Se salvaría Gorgona – Crónicas de Gardeazábal

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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

La isla de Gorgona es un invaluable bien ecológico de la nación. A algún chafarote se le ocurrió a comienzos de los 60 volverla isla prisión. A ella fueron a dar centenares de compatriotas que equivocaron su destino y se convirtieron en criminales peligrosos en un país ya de por sí violento y peligroso. De su paso por ella como prisioneros o guardianes fueron construyéndose leyendas inhumanas que contaban la crueldad que significaba ese encierro sin rejas. Probablemente por ello algún presidente con pantalones suprimió su carácter de prisión y se dio orden de ir abandonando toda presencia militar (sobre todo naval) y, sin que nadie lo ordenara realmente, la isla terminó en menos tiempo del que se hubiese podido gastar si decretan su vaciamiento, en un verdadero fortín de la ecología. A ese paraíso le resultaron entonces cuidanderos de honor y de vez en cuando misiones de las oficinas estatales de la conservación de la fauna marina y terrestre.

Pero desde antes de que Petro fuera presidente comenzaron los gringos y los señoritos de la Armada Nacional a buscar la forma de usar la isla como centro de espionaje, que no de vigilancia. Y contradictoriamente, como en muchos de sus actos, el primer presidente izquierdista que hemos tenido facilitó las fórmulas burocráticas para que se autorizara la construcción de una base militar cuasi gringa en sus entrañas. De nada valieron los estruendos que formaron en medios los buzos de Colombia, con Gonzalo Concha a la cabeza y sus acuanautas de corifeos. Petro, con la misma maña con que impuso el cambio del régimen de basuras de Bogotá cuando fue alcalde, autorizó camufladamente con la Armada la construcción de la base anti ecológica.

Un fallo del Tribunal Superior de Bogotá acaba de revocar la sentencia que entre gringos y uniformados colombianos había conseguido que se dictara y Gorgona corre el riesgo de salvarse porque el fallo es perentorio y ni Petro podrá desobedecerlo. La obra militar debe suspenderse ya.

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