‘Quiero ir a los lugares más difíciles’: Howard Buffett, el heredero multimillonario que decidió volverse colombiano

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Foto: Embajada de Colombia en Estados Unidos.

El empresario, agricultor, fotógrafo, ambientalista, autor, miembro de juntas directivas, trotamundo, multimillonario y sobre todo, filántropo, Howard Buffet, se hizo ciudadano colombiano y compartió en entrevista con Forbes Colombia su visión del mundo y la fuerte conexión que ha creado con Colombia.

Howard Graham Buffett, el hijo mayor de Warren Buffett, es colombiano. La nacionalidad la recibió en la Embajada de Colombia en Washington D.C. de manos del presidente Iván Duque la segunda semana de octubre, vistiendo un traje y una corbata con los colores de la bandera del país.

Quienes conocen a este Buffett, saben que su vida no pasa en pasillos de Washington o Manhattan, sino en selvas africanas o en el Amazonas. Una vez, en Villa Garzón, en Putumayo, bailó joropo y dejó que un chamán lo rezara para su ‘prosperidad’. En Planadas, Tolima, se caminó el pueblo antes de anunciar una millonaria donación para el desminado humanitario y en Cartagena –como en otros lugares de Colombia– ayudó a Shakira a construir un mega colegio.

“Quiero ir a los lugares más difíciles”, dice Buffett en entrevista con Forbes Colombia. “Quiero ir a donde la gente realmente necesita mejorar su vida. Esas son mis áreas favoritas para ir, donde pueda entender lo que podemos hacer. Me refiero a tratar de ayudar a los agricultores con su producción y a obtener títulos de propiedad”.

Él, que es empresario, agricultor, fotógrafo, ambientalista, autor, miembro de juntas directivas y trotamundo, se ha consolidado como un filántropo a través de su Fundación Howard G. Buffett que estableció en 1999 financiando proyectos de seguridad alimentaria, mitigación de conflictos y seguridad pública. Solo en Colombia, ha entregado más de US$140 millones, lo que considera inversión y no caridad.

Quienes conocen a este Buffett, saben que su vida no pasa en pasillos de Washington o Manhattan, sino en selvas africanas o en el Amazonas. Foto: HGBF.

En Kivu Norte, en el este de Congo, financiaron la construcción de una planta hidroeléctrica que está habilitando el desarrollo de negocios, que las escuelas tengan luces, que las calles se iluminen por la noche y que los hospitales extiendan sus horarios, algo más sostenible que una entrega de comida que eventualmente se agota.

Miremos las escuelas que hemos construido con Shakira en Cartagena y en Barranquilla, que trascienden generación tras generación. Eso es una inversión en el país porque eventualmente esos niños hacen de la educación la base de su éxito”, explica Buffett.

A continuación relata una causa, que entusiasmado, combina con una pasión: la agricultura. “Los agricultores no pueden llegar al mercado si no existen carreteras. Así que si quieres hacer sustitución de coca, para ayudar a cambiar lo que están cultivando, tienen que llegar al mercado, así que estamos haciendo algunas carreteras terciarias. Si dentro de diez años vemos un área más segura, con agricultores produciendo cultivos legales y llegando al mercado por medio de esas carreteras, habré tenido una gran recompensa”.

Precisamente Shakira fue quien lo convenció de hacer las primeras inversiones en Colombia, respaldando a la Fundación Pies Descalzos. Luego, el embajador Juan Carlos Pinzón y los presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque, lo motivaron a sumarse a más causas, como la del desminado y la de las vías terciarias, que ocupan su más reciente donación de US$46 millones, para el Catatumbo, zona donde también respaldará la construcción de un nuevo megacolegio.

Ahora estamos trabajando juntos, en un proyecto más grande, para entregar educación de calidad en el Catatumbo“, comentó Shakira, en un video de agradecimiento a Buffett. “Estoy segura de que tu ayuda permitirá que el proyecto impacte significativamente a las personas”.

Howard explica que recibió con humildad y como “un gran honor” la ciudadanía colombiana. “Es un compromiso con nuestra alianza continua con Colombia en el futuro, que reafirma que nos preocupamos y esperamos que podamos hacer cosas realmente buenas y ayudar a muchas personas a beneficiarse de lo que hacemos”.
Su fundación se financia con donaciones y acciones que le han entregado a Howard, de 66 años, su madre Susan y su padre Warren, a quien Forbes ubica como el noveno más rico del mundo con una fortuna de US$105.000 millones.

“Es fácil, mi papá”, responde cuando se le pregunta la fuente de financiación. Fueron sus padres quienes les establecieron la obligación de ayudar a las personas que no tienen lo que él tiene. Que su único donante sea ‘El Oráculo de Omaha’ significa no tener que cumplir expectativas de 200 o 500 donantes, lo que contribuye a tener libertad para definir los proyectos y, como les gusta, asumir riesgos.

“Soy el primero que se monta en un helicóptero a volar un área de combate, en una zona de conflicto, ver lo que está pasando y preguntarme, ¿hay algo que podamos hacer?”, asegura y retrata cómo interactúa con su equipo. “Quiero que la gente haga su trabajo, que tengan libertad y confianza para hacerlo. Mi papá nos dejó aprender nuestras propias lecciones y cometer nuestros propios errores, para que aprendamos de ellos”.

Ha experimentado en distintas partes de África y América Latina, que no se puede tener desarrollo si no se tiene paz y seguridad. Y esto va atado a la seguridad alimentaria porque en una zona de conflicto se dificulta el acceso a fertilizantes y si no se cultivan alimentos bien, no se pueden enviar a los hijos a la escuela. “Eso socava todo”, ejemplifica.

Para Howard, en Estados Unidos se debe abrazar a América Latina como un vecino absoluto. “Ayudar al vecino México es lo correcto, porque si las cosas empeoran para ellos también empeoran para nosotros. Y Colombia, que tiene un gran impacto en Estados Unidos, se torna en una conversación negativa alrededor de la cocaína, que no se puede fingir que no existe, pero necesitamos una Colombia fuerte en lo democrático y lo económico. Puedes hacerlo porque es lo correcto o con egoísmo, pero el resultado será el mismo”, sentencia.

Tomado de José Caparroso – Forbes.co

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