Palabras del Presidente Gustavo Petro en la posesión de los embajadores de Colombia ante el Reino de los Países Bajos, la República del Paraguay y el Reino de Bélgica

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Energías limpias y Paz Total, ejes de la gestión de los nuevos embajadores en Bélgica, Países Bajos y Paraguay posesionados por el Presidente Gustavo Petro

Embajadores posesionados:

Embajadora de Colombia ante el Reino de los Países Bajos, Diana Carolina Olarte, y su esposo, Giovanni Calvano, y sus hijos Eva y Lorenzo y sus distinguidos padres. 

Embajador de Colombia ante el Gobierno de la República del Paraguay, Juan Manuel Corzo, y su hermana María del Pilar y su distinguida familia. 

Embajador de Colombia ante el Gobierno del Reino de Bélgica, Jorge Enrique Rojas, y su hijo Gabriel. 

Embajador del Reino de los Países Bajos, Ernst Noorman.

Jefe de Despacho Presidencial, Laura Camila Sarabia; Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores, José Antonio Salazar Ramírez, y, en general, a todos quienes nos acompañan en este día de posesión. 

Red Eléctrica Americana

Parten ya ustedes a sus respectivos destinos donde van a representar a Colombia. 

Con el Paraguay tenemos una vieja relación originada en lazos de sangre casi, a partir de una guerra que hicieron con ese país, que mató las dos terceras partes de su población, en una Presidencia, la del señor Francia, muy progresista y que quisieron hundir a sangre y fuego. 

De ahí ha nacido esa relación que hace del pueblo paraguayo un verdadero pueblo hermano de Colombia, y que yo creo que se debe relanzar, porque a veces esos temas se olvidan. 

Paraguay puede ser un socio muy nuestro. Es, hoy por hoy, el país que tiene la matriz energética limpia más avanzada de toda Suramérica. Su energía sale del agua, las Cataratas de Iguazú se lo permiten. No solamente les sirven a ellos, prácticamente es su principal producto de exportación. Un azar geológico les ha permitido que el 100% de su matriz sea limpia. Ese es un objetivo que debe alcanzar Colombia. 

Lo hemos comentado con el Presidente de México, con el de Brasil ahora, el día de mi posesión aquí en este recinto, y sería bueno comentarlo con Paraguay, y es la idea que tenemos de construir una sola red eléctrica americana, desde la Patagonia hasta Alaska.

Quedan pocos tramos para lograrlo, uno de esos es el de Colombia ante Panamá, que tiene que ir por el mar. Pero si lográramos hacer ese circuito de energía eléctrica desde la Patagonia a Alaska resolveríamos dos problemas fundamentales.

Uno es poderle entregar a Estados Unidos energías limpias. Ellos tienen dificultades para su tránsito de una matriz energética limpias, por los intereses económicos que se ligan al petróleo, carbón, por la magnitud de las inversiones que tienen que hacer. Pero hay una ventaja, si se miran las tres Américas. 

América del Sur es la región del mundo con más potencialidad en generar energía limpia. Paraguay lo demuestra. Pero no solamente por nuestra abundancia de aguas, sino por nuestra abundancia de sol, nuestra abundancia de vientos. Esa combinación permitiría generar mucha más energía de la que nosotros consumimos.

Solo utilizar las energías limpias de la que es capaz La Guajira duplica nuestro actual consumo total de energía eléctrica en Colombia. Esa energía no se puede exportar, a menos que logremos tecnologías de hidrógeno verde en barco. 

Por tanto, la única manera de exportar la energía limpia es a través de la red eléctrica. Paraguay es el país que más exporta energía. Luego esta idea debería ser impulsada también por ellos, si los logramos acercar como socios.

Un proyecto de integración latinoamericana, que en este caso es americana, siempre es la base de la verdadera integración. 

Mientras la Unión Europea se construyó a partir de un tratado alrededor del carbón y del acero, y el Embajador de Paraguay lo va a mirar, es desde la perspectiva de la energía limpia y la electricidad.

La Unión Europea ha tenido relativo éxito en su construcción unitaria, comenzó con el carbón, que hoy quiere desechar el mundo. Nosotros podemos comenzar por el siglo 21, que es la energía limpia. 

Esta es una idea que quiero que se explore con el Paraguay. Habrá muchos otros temas. Pero si lo impulsamos juntos y atraemos a México, que le interesaría, y a Brasil y a los demás países latinoamericanos, un instrumento como el CELAC podría ser la caja de recepción de este proyecto, de estudiarlo, de avanzarlo, en factibilidad, prefactibilidad, diseño y de atraer a los norteamericanos, porque les interesa tener una fuente alternativa de energías limpias que ellos no tienen al interior de su país.

Seguiríamos siendo exportadores de energía, pero esta vez ya no de energías fósiles, sino de energías limpias.

En la Unión Europea, Bélgica, vecino de Holanda, hacen parte de una asociación entre ellos, pero Bélgica y Bruselas exactamente no es solo la capital de Bélgica. La embajada allí no es solo ante el Gobierno del Reino de Bélgica.  Incluso su principal papel es la Unión Europea. Es allí donde queda la capital de la Unión Europea, y el embajador, en el caso de Bélgica, hace su oficio respecto a la Unión Europea. Es una de las principales embajadas de Colombia en el mundo, por tanto.

Yo viví allí, esa es casi mi segunda ciudad, aprendí cosas, pues me metí a la Universidad de Lovaina. Durante ese año y medio, los estudié y estudié el tema de la Unión Europea.

Vi el desempeño tradicional de los embajadores allí. Uno muy famoso, Carlos Arturo Marulanda, paramilitar. Es decir, el embajador de Colombia ante la Unión Europea era un paramilitar. Hoy perseguido. No sé en qué estado esté su proceso. No volvió a Colombia. Se escapó.

La residencia del embajador, y esto no es solo en Bélgica, parece ser una costumbre reiterada que mira esa mentalidad aristocrática del cuerpo diplomático de Colombia.

La residencia del embajador es un castillo, cerca de la Avenida Roosevelt. La embajada era un piso de un edificio. Los colombianos eran mal recibidos, pero, en cambio, el embajador vivía como un rey.

Su problema comenzó porque se compró un gran tapiz de hilo de seda, que es lo más caro que se puede conseguir, y en vez de ponerlo en la embajada, lo puso fue en su residencia personal.

Eso mismo sucede en otros países. Y Yo creo que Colombia debe intentar, tema del Ministerio, ser más frugal en los modos de vida de sus embajadores. Y en cambio ponerle más fuerza donde los colombianos y las colombianas necesitan el esfuerzo.

El tema de Bélgica es decisivo, por lo que acabo de comentar.

Temas prioritarios frente a la Unión Europea

Y para nosotros, entonces, la prioridad ya no es ver cómo se hacen los negocios del banano del Ecuador, que yo presencié que se hacían, con pagos de comisiones, empresarios privados, sino como nuestra embajada logra un gran esfuerzo en los temas fundamentales para Colombia, frente a la Unión Europea.

Hay varios frentes ya abiertos, que es importante concretar.

Uno, la paz. Indudablemente, varios países europeos, casi todos, quieren tener un papel activo en el proceso de paz colombiano.

Imbuidos ahora en una guerra en su propio territorio, como si no hubieran tenido la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, una guerra que parece no tener perspectivas de final: Ucrania- Rusia, pues la Unión Europea necesita mostrar una faceta de paz, no bélica.

Y la faceta de paz somos nosotros. Somos nosotros los que estamos llevando mensajes de paz al mundo, mientras el mundo está lanzando mensajes de guerra.

Aprovechemos eso. Ese panorama hoy se concreta con muchos más temas, que no solamente tienen que ver con el embajador ante Bélgica, sino con el embajador ante los Países Bajos.

Nuestra propia transformación energética; atraer una serie de inversiones en las energías limpias, incluso lograr superar las inversiones en petróleo y carbón por inversiones en el agua, en el viento y en el sol. 

En la Unión Europea se desarrollan tecnologías que tienen poca posibilidad ser utilizadas eficazmente en Europa. Parte de su industria pierde competitividad mundial -en el tiempo lA perderá más-, porque su huella de carbón es alta, como los productos chinos y los productos norteamericanos. 

Hacer esos productos en Suramérica y ojalá en Colombia genera automáticamente que su huella de carbón sea baja; por tanto, se volverían más competitivos; pero es producir aquí. No vendernos a nosotros. 

La posibilidad de que los molinos de viento, la energía eólica, se hagan en Colombia y no los traigamos a costos altísimos, porque son unos gigantes, por lo menos en su estructura más sencilla; ojalá pudiéramos hacer las turbinas; la posibilidad de hacer los paneles solares aquí mismo; la posibilidad de montar la construcción automotriz a partir del vehículo eléctrico, por ejemplo, etcétera, son posibilidades que una buena relación y, en general, los países de la Unión Europea nos pueden entregar. 

Entonces la paz, las energías limpias, se vuelven ejes de una relación que puede ser más fructífera de lo que hasta ahora ha sido. 

Con Alemania hay un reciente acercamiento hacia la construcción de una alianza para las energías limpias, que ellos necesitan y nosotros podemos producir, que ojalá tenga éxito. Ustedes allá se reunirán con embajadores de esos países, respectivamente. 

Diana Carolina Olarte. Como mujer, tratamos de lograr que ley de cuotas se garantice en los cargos diplomáticos. Hay que prestar atención a eso. Lo mismo hemos querido que la carrera diplomática tenga más presencia en el total de los embajadores y cónsules que escogemos. Creo que como nunca antes se había alcanzado un porcentaje tan elevado como el que ahora estamos alcanzando nosotros. 

En eso hay que perseverar, porque al final la profesionalización en la carrera diplomática le da al país más ventajas en negociaciones, en temas difíciles que tratar, incluso en estas estructuras de gastos innecesarios, en lujos, para embajadores aristocráticos, cuando nosotros somos es una república, y el mayor flujo de recursos debe gastarse en la colombianidad, que está necesitando de los servicios de su embajada, de sus consulados, y que muchas veces quedan en la calle sin atención, sin ningún respaldo, sin que hubiese un país detrás de ellos, cuando tienen uno, que se llama Colombia. 

Entonces felicitaciones, buen viento y buena mar. 

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