y difunden la desconfianza entre la población.

Es triste reconocer que, mientras los políticos sigan convirtiendo la política en un circo de sombras y calumnias, yo me retiro de la consultoría política. Es hora de dar paso a un nuevo enfoque, uno que recupere el verdadero arte de la política, que consiste en servir a la gente en lugar de servirse de ella. En un mundo donde los gladiadores dominan el escenario, es hora de encontrar un camino más sensato y constructivo.

Así, en mi retiro, hago un llamado a todos los ciudadanos a no ser meros espectadores de este circo político, sino a demandar un debate sustantivo, propuestas significativas y un compromiso auténtico con el bienestar de la sociedad. La política merece más que una batalla de gladiadores; merece líderes comprometidos con el verdadero arte de la política: el servicio a la gente.

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