Dicen que el vivo vive del bobo, pero no siempre los que se creen muy vivos resultan siéndolo, porque en Cartagena un hombre quiso hacer creer a sus familiares que lo habían secuestrado, por lo que exigía una suma de dinero por su presunto rescate para terminar quedándoselo sin importar la angustia y zozobra de sus allegados.
En la muy turística isla de Barú, muy cerca de la costa cartagenera, un hombre fingió su secuestro el pasado 20 de febrero, y para presionar a su familia con la entrega de un dinero, envió a un hijo una fotografía en la que supuestamente se encontraba con una soga atada a su cuello y con una bolsa puesta en su cabeza, al mejor estilo de las películas, y aún peor, ejemplificando el drama de cientos de familias colombianas que subsisten con la incertidumbre de tener a uno de los suyos secuestrado.
Las fotografías enviadas por el hombre despertaron la angustia y el temor entre su familia, pues se imaginaron que se encontraba padeciendo el peor de los sufrimientos al que puede ser expuesto un ser humano, la dureza de las imágenes se reflejaban en un hombre totalmente reducido al estar maniatado y sin siquiera poder ver la luz.
La familia del hombre supuestamente secuestrado decidió poner en alerta a las autoridades de Policía, quienes rápidamente dispusieron de elementos expertos en casos de secuestro, entonces iniciaron una investigación despertando algunas sospechas entre los agentes, quienes finalmente aceptaron que se entregara dinero por el rescate del hombre ante la desesperación de su familia por verlo nuevamente junto a ella.
El rescate exigido por ‘los secuestradores’ debería ser consignado en una empresa de giros, el cual puede ser reclamado en cualquier sucursal, sin importar el lugar del país, en caso de que esta se a de carácter nacional.
Los investigadores, como expertos sabuesos, reconocieron diferentes pistas recogidas y lograron dar con el paradero del secuestrado, quien muy fresco se encontraba en una oficina de una reconocida empresa de giros reclamando el dinero entregado para su rescate.
Los miembros del grupo de la Policía que llegó hasta el lugar para ‘rescatar’ al supuesto secuestrado no sabían si reírse o indignarse con la acción de este hombre al que no le importó hacer sufrir a su propia familia con tal de ganarse fácilmente un dinero.
La familia del ‘liberado’ pasó de la angustia a la total desazón y vergüenza, pues tuvo que pedir disculpas a todos aquellos que se interesaron por el supuesto rapto de un hombre que ahora tendrá que responder ante la justicia por su propio secuestro.
