Columnistas
Revuelta o autorreforma

Por: Mons. Darío Monsalve Mejía
Los hechos desbordan los relatos y las palabras. No nos queda a quien reclamarle, porque la sordera es la primera “respuesta” de la terquedad. Ni declaraciones, ni comunicados, ni movilizaciones y plantones, ni encuestas, mucho menos aún el vandalismo o el extremo de la indiferencia, el “non me ne frega niente” (no me importa nada) del italiano.
Vamos en un punto en el que sólo nos queda volvernos sobre nuestra propia libertad y acción. Solo nos quedan la fidelidad a valores y principios de vida y la disciplina social de la palabra, de romper cercos y prejuicios, de promover acuerdos de emergencia y de aplicación personal, doméstica, entre vecinos territoriales, gremios e instituciones.
Todo, con la cooperación en redes y medios. Y con la fuerza misteriosa y espiritual del Dios o del Ser Superior presente en la propia consciencia.
Se proclama a los cuatro vientos una “reforma tributaria”. Algo obtuso en su concepción, inoportuno en su concepto, inviable en su contexto.
Pero algo válido, paradójicamente, en la pretendida filosofía de “solidaridad sostenible”. Porque es lo único salvable, quizás, de ese lenguaje engañoso que reviste, exactamente lo contrario, la sostenibilidad del “status quo” en el desastroso esquema del gobierno actual. ¡Más sobre la teoría de la irrigación descendente del poder económico sobre la miseria de los excluidos! ¡Más de la “economía naranja” basada en el “exprimidor” y en los agregados de agua!
Lo que tendríamos que buscar es la solidaridad de quienes tienen el deber de pagar la gigantesca deuda social, empezando por la intervención que garantice sustento, territorio, techo, trabajo, especialmente el de economía familiar y de autoabastecimiento nacional. Nacionales y migrantes necesitan cobertura de “piso” y garantía legal de ingreso. Estado y privados tendrían que concertar una AUTORREFORMA en esa dirección.
Solo garantizando piso y sustento a todo hogar y hogar comunitario a todo destechado y hambreado, en un país lleno de baldíos, de latifundios y propiedades en el limbo de la “extinción”, de tierras suburbanas y extensiones remotas, se podría pensar en esta base o cimiento de sostenibilidad y de crecimiento sostenible, hacia condiciones dignas y pacíficas de vida.
La AUTORREFORMA es camino que no se mide en filigranas técnicas tributarias dentro del modelo injusto, sino en incluir a todos en la extensión de derechos y en la cobertura solidaria del bienestar básico.
Todos necesitamos ser invitados a la mesa social de una vida con dignidad y respeto, pactando en cada hogar y vecindad “la disciplina del diálogo”, el recurso a la palabra, el desarme físico y el desmonte de extorsión y amenaza, de “dictaduras” y fronteras de muerte.
Las reformas promovidas por el estado deberían ubicarse en este contexto de deuda social nacional, de grave emergencia para los más débiles, y de hacer pagar deudas como las de las acaparadoras EPS que quiebran el servicio de salud a los más pobres, en hospitales como El San Juan de Dios de Cali.
La pandemia puede convertirse en un “modo sistemático de vida”. Ya la violencia y las armas, el asesinato y la fuerza extorsiva, se convirtieron en sistemáticos, en “pandemia de desangre”, hemorragia de barbarie.
Quizás esta sea la última oportunidad para la humanidad y el planeta, en riesgo de desaparecer como biosfera que no encontró su equilibrio y armonía para mantener la vida. Desaparecer como género humano es ya, tristemente, una posibilidad a la vista.
Todas nuestras calculadoras de economía, de política, de globalización, de longevidad y apariencia, de seguridad privada e ideologías de seguridad nacional y totalitaria, de demografía y control migratorio, los cálculos de todos los sistemas e “ismos”, entraron en crisis.
La AUTORREFORMA y no unos ciclos de revueltas y vandalismo, que acelerarían la autodestrucción irracional de lo construido, que agudizan contradicciones y conflictos, es el camino que nos propone la vida y que coincide con el principio evangélico: “hagan con los demás lo que esperan que los demás hagan con cada uno de ustedes”.
Mayo es un mes que nos pone ante el trabajo y la vida, la salida acordada del conflicto insurgente y armado, la reconciliación, la familia, con la figura de la madre y del hogar de Nazaret, la educación y la necesidad más profunda de ser “hombres y mujeres con Espíritu Santo”.
Rescato el 2 de mayo, la memoria de Bojayá y del Cristo Mutilado, “El Santo Cristo Negro de Bojayá”, como lo llamó el Papa Francisco. Y el 3 de mayo, día tradicional de la Santa Cruz, para acordarnos de la no violencia, del perdón y la reconciliación.
A todos, hombres y mujeres, se nos conmueva el corazón y asumamos nuevas decisiones de vida, decisiones de AUTORREFORMA.
Columnistas
La izquierda trae pobreza

Por: Luis Gabriel Gómez, diputado de Antioquia
La izquierda trae pobreza: que lo digan los venezolanos, los argentinos, cubanos y nicaragüenses. No podemos permitir que la izquierda siniestra se consolide en nuestro país.
La izquierda, con su discurso de igualdad y justicia social, ha logrado captar la atención de muchos ciudadanos que anhelan un cambio en la estructura política y económica de sus países. Sin embargo, es fundamental analizar los resultados y las consecuencias de las políticas de izquierda en naciones como Venezuela, Argentina, Cuba y Nicaragua. Estos países, que han experimentado la consolidación de este tipo de gobiernos, han sido testigos del deterioro económico y la creciente pobreza que han dejado a su paso.
Comencemos por Venezuela, una nación que alguna vez fue la más próspera y rica de América Latina. Hoy, bajo el régimen chavista y su sucesor, Nicolás Maduro, el país se encuentra sumido en una profunda crisis económica y social. La falta de respeto por los principios democráticos y la excesiva intervención del Estado en la economía han llevado a una hiperinflación descontrolada, escasez de alimentos y medicinas, así como a una creciente migración de venezolanos que buscan desesperadamente una mejor calidad de vida en otros países.
Argentina, por su parte, ha sido víctima de una sucesión de gobiernos de izquierda que han prometido un modelo económico más igualitario. Sin embargo, la realidad es que las políticas populistas y la falta de responsabilidad fiscal han llevado al país a una recurrente crisis económica. La inflación descontrolada, la devaluación de la moneda y la falta de confianza de los inversionistas han generado un estancamiento económico que afecta directamente a los argentinos, especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Cuba, un caso emblemático de socialismo en América Latina, ha mantenido un régimen de partido único por décadas. Bajo la fachada de equidad social, el pueblo cubano ha sufrido las consecuencias de una economía estancada y una falta de libertades básicas. La falta de incentivos para la inversión y la ausencia de una economía de mercado han llevado a una situación de pobreza generalizada, donde los ciudadanos luchan diariamente para satisfacer sus necesidades más básicas.
Nicaragua, en los últimos años, ha experimentado una escalada autoritaria bajo el gobierno de Daniel Ortega y su partido el Frente Sandinista de Liberación Nacional. La represión política, la violación de los derechos humanos y la manipulación de las instituciones democráticas han sumido al país en una profunda crisis. La economía se ha debilitado, el desempleo ha aumentado y la pobreza ha afectado a una gran parte de la población nicaragüense.
Ante estos ejemplos concretos, es imprescindible reflexionar sobre las consecuencias de permitir que la izquierda siniestra se consolide en nuestro país. No podemos permitir que las promesas vacías de igualdad terminen en una realidad de pobreza y restricciones a nuestras libertades fundamentales. Debemos ser conscientes de los riesgos y elegir líderes comprometidos con el desarrollo económico y el orden social.
Aldrin Garcia Balvin
¡Una Fumada Regulada, Mis Amigos! Pero Cuidado con los Efectos Secundarios…

Por: Aldrin García Balvin
Desde mi experiencia como estudioso del tema, que me llevó a conocer de cerca los efectos y vivir la pesadilla que conlleva en mi propia familia, me veo en la obligación de expresar mi posición contraria a la posible legalización del consumo recreativo de cannabis en Colombia. Sin embargo, no puedo evitar hacerlo con un toque picaresco y algo de humor, porque a veces hay que ver el lado divertido de las cosas.
Resulta que la Comisión Primera del Senado ha dado un importante paso hacia la regulación de la marihuana para uso adulto. Y aunque algunos están entusiasmados con la idea de liberar el humo verde en nuestras tierras, permítanme ser el aguafiestas temporal y plantear algunas dudas.
Claro, entiendo que hay argumentos a favor de la legalización. Algunos dicen que es hora de avanzar hacia una nueva política de drogas, alejada del prohibicionismo y enmarcada en un modelo de regulación. Pero, amigos míos, ¿qué pasará con nuestra juventud? ¿Estamos preparados para afrontar los efectos secundarios que esta decisión podría traer consigo?
Ahora bien, mientras algunos esperan ansiosamente el aroma del humo verde, me pregunto si debemos abandonar por completo nuestra tradición cafetera representada por el emblemático Juan Valdez. ¿Acaso queremos verlo rodeado de plantas de cannabis en lugar de cafetales? ¡Imaginen el dilema de nuestro querido Juan!
Claro, habrá quienes argumenten que el consumo recreativo de cannabis no es tan perjudicial como se cree. Y sí, hay estudios que respaldan esa afirmación. Pero también debemos tener en cuenta los posibles efectos en la salud física y mental de las personas, especialmente en aquellos cuyos cerebros aún están en pleno desarrollo.
Ahora, no vayamos a pensar que la legalización de la marihuana va a convertirnos en un país lleno de fumadores compulsivos. Pero debemos ser realistas y reconocer que existe el riesgo de que el acceso se facilite y de que algunos caigan en un consumo problemático y adictivo.
Quizás en lugar de apresurarnos en tomar una decisión, deberíamos centrarnos en fortalecer los programas de prevención, educación y tratamiento relacionados con el consumo de drogas. No digo que debamos negar el humo verde por completo, pero sí que debemos ser cautelosos y considerar todas las perspectivas antes de dar ese paso.
Como ciudadanos responsables, debemos analizar los posibles beneficios y riesgos asociados a la legalización del consumo recreativo de cannabis en Colombia. No podemos dejarnos llevar solo por la emoción del momento. A veces, una risa picaresca no viene mal para relajar la tensión, pero recordemos que estamos hablando de un asunto serio.
Desde mi conocimiento y experiencia en el tema, me permito expresar mi desacuerdo y no recomendar la aprobación de esta medida. Debemos ser conscientes de las implicaciones y proteger el bienestar de nuestra sociedad, especialmente de nuestros jóvenes. Y si al final se aprueba, ¡al menos espero que no nos convirtamos en un país de «fumadores crónicos»!
Columnistas
HUÉRFANOS DE LÍDERES – Crónicas de Gardeazábal

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
El lamentable espectáculo de Laura y Benedetti ha servido para convencernos que no hay líder alguno ni en la derecha ni en la izquierda para orientar al país. Estamos huérfanos de conducción y, lo que es peor, ni el presidente tiene equipo o ministros que salgan a defenderlo ni la oposición tiene voceros con criterio nacional que se escapen del cerco inmarcesible del revanchismo.
La soledad del presidente es abismal. Ha resistido solo la tempestad. Para significarlo hizo un tuiter con su hija carcajeándose de lo que la ciudadanía podía estar pensando de un presidente ante semejante crisis. La flojera de los dirigentes de la oposición, ahora llamados escuetamente “la derecha” es igual de negativa a la soledad presidencial.
La tempestad que se armó con los audios de Benedetti ni la aprovecharon los izquierdos para cerrar el apoyo a Petro por las deslealtades de dos de sus funcionarios, ni menos los derechistas para resaltar la inutilidad administrativa de Petro, que no es capaz de solventar un enfrentamiento entre subalternos. A las 72 horas reaccionaron los partidarios de Petro y el coro lo encabezó el canciller para que lo repitieran quienes ahora asumen la defensa ,así encierre una contradicción: “ no se le puede creer a Benedetti porque es un drogadicto”, dijo el anciano de la tribu.
Pero ni en un lado ni en el otro acusan a la secretaria, ascendida a superministra sin nombramiento, de haber sido ella quien pudo haber facilitado los audios de Benedetti a su celular pues su voz nunca se escucha. Y tanto para los partidarios de Petro, como para sus opositores, resultó obvio o motivo de debate la incapacidad del presidente de saber escoger sus colaboradores. Ahí quedamos entonces.
Petro con una imagen perratiada de mal gobernante, Fico de macho presentando una averiguación a la Cámara en vez de una acusación por indignidad para ejercer el cargo y los demás, zurdos y diestros, viendo de lejos si Petro cae pero ninguno lo empuja para que ruede y tampoco lo sostienen para que no caiga.
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