Las fobias sexuales, aunque parezcan extrañas, existen y son más comunes de lo que parecen.
Las emociones como el miedo, asco o vergüenza son naturales y necesarias en el libre desarrollo del ser humano y son desencadenadas por diferentes motivos experienciales de cada individuo.
Sin embargo, cuando estas sensaciones que contradicen la euforia tienden a tener un papel protagónico en situaciones de placer aparecen las dificultades en la vida en pareja e incluso en la forma de socializar con el entorno.
Justo allí es cuando aparecen las denominadas, fobias sexuales (miedo irracional al acto sexual). Si bien no es común contrastar placer con temor, sobretodo en la cama, para algunas personas se combinan sentimientos de temor e incluso aberración o asco ciertas actividades íntimas, las más frecuentes resultan ser: el sexo oral, los olores sexuales, la penetración, el tacto en ciertas partes del cuerpo y la más común de ellas, la fobia al embarazo.
Además, existen miedos extraordinarios que quizás aún no se conocen a voz popular, algunos de ellos por mencionar en el top 5 son:
– Venustrafobia: El miedo de los hombres a hablar con mujeres atractivas.
– Philemafobia: Miedo a besar en la boca
– Partenofobia: Miedo a tener relaciones sexuales con mujeres vírgenes
– Onirogmofobia: Miedo a tener sueños húmedos
– Falofobia: Miedo a erecciones involuntarias
Dichos temores e inseguridades pueden ser ocasionados por traumas psicológicos de la infancia, tales como, el abuso sexual, ya que el cerebro no asimila en la madurez y tiende a asimilar las situaciones del pasado de formas diferentes. Algunas soluciones con el fin de no afectar la práctica sexual mi la capacidad de sostener una relación son: buena higiene previa, geles de sabor y olor y en algunas ocasiones: terapia.
Fuente: Kienyke.com
