En un trágico y preocupante incidente, el coronel Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá, fue asesinado mientras se dirigía a su residencia. El ataque, que tuvo lugar en la concurrida intersección de la carrera 30 con calle 80, en la localidad de Barrios Unidos, ha generado conmoción y una inmediata respuesta de las autoridades.
El coronel Fernández, quien administraba uno de los centros carcelarios más importantes del país, se desplazaba como copiloto en un vehículo Mazda gris, no blindado, cuando fue emboscado por sicarios en motocicleta. Los atacantes dispararon repetidamente contra el vehículo, impactando mortalmente al funcionario en la cabeza. El automotor quedó atravesado en medio de la vía, creando una escena caótica que fue rápidamente documentada por transeúntes y difundida en redes sociales.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, confirmó la noticia y expresó su profundo pesar. “Lamento ser portador de una terrible noticia: acaba de ser asesinado el coronel retirado Élmer Fernández, director de la cárcel Modelo”, declaró Osuna. Asimismo, anunció un operativo candado liderado por el director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, para capturar a los responsables.
Las amenazas contra Fernández no eran desconocidas. El 9 de mayo, había recibido mensajes intimidantes vinculados a su gestión en la cárcel, específicamente por el traslado de un peligroso delincuente. Los panfletos encontrados advertían de represalias contra su familia y su vida si continuaba con su estricta administración. “Para que vea que yo sí tengo poder y si me trasladan le mato la familia”, decía uno de los panfletos.
La noticia del asesinato ha provocado una ola de reacciones. Óscar Robayo, presidente del sindicato de guardianes del Inpec, lamentó profundamente la pérdida y subrayó los riesgos constantes que enfrentan los funcionarios penitenciarios. “Entre mejor se hace el trabajo en el Inpec, más víctimas son asesinadas. Hoy la víctima fue el coronel Élmer Fernández, director de la cárcel Modelo. Habíamos advertido las amenazas. S.O.S”, señaló Robayo.
El presidente de la República, Gustavo Petro, también condenó el crimen. Fernández, quien llevaba apenas un mes en el cargo, fue descrito como un funcionario comprometido con la disciplina y la seguridad en el penal. “Estaba cumpliendo las órdenes de impartir disciplina y haciendo requisas aleatorias. Hoy es asesinado vilmente”, afirmó el mandatario.
Tras el ataque, se convocó un consejo de seguridad para evaluar la situación y planificar las acciones necesarias para garantizar la seguridad de los funcionarios carcelarios. El gobierno y las autoridades judiciales han reafirmado su compromiso de enfrentar con firmeza a quienes atentan contra la paz y la justicia en el país.
El asesinato del coronel Fernández pone de manifiesto la peligrosa realidad que enfrentan los administradores penitenciarios en Colombia, y subraya la urgente necesidad de mejorar las medidas de protección y seguridad en torno a ellos. Mientras tanto, la sociedad colombiana espera respuestas y justicia para un crimen que no debe quedar impune.
