Lo que Tulio recomienda, en oro se convierte.

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Por: Santiago Jaramillo Botero

Nacido un 7 de octubre en la puerta de oro de Colombia, este barranquillero cincuentón está en el mejor momento de su existencia disfrutando los frutos del camino de la persistencia al éxito, porque si alguien ha buscado su propia alquimia en múltiples oficios ha sido él, un hombre que ha triunfado en todo lo que se ha propuesto, pero la victoria no es bonanza ni felicidad en las múltiples labores que ha desempeñado.

Antes de convertirse en el rey Midas de la opinión gastronómica de Latinoamérica, Tulio Zuloaga emprendió diversos caminos, este hijo de barranquilleros, (aunque su padre Tulio Zuloaga tiene raíces paisas) se graduó en “ Fracasología”, como él mismo lo describe muchas veces, pero gracias a toda su experticia de caer y levantarse, ayer hoy y siempre, es ejemplo mundial de derramar amor y recoger una abundante cosecha de bien.

De niño sufrió bullying por gordito y en alguna oportunidad decidió emprender con un amigo entrañable de la infancia la párvula aventura de irse de la casa, por lo que le dejó una carta a sus padres exponiendo el deseo de independizarse y emprender vida hacia Panamá; cuando sus padres leyeron el texto en su desespero salieron a buscar al muchachito por toda la arenosa y tras algunas horas de dolor, encontraron en lágrimas a Tulio Jr. quien empezaba a mostrar esa irreverencia que lo haría grande en todo lo que comenzó.

En “Pequeños Gigantes”, y siendo aún un niño, lo disfrutamos en su primer papel televisivo como Sergio, allí tuvo su primer acercamiento a la fama que siempre buscó y ha tenido desde entonces. ¡Era la primera aparición estelar del hermano mayor de Pamela y Virginia, una de muchas, una de siempre!

En su juventud fue parte de la nueva generación radial del rock and roll oficiando como DJ de la Súper Estación 88.9 y no como uno cualquiera, porque si algo tiene de mágica la radio es esa transmisión de una viva emoción, como la de “Tutututulio”, un intro que marcó a toda una generación con su puesta al aire. Alternó este oficio con su faceta actoral, lo vimos en “Pasiones secretas” y en la recordada “Sangre de lobos”, ¡era Tulio al cuadrado, por todos lados estaba este muchacho!

En su paso por la Universidad Pontificia Javeriana instó a su familia por su llamado de Dios al sacerdocio, sin embargo, aunque aspiró a papá, se quedó de papá para sus 3 hijos y para miles de colombianos que le admiramos y le debemos gratitud.

En 1.994 este versátil colombiano incursionó en la música con el trabajo discográfico “Sudores”, en el 96 y tras el estrellato de Carlos Vives con el apogeo de sus “Clásicos de la provincia” Tulio Zuloaga es persuadido por su disquera para explorar un relato similar en ese sentido y sí que tuvo fortuna con “La cachucha bacana”, era tan célebre y sonada como las canciones del samario.

Tulio firmó con su disquera una cláusula en la que cedía todas las regalías de sus composiciones e interpretaciones a su casa musical. En una gira que tuvo por los Estados Unidos, logró el interés de nada más y nada menos que de Luis Miguel para emprender con el sello musical del “Sol de México”, previa sesión de derechos en su filial colombiana, una vez anunció tamaña gesta y recibir la negativa para eso, cerró las puertas del relato artístico musical para siempre.

La quiebra llegó para Tulio y para miles de colombianos en 1.998 con la famosa crisis del UPAC donde los créditos impagables, embargaron medio país para la banca que nunca pierde…

Desde cero Tulio echó raíces nuevamente y en un desplazamiento de Bogotá a Medellín su carro se varó, dándose cuenta que el servicio técnico de la marca FIAT en Medellín era mínimo por lo que vio allí una oportunidad, decidió estudiar mecánica automotriz y coger cancha en ese menester como mecánico en la Bayadera, popular sector de mecánica automotriz de Medellín para luego montar este servicio para la FIAT bajo su propio local.

Era impactante para los medellinenses ver en el cable por MTV a uno de los primeros colombianos en esa cadena triunfando y al mismo tiempo el mismo sujeto, te hacía el cambio de aceite en este populoso sector de la urbe, porque no recibía un solo peso de su fama.

Logró convencer a la marca FIAT que le cederían un vehículo para emprender la venta del mismo de manera masiva en Medellín, ahí conocí por primera vez a Tulio en su faceta comercial, este señor enreda una pestaña, qué tamaño carisma lo acompaña, una energía que transmite positivismo, alegría y fe. Fue tal su heroísmo, que la FIAT se animó y montó su propio concesionario en la ciudad, montándole competencia a su principal legitimador; nuestra ciudad no daba abasto para tanta oferta, a cerrar el telón y emprender de nuevo.

Su búsqueda del amor llegó en Medellín y cupido le cumplió con la hermosa Alejandra Mejía, su complemento y sublime amor, el motivo mayúsculo de su felicidad es su hogar y sus tres hijos, María José producto de su primer matrimonio de un mes de duración y los varones Nicolás y Daniel Zuloaga Mejía. Tulio vive y vibra por los suyos, es maravilloso ese sentimiento que siempre profesa por su gente.

Lays Vargas quien fuera una notable periodista antioqueña le ofrece un proyecto gastronómico en TV a Tulio llamado “Gastrosophia” y fue éste el impulso que sería el inicio del gran relato de vinos y de gastronomía en general que lo haría el número uno de Colombia.

Zuloaga tiene una magia en su discurso que pone a sudar la lengua del más mal genio lector, logrando antojos inimaginados.

Son tales sus logros con el portafolio empresarial de “Tulio Recomienda” que el pasado “Burger Máster” tuvo dividendos superiores a los 28 mil millones de pesos, sin contar el “Pizza Máster”, “Callejeros con Pedegree”, entre otros.

Negocio que Tulio nos recomienda multiplica inmediatamente sus ventas, llega el oro y con él la abundancia que todo emprendedor anhela, con su filosofía de no hablar mal de la gente, ni de los restaurantes, ni de sus cartas, hace que sea un ángel terrenal salvador para miles de familias y pequeños empresarios que han visto en este gran colombiano la cura económica en esta pandemia.

Cuando estemos más colombianos orbitando en ese propósito de salir adelante, siempre como el gran Tulio Zuloaga, respetando a todos por igual, mostrando gratitud y un inmenso servicio social, sin lugar a dudas seremos un mejor país o un mejor Tulio en cada una de sus versiones, donde el dolor y el fracaso siguieron siendo motivación para superar las barreras que la vida misma pone. Al final del túnel está la fortuna y don Tulio Zuloaga es muestra de eso.

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