Por: Alejandro Toro
En esta oportunidad quiero referirme y comentar sobre la preocupante situación que se viene presentando en el municipio del Bagre, subregión del Bajo Cauca antioqueño. Desde el emes de mayo viene arreciando una ola de violencia inusitada que cada vez se escala con mayores proporciones. Si bien, lo de la situación problemática de orden público no es algo nuevo en el Bajo Cauca, puesto que los sucesivos gobiernos que han estado a cargo – tanto en lo nacional, como en lo local – pocos esfuerzos dedicaron a mejorar la situación en clave de seguridad humana, pues esto no se resuelve solo con el aumento de la presencia de fuerza pública en la zona.
Los enfrentamientos entre por lo menos cuatro grupos armados ilegales: Los Caparros, El ELN, el Clan Del Golfo, disidencias de FARC. Dejaron dieciséis muertas de forma violenta en las últimas dos semanas. Justo a estos grupos ilegales se le ha venido atribuyendo los asesinatos que vienen ocurriendo. La Personería del municipio presentó datos según los cuales el municipio tiene la tasa de homicidios más alta de la subregión. Indudablemente quienes quedan a merced de estos hechos violentos es la población civil. Por ejemplo, el indice de desplazamiento aumentó en un 63% entre los meses de mayo y julio.
Según la Personería de Medellín, junto con la Unidad Permanente para los Derechos Humanos (UPDH) de las 2.349 personas que llegaron desplazadas, entre los meses de mayo, junio y julio; alrededor de 321 provienen del municipio de El Bagre. Imaginen ustedes que un municipio pequeño, de máximo 50 mil habitantes, se tengan que ir de manera forzada cada mes un promedio de 100 personas. En mi perspectiva esto significa una tragedia social. Son más de 300 familias que comienzan un padecimiento inimaginable por un tiempo indeterminado. Urge buscar soluciones para que este sufrimiento cese y comencemos a dar pasos hacia la protección de la vida y la garantía de defensa de los DDHH y la seguridad humana.
Desde mi gestión como representante a la Cámara por Antioquia estaré muy atento y presto a disponer mi curul para buscar una salida a la crisis que se está presentando en El Bagre. Es el momento de que el gobierno del cambio por la vida, de la nueva era de paz avance en la búsqueda de más justicia social para este bello municipio. Nos corresponde el reto de cerrar la brecha de inequidad que dejaron los anteriores gobiernos, La subregión del Bajo Cauca necesita más megacolegios, más docentes, mejor infraestructura de salud y garantías para que los médicos ejerzan su profesión en la zona sin ser amenazados, la universidad pública, gratuita y de calidad también debe llegar a estos territorios. Vamos a continuar buscando que los sueños de vivir sabroso se materialicen en todos los lugares de Antioquia. Esas 3.167 personas que votaron Sí a la paz el 2016 en el Bagre, son la fiel garantía de que toda su población merece vivir en tranquilidad.
