¿Y DONDE ESTA JAVIER?

Columnistas
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Por: HAMMURABI

Hace unos treinta años, el Diario El Espectador, publicó patrocinado por varias famosas marcas, a doble página un juego llamado “Donde está Javier”, consistía en encontrar al personaje así llamado en medio del dibujo en una escena urbana, y de una inmensa multitud de personas, no era fácil, pero los premios recuerdo eran buenos; era un juego.

Hoy, no lo es, hoy necesitamos con extrema urgencia averiguar “Donde esta Javier”, donde está el Javier Milei colombiano, esa persona que, necesitamos encontrar para que nos saque del actual marasmo combinado con la total acracia del gobierno, si lo encontramos, el premio igual que en el juego, será muy bueno, si no lo encontramos, las consecuencias serán catastróficas.

No es apocalíptico lo que afirmo, para nada, es un hecho que estamos en el medio de la peor situación del país, mírese la arista que se mire, no voy a listar lo que anda mal, lo resumo: Todo, el asunto es, que no es que todo sea culpa del actual gobierno, claro que no, los gobiernos anteriores, sin excepción fueron desastrosos, corruptos, ineficientes, se derivan de ahí, de esos cien o más años de deplorables administraciones, de congresos compuestos por miembros de nauseabundo comportamiento, por jueces vendidos, por carteles de todo pelambre y calibre, drogas, toga, cemento, pañales, aerolíneas, cerveceras, todo un escenario de desorden, caos, crimen, guerrilla, típico de un país inviable.

El pueblo, engañado claro está, aposto por la opción de un prometido “cambio” y votó por Gustavo Petro, el adalid de los desposeídos, mostró éste su faceta populista, el ángulo del defensor de las causas perdidas, el vengador, ese que tenía que acabar con el capital y por ende con los capitalistas, con los burguesitos, blanquitos de camioneticas Toyota, el pueblo, el rancio pueblo, se tragó el cuento y, voto por él; el odio de clases es verbo presente en cuanto sermón o perorata espeta el señor presidente, rédito, al menos hace un par de años le dejó el discurso, hoy ya nadie le cree, excepción hecha de sus secuaces, sindicalistas de la izquierda feroz, léase FECODE, primera línea, ese amorfo grupo de renegados, tira piedras, devorados por la ideología de Trotsky de la revolución por la revolución, sin norte, ni sur, ni nada, solo reventar todo lo reventable y de obvia manera por sus cercanos áulicos, Bolívar, Sarabia, Guanumen, Benedetti, Rusinque, Barreras, y resto de anodinos personajes de verdad insignificantes, oscuros, provenientes de lo más tenebroso de la sociedad.

¿Ha defraudado el gobierno a sus electores?, claro que sí, no a sus incondicionales, no, sino a aquellos que no confiesan ideología o partido alguno, esos que en verdad creían que iba a haber un cambio, de esos, ya nadie lo respalda, esa gran masa de la población, que sabe que el país ha estado gobernado por una clase putrefacta, soportada por esa parte del Empresariado igual de podrido, verbo y gracia: Contratistas del Estado, ese pequeño y muy poderoso grupo de empresas dedicadas a obtener los contratos que adjudica el Estado, con el primordial y en muchos casos único fin, de robarse el dinero, con el que después financiaran las campañas de los políticos que a su vez, volverán a adjudicarles los contratos, de donde saldrán de nuevo los recursos para volver a elegir a los contratistas que…. Y así, en un infinito carrusel sin fin, como en el cuento del gallo capón.

Entonces, ellos, la clase política, sin darse cuenta, nos está mostrando el camino, la vía por la que, si así lo decidimos, podemos llevar al país por el sendero del progreso, de la riqueza, de la buena educación, esa clase política, en la que caben todos, socialistas, comunistas, derechistas, nazis, marxistas, todos, que en final de cuentas son lo mismo, como los calcetines, ni derechos ni izquierdos, son lo mismo, solo son Ladrones, nos está mostrando con hechos, no con discursos absurdos, no, lo están haciendo con hechos, nos muestran, repito, que la solución no son ellos, ninguno y, digamos nombres propios, no es Uribe, ni Bolívar, ni Petro, ni Cabal, ni Vargas Lleras, ni Fajardo, ni De La Calle, ni Gaviria (ninguno de los dos, ni el nefasto César ni el pusilánime de Alejandro), ni Polo Polo, ni Dieguito Uribe ni Roy, ni Benedetti, ni Eduardo Verano, ni Fico, ni Rodolfo Hernández (el horror), ni Laurita Sarabia (tenebrosa, peligrosa, ladina), ni Velasco, menos aún ninguno de los desmovilizados FARC, ni Dilian Francisca, ni Carlitos Caicedo, ni Daniel Quintero, ni Enrique Peñalosa (que en justicia debería estar preso, por el desastre de la construcción de Transmilenio), ni Claudia López, ni su esposa (que no se como se llama, pero repugna), menos aún la Francia y su helicóptero, ninguno, nadie que haya estado en política aunque fuera por un día, no, la solución, reitero nos la muestran todos estos delincuentes, ninguno de ellos puede llegar al poder en el 2026, ¿entonces?, pues bueno, el ejemplo nos llega del Sur, de ese bello país, que a finales del siglo XIX era el más rico del mundo, tan rico era, que los comunistas liderados por el atroz José Domingo Perón y sus mujeres, la Evita y la Isabelita, se tardaron casi un siglo, en postrar a la Argentina en la miseria, mientras la gavilla de malandros, Peronistas, comunistas, esos de Kirchner y su macabra mujer, la “Reina del Botox”, Doña Cristinita, se enriquecían de descarada manera, hasta que el pueblo dijo “Basta Ya”, y se les apareció Javier, el Libertario, el que propugna por un Estado pequeño, no confiscador, el que sabe que solo el capitalismo los sacara de la miseria, el que detesta todo lo “zurdo”, el lenguaje “inclusivo”, el que sabe que la inversión extranjera traerá progreso, bienestar, ese, que con palabra dura, sin temores, sin respeto por los que irrespetaron a su pueblo, los ha puesto en su sitio (y ojala en la cárcel), ese es el que salvará a la Argentina.

Y nosotros, que como repito, debemos agradecer a Uribistas y Petristas, el habernos demostrado que son igual de incapaces y de corruptos, y por ende no son la solución, debemos, desde ya, buscar a Javier, ojala y bien pronto, podamos responder a esa pregunta ¿Dónde está Javier?…..

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