Los tres candidatos

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Por: Guillermo Mejía Mejía 

A 10 meses de la primera vuelta de las elecciones de presidente de la República (29 de mayo de 2.022), comienzan a perfilarse tres candidatos que tienen la mayor posibilidad, cualquiera de ellos, de ganarlas: Gustavo Petro quien lidera las encuestas con un 22%, Sergio Fajardo con un 6% y Oscar Iván Zuluaga, quien a pesar de las divisiones internas del Centro Democrático, no tiene un contendor o contendora que le gane en experiencia, seriedad y conocimiento del Estado y que, además, pueda decir que le ganó a Santos en la primera vuelta en las elecciones de 2.014: 29.26 % contra 25.67%.  

Mientras la situación del país siga con esta temperatura en bajo, pero sin llegar a ningún acuerdo sobre los puntos esenciales propuestos por los dirigentes del paro, este se puede reactivar porque las causas que lo originaron siguen latentes y el gobierno nacional cree, equivocadamente, que ganó la contienda.  

En este escenario, Petro lleva las de ganar pues la propaganda gratis se la están haciendo desde los partidos de derecha que acompañan al ejecutivo donde le endilgan todos los males endémicos que afectan la seguridad nacional.  

El viejo discurso de que si gana Petro convertirá a Colombia en una república a lo Venezuela o Nicaragua ya no hace mella. Es una carreta desgastada y mentirosa.  

Hasta donde se sepa, Petro ha arreglado sus problemas judiciales y fiscales y el cuento de que fue un guerrillero tampoco cala, pues en el Centro Democrático militan excombatientes, algunos precisamente compañeros del candidato: Evert Bustamante, Eduardo Chávez, Carlos Franco, Rosemberg Pabón, Carlos Alonso Lucio, Augusto Osorno, Darío Mejía, José Obdulio Gaviria y Angelino Garzón, entre otros.  

Creo que Petro tiene arreglado el problema del aval pues se supone que se lo dará la Unión Patriótica o el Polo Democrático o cualquiera de los partidos con personería jurídica que lo apoya.  

Al Centro Democrático le reviven las esperanzas de continuar en el poder, pues con Oscar Iván Zuluaga de precandidato, quien también arregló sus líos judiciales, así citen a elecciones internas teatrales, donde dizque Uribe se mantiene neutral, no hay candidato que le gane en el guiño o en el dedo de la valla que decía “por el que diga Uribe”. Los militantes de esa organización política saben que con un candidato o candidata pura sangre y absolutamente ignorante como la señora Cabal, por ejemplo, la barrida será monumental.  

El caso más complicado es el del precandidato Sergio Fajardo pues a pesar de que en las encuestas le gana a los otros contendores de la coalición, su situación judicial y fiscal es bien complicada pues es  difícil que en 10 meses, dos procesos penales grandes que todavía están en investigación en Fiscalía y que en caso de que sea acusado ante la Corte Suprema, Sala Penal, esta se tomará también su tiempo para fallar, hacen que sus seguidores directos, los que lo acompañaron en la alcaldía de Medellín y en la gobernación de Antioquia y los que deben acompañarlo en la coalición, lo piensen dos veces.  

Eso de la presunción de inocencia está bien para el ciudadano de la calle, pero para un partido político que le debe dar el aval a un candidato cuestionado por la presunta comisión de delitos contra la administración pública, en este caso el partido Alianza Verde, la cosa no es para ignorarla. “No todo vale” es el eslogan de Fajardo.  

Le queda, además, el lío fiscal con la Contraloría General de la República por el caso de Hidroituango.   

P.D. Los precandidatos presidenciales que fueron gobernadores y alcaldes, que sin lugar a duda son personas reconocidas y competentes, y que actualmente también juegan en el ajedrez político, tienen una tarea más complicada pues el que salga escogido debe conseguir el aval de un partido con personería jurídica o emprender la marcha de la recolección de firmas que es una tarea de romanos.

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