Por: Rodrigo Villalba Mosquera
Siendo Venezuela nuestro vecino y tradicional socio comercial, de haber disfrutado por siempre una relación hermanada que viene desde la lucha por la independencia en donde pertenecíamos al mismo Estado de la Gran Colombia, donde abarcaban una basta franja del norte de Sur América, y que a raíz de los múltiples problemas en el hermano país, de orden político, social y económico, se rompieron las relaciones de estos dos países con las consecuencias que todos conocemos.
El presidente electo Petro desde su campaña ofreció restablecer las relaciones con Venezuela, y hoy, a ocho días de su posesiónanuncia que serán plenas, designando embajador en la república bolivariana. Es hora, de abrir nuevamente la frontera y propiciar de nuevo el intercambio comercial de este mercado natural. Los dos países solían tener un vibrante comercio transfronterizo que se desplomó a la medida en que la economía venezolana se implosionaba. En la actualidad, Venezuela representa menos del 1% de las exportaciones oficiales de Colombia después de haber sido el segundo destino de nuestros productos, lo que ha hecho que los contrabandistas hagan su “agosto”. Acordémonos que son 2.219 kilómetros de frontera con múltiples perforaciones.
Es conveniente el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, a pesar de las dificultades que adolece el vecino país, pues es claro que al otro lado de la frontera hay un gobierno dictatorial, a éste por más bloqueos que la comunidad internacional ha planteado, éstos no han sido eficientes, y mientras tanto, subsisten inconvenientes para tratar asuntos importantes con nuestros connacionales allá, y del inmenso contingente de venezolanos que migraron a Colombia por la crisis en ese país. Me parece que, por una razón u otra, hay que recuperar este relacionamiento, seguramente de manera gradual,con el servicio diplomático y consular de los dos países.
Con la elección de Petro los analistas consideran que es el mejor momento para reestablecer los lazos con Caracas, aunque nada será fácil: con reticencia de algunos estamentos colombianos y venezolanos, y seguramente, con alguna recomendación de Estados Unidos para que el régimen de Maduro rinda cuentas sobre los abusos de los derechos humanos y por socavar la democracia.
Creo que estamos en la dirección correcta, no solamente por nuestros connacionales y la búsqueda por recuperar el mercado venezolano, sino también por la posibilidad de buscar la paz, con un poco de pragmatismo, allí están dirigentes del ELN y de las disidencias de las FARC, con quienes hay que insistir. Mucho se hizo en esta materia en el Gobierno Santos, pero no podemos renunciar a la paz completa, éste debe ser siempre un propósito superior de una sociedad y Colombia debe tener la oportunidad de ser un país seguro y en paz.
