En una declaración que ha generado reacciones tanto dentro como fuera del país, el presidente Nayib Bukele se ha declarado ganador de las elecciones presidenciales con un asombroso respaldo del 85% de los votos. Según Bukele, este resultado establece un récord sin precedentes en la historia democrática mundial.
El domingo, los ciudadanos salvadoreños acudieron a las urnas en unas elecciones que han visto al presidente Bukele asegurar una victoria contundente, permitiéndole extender su mandato hasta 2029. El éxito de Bukele se atribuye en gran medida a su enérgica lucha contra las pandillas, que ha transformado a El Salvador en uno de los países más seguros de América.
«De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos y un mínimo de 58 a 60 diputados a la asamblea. El récord en toda la historia democrática del mundo», afirmó Bukele en una declaración escrita.
Sin embargo, a pesar del amplio respaldo popular, el enfoque de seguridad de Bukele ha generado críticas por presuntas violaciones a los derechos humanos, y su participación en los comicios ha sido cuestionada tanto por la oposición interna como por la comunidad internacional, dado que la Constitución salvadoreña prohíbe la reelección inmediata.
Convertido en el primer presidente salvadoreño en ser reelecto en casi un siglo, Bukele ha prometido mantener el estado de excepción hasta erradicar por completo la presencia de pandillas en el país. Además, ha confirmado que El Salvador seguirá utilizando Bitcoin como moneda de curso legal, a pesar de la controversia y la falta de aceptación generalizada.
«Aún falta muchísimo por hacer pero, paso a paso, resolveremos décadas enteras de saqueo y abandono», declaró Bukele en sus redes sociales, reiterando su compromiso con el progreso del país.
Al ser interrogado sobre una posible reforma constitucional para permitir la reelección indefinida, Bukele evadió la pregunta, afirmando que no creía que fuera necesaria una reforma, pero sin abordar directamente la posibilidad de buscar un tercer mandato.
En estas elecciones, los colores y emblemas de los partidos de oposición estuvieron notablemente ausentes, destacando el predominio del color cian, representativo del partido oficialista Nuevas Ideas.
Además de la elección presidencial, los salvadoreños también votaron por los diputados del Congreso unicameral. Las encuestas anticipaban un amplio favoritismo hacia los candidatos del oficialismo, lo que consolidaría aún más el poder de Bukele.
A pesar de los logros innegables de su gestión, algunos analistas señalan un desempeño económico deficiente durante el mandato de Bukele. El Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador ha experimentado el menor crecimiento en comparación con otros países centroamericanos en los últimos cinco años. Además, la deuda pública ha alcanzado niveles récord, lo que ha llevado al país a una situación fiscal considerada «insostenible» por algunos expertos.
Si bien Bukele ha logrado reducir la migración irregular hacia Estados Unidos y ha mantenido relaciones más estables con Washington, su administración enfrenta desafíos económicos significativos, incluida una creciente pobreza extrema y una disminución en la inversión privada, elementos clave para la recuperación económica del país.
El resultado de estas elecciones presidenciales y legislativas en El Salvador tendrá repercusiones tanto a nivel nacional como internacional, y el futuro político y económico del país dependerá en gran medida de las acciones y políticas implementadas por el gobierno de Bukele en los próximos años.
