La Soledad de Nairo

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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

El tramadol lo recetan los médicos en Colombia para calmar los dolores agudos y se puede conseguir en las farmacias sin que usted exhiba una fórmula médica. 

Si probablemente ese medicamento consigue sus efectos calmantes, sobre todo en dolores posteriores a cirugías, quebraduras o aporreaduras, no parece que quien lo usara se pudiera beneficiar de ello para aumentar su rendimiento deportivo.  

Por haber usado tramadol, la Unión Ciclística Internacional resolvió descalificar a nuestro Nairo Quintana, despojándolo de los premios y clasificaciones obtenidas en el Tour de Francia 2022. 

El golpe anímico para el corredor lo fue tanto como enervante para su patrocinador el Arkea y una cosa se juntó con otra y el estigma cayó sobre el ciclista boyacense que tantas glorias le ha dado al deporte colombiano y aunque bien se dijo y se repitió que el tramadol no era doping, la mancha sobre la hoja de vida del boyacense ha caído con fiereza y hoy en día muchos vaticinan que ningún equipo lo recibirá  y como además apeló a la instancia superior y perdió, es muy probable que deba retirarse de las competiciones.  

Pero quizás lo más doloroso en este caso de Nairo no es negarse a interpretar el uso del tramadol sino haberle castigado con la saña del silencio atroz. Los elocuentes comentaristas, hasta el bondadoso español Javier Ares del youtube se abstuvieron de salir a defenderlo o de demostrar que aplicarse el medicamento no es hacer trampa.  

El resultado final es que a Nairo lo han dejado solo y las voces de apoyo no se han oído. Justa o no justa la determinación de la UCI, tenía explicación y aunque seguramente fue mal planteada por sus consejeros y en especial por su abogado, el error de usar el analgésico se creció y terminó por abrazar con la soledad a quien solo nos ha dado muestras de empuje, sacrificio y patriotismo.  

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Esta nota, por supuesto, no la leerán ni la oirán los mandamases del negocio del ciclismo, pero si pasará a las manos y los oídos de muchos colombianos que pudiendo hacerlo no se solidarizaron con el ciclista y prefirieron darle tratamiento vergonzante.  

Es el peligro de ir por la gloria y desviarse en una curva del camino.  

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