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HIDROITUANGO Y EPM, ¿UNA PROPUESTA ATREVIDA?

Por: Jairo Hernán Ramírez Gómez
Antes de entrar en la propuesta, me quiero referir al reciente artículo del Dr. Amilkar Acosta M., exministro de Minas y Energía, experto en temas mineros y energéticos, también, con otra faceta, mi profesor destacado en la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Antioquia. Contiene el artículo una breve reseña sobre el acontecer del proyecto, con objetividad y sin posiciones políticas que alimenten la polarización en torno a Hidroituango.
Solo dos precisiones al mencionado artículo en el sentido que la capacidad de cada unidad es de 300 MW y nó de 800 MW, y que el extracosto por la contingencia, con referencia al último presupuesto de julio anterior, representa el 42.1% y no del 5.88%.
También, como lo han expresado varios columnistas y expertos, se refirió a la complejidad para EPM, de jugar doble rol en las decisiones del proyecto, el primero como accionista con más del 46% de participación incluida la Central Hidroeléctrica de Caldas (CHEC), en la Sociedad Hidroituango y el segundo como contratista desarrollador del proyecto, situación esta, que en las reuniones de Junta Directiva y otros eventos, ha generado grandes controversias con el socio mayoritario, el IDEA y Departamento de Antioquia.
Además de lo anterior, se comenta que, en la historia contractual de Colombia, este contrato BOOMT, es de los más complejos por sus contenidos especializados en lo financiero, en lo técnico y también en lo legal, ganándose el apelativo de “contrato de alto turmequé”.
La propuesta consiste en que EPM, antes de estar pensando en adquirir otras participaciones societarias, adquiera la participación que tienen en la sociedad Hidroituango, el IDEA y el Departamento de Antioquia. Ya el Gobernador anterior, Dr. Luis Pérez Gutiérrez, hizo una propuesta similar, a cambio de una participación accionaria en EPM, pero olvidó contemplar que a EPM no le gusta que se le metan en su casa, y tampoco se resolvería el problema de fondo, al participar ambos como accionistas en la misma sociedad, EPM.
Son innumerables las ventajas de esta propuesta para la Sociedad y EPM, frente a las complejidades y cantidad de compromisos contractuales para ambas partes, durante la construcción y luego en la operación, además de las obligaciones de hacer y de no hacer durante la vigencia del contrato en 50 años. Por el momento me referiré solo a unas pocas ventajas, pero de alto impacto:
- Como contratista, es tal vez la primera vez que EPM asume con dificultad este rol, además de las limitaciones para su actuación y decisión, impuestas por el contrato. Siendo EPM dueño del proyecto, tomará libremente sus decisiones y también podrá hacer otras inversiones y proyectos rentables en la zona de influencia, jugando ya, en sus propios terrenos.
- Se valoran los aportes de la sociedad Hidroituango a los dueños del proyecto, en especial al IDEA y a la Gobernación, con su objeto único de Verificación Técnica, Financiera y legal del contrato BOOMT.
No le ocurre lo mismo a EPM accionista y menos a EPM contratista, donde la sociedad no le genera valor agregado, por el contrario, le genera costos y como están las cosas, ninguna remuneración futura por utilidades, según estimaciones de la Contraloría con información a junio de 2019, y más pesimista, con información a noviembre de 2022, cuando entren en operación las 2 primeras unidades.
Estando EPM como accionista de la sociedad, sí el proyecto llegaré a generar alguna remuneración futura, después de conciliaciones y demandas, dicha remuneración será objeto de retenciones tributarias y de reservas legales, al recibirlas vía dividendos de la sociedad. Al contrario, EPM como propietario único, obtendría directamente sus utilidades que generaría el proyecto por remuneración, sin los costos y retenciones anteriores y sin menoscabar los aportes al municipio.
- Entre la Sociedad Hidroituango y EPM se acordó contratar una Firma de Auditoria de Costos (cláusula 2.06), para que certifique los términos y/o valores etapa de construcción del proyecto una vez finalizada la etapa de construcción. En otras palabras, un tercero, certifica los costos del proyecto para el calculo de la remuneración a la sociedad.
Como están las cosas, y con las investigaciones de los organismos de control, es posible que las glosas del Auditor de Costos se tasen en billones de $, y como tal, no se reconozcan como costo del proyecto por la Sociedad, afectando notoriamente los P&G futuros de EPM. Por el contrario, EPM como propietario único, podrá descontar de los ingresos brutos del proyecto todos sus costos, sin glosas, al liberarse del auditor.
- En el acta de modificación bilateral No 4 (AMB4) al contrato BOOMT se pactó que el contrato desarrollado por EPM Ituango, filial de EPM, lo continuara desarrollando su matriz Empresas Publicas de Medellín, con todos los derechos y obligaciones, decisión esta, motivada en los beneficios que obtiene EPM del contrato de Estabilidad Jurídica, celebrado con la Nación – Ministerio de Minas y Energía en junio 11 de 2008, para proteger la actividad de generación de energía de cambios tributarios adversos.
También se acordó que EPM transfiera al proyecto, el efecto neto de tales beneficios tributarios, descontándose a su favor US$ 90 millones, del costo del crédito mercantil por la liquidación de su filial EPM Ituango. Son muchos los miles de millones, restantes, fuera de los US$90 millones, de los que se beneficiaría EPM, como ahorro tributario, en el evento de ser el propietario único del proyecto, producto de la inversión en activos fijos productivos.
- En el evento de ser EPM propietario único, se liberaría de la responsabilidad en eventos futuros, de mantener la indemnidad, pactada en forma muy amplia en la cláusula 6.08 del contrato BOOMT. También se liberaría EPM del “Titulo EPM”, anexo 1.02(4) del contrato BOOMT, muy cuestionado en su momento, por las atribuciones tomadas, por quien lo otorgó; llamado también un Cheque en Blanco de EPM a favor de Hidroituango, para garantizar obligaciones contractuales y dinerarias con ocasión del contrato.
- Se liberarían EPM y la Sociedad Hidroituango de un tortuoso camino, vía demanda, reclamando la remuneración, cláusulas penales de apremio, etc., invocando como origen de la contingencia, la culpabilidad de una, o de ambas partes, también de un evento de la naturaleza o de un evento no excusable atribuido al contratista y /o a los subcontratistas.
Se destaca que, esta demanda sería de mayor impacto que la que acaba de iniciar a los subcontratistas y compañías de seguro, dado que además de lo económico, también trasciende el ámbito político y el interés regional, no solo durante el tiempo que dure la misma, sino también en los 50 años de relación contractual.
El Departamento, el IDEA y otros accionistas minoritarios, ya recibieron de EPM US$ 205 millones, US$170 millones cuando se suscribió el contrato BOOMT y otros US$35 millones con la AMB4 enunciada antes.
También EPM, fuera de las inversiones legales en lo social y ambiental, han desarrollado inversión social adicional de US$100 millones en los municipios del área de influencia del proyecto, beneficiándose también el Departamento. Lo anterior sin incluir las otras inversiones adicionales para mitigar los impactos de la contingencia.
Le queda como tarea a las partes, analizar la viabilidad de la propuesta, valorarla, teniendo en cuenta las capitalizaciones, en su momento, de los socios en la sociedad, para inversiones y trámites legales del proyecto, así como los activos que recibió EPM Ituango, por la escisión de Hidroituango, incluida una suma apreciable de efectivo, constante y sonante.
Para no afectar la caja de EPM, se proponen pagos periódicos, recibo de una o varias filiales, para su manejo, administración y explotación por la sociedad, aprovechando la experticia de sus funcionarios. También puede pactarse una negociación, con base en un porcentaje de las ventas brutas anuales de la energía generada a futuro en el proyecto, para ser equitativo con las administraciones departamentales durante la vida útil del mismo.
Columnistas
La CVC no puede hundir a Sevilla – Crónicas de Gardeazábal

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Sevilla fue, por muchas décadas, la pretendida capital cafetera de Colombia. Por sus calles transcurrió la infancia de dos grandes amigos de mi ya lejano pasado: Héctor Abad Gómez y Lino Gil Jaramillo. Por muchas razones, que los sociólogos e historiadores deben explicar, Sevilla, fundada por Don Heracle Uribi Uribe, hermano del General, tuvo un temple liberal que le permitió no solo abrirle campo a los sindicatos comunistas de la década del 30 del siglo pasado, sino también forjar un bastión del liberalismo tan fuerte que pudo soportar el atropello de los pájaros del cóndor.
Quizás por ello ha sostenido desde sus comienzos un foco ecológico: el humedal Siracusa, en todo el corazón del poblado que hoy enmarcan a la diagonal 54 y las carreras 40 y 42. A su lado, con la sed de vivienda que deben saciar todos los municipios en crecimiento, dejaron construir sendas urbanizaciones ProVivienda y Siracusa, pero les exigieron canalización por alcantarillado de aguas lluvias y residuales, y la escorrentía la desviaron para que no afectara el nacimiento del humedal.
Por estos días, ese espíritu libérrimo está siendo atropellado. La alcaldía de Sevilla, por resolución 091 del 7 de marzo de este año, dio licencia de urbanismo a la empresa Golden Sas para levantar la Urbanización Villa del Japón. Desde ese momento, la vida del humedal peligra. Está solo pendiente de la autorización que la Corporación Ambiental CVC le ratifique a los señores de Golden. Y si la acepta, guillotina a Sevilla, porque toda la escurría de ese barrio caería directamente al nacimiento del manantial que nutre el humedal Siracusa.
El temor es muy grande porque la CVC goza de una mala fama desde cuando autorizó que se volvieran a quemar cañaduzales de los ingenios azucareros y pretendió darle permiso a las mineras para explotar en inmediaciones del páramo del Duente.
Carlos Andrés Ríos Puerta
¡GRACIAS MEDELLÍN!

Por: Carlos Ríos Puerta
La fuerza de nuestra idiosincrasia como antioqueños y medellinenses nos ha llevado a tener un sentido de pertenencia que muchos tildan de regionalismo, no obstante, corresponde a la visión de que nuestro territorio es parte de nuestro ADN, prueba de ello es la llamada cultura Metro.
En este sentido, los funcionarios y servidores públicos, nos debemos con más ahínco a la ciudadanía para trabajar por las verdaderas necesidades que tenemos en el territorio, y seguir proyectándonos como una ciudad-región de oportunidades, visionaria y promotora de profundos cambios sociales.
En mi rol como concejal de Medellín, honor al que me he dedicado en el último año y medio, he contribuido a esa visión conjunta que tenemos como sociedad, haciéndole control político a la Alcaldía, por medio de debates en temas de Salud, Seguridad, Gobernanza, Gobernabilidad y el último que realizamos fue al programa Parceros, que busca prevenir la vinculación de niños, jóvenes y adolescentes a las estructuras criminales, pero que lamentablemente la actual administración desnaturalizó.
También marcamos un hito en el control político de la ciudad, declarando insubsistente al secretario privado de la Alcaldía, Juan David Duque, quien se negó a darle la cara al Concejo de Medellín y a la ciudadanía por los gastos injustificados de los fondos fijos reembolsables.
Dimos nuestro voto positivo al reconocimiento de Defensores de Derechos Humanos, la política Distrital de Ciencia, Tecnología, Innovación y Sostenibilidad, y finalmente participamos en las comisiones accidentales de seguridad del barrio Conquistadores y Poblado.
Asimismo, desde nuestra curul, defendimos a nuestras Fuerzas Armadas, la institucionalidad, el día sin IVA; manifestamos la inconveniencia con el alza desmedida de la gasolina, la aprobación del cannabis como uso recreativo y rechazamos los malos manejos a los que se vio expuesta Buen Comienzo en estos últimos 4 años.
De igual forma, acompañé los procesos electorales a la gobernación de Antioquia y Alcaldía de Medellín, en las que salieron electos Andrés Julián Rendón y Federico Gutiérrez. De esta forma iniciamos la recuperación de nuestra ciudad y nuestro departamento, marcando un liderazgo desde las regiones para ser artífices de los cambios sociales que necesita el país.
Finalmente quiero agradecerle a toda la ciudadanía que ha acompañado los momentos trascendentales del Concejo con sus voces de aliento y cariño por llevar en el corazón ese sentido de pertenencia tan nuestro, por permitirme cumplir el sueño de trabajar por mi ciudad, y en este mismo sentido, quiero decirles a todos los medellinenses y antioqueños, que, desde cualquier escenario futuro, seguiremos trabajando para cuidar lo que es de todos.
No quisiera terminar esta columna sin augurarles gran éxito a los próximos gobiernos de Antioquia y Medellín, así como a la Asamblea Departamental y al Concejo de la ciudad. Durante estos próximos cuatro años, la unión será fundamental para estar conectados con las comunidades y liderar las transformaciones que demanda la ciudadanía.
Carlos Ríos Puerta
Concejal de Medellín, Exviceministro de Defensa
@CarlosARiosP
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Como verdolaga en playa

Por: Jesús Vallejo Mejía
El que nos desgobierna se la pasa tildando a sus antecesores de asesinos. Repite a troche y moche que bombardeaban niños, fusilaban a jóvenes inocentes, les disparaban a los ojos a los manifestantes de la Primera Línea y no contentos con ello esquilmaban el erario.
Se abstiene de recordar que hizo parte de una de las organizaciones criminales más crueles y sanguinarias de nuestra historia, el tristemente célebre M-19.
Lo que se cuenta de sus andanzas por ahí es tenebroso, aunque sus turiferarios insisten en que se trata de “fake news”, pues sus tareas no estaban en los frentes de batalla, sino en la labor proselitista. Olvidan sus actuaciones en Zipaquirá, Santander, Tolima y Cauca, y que pese a su juventud rápidamente escaló en la jerarquía hasta llegar a ser uno de sus dirigentes nacionales.
Dado que fue un conspicuo delincuente juvenil y sus años de formación transcurrieron en la ilegalidad, es probable que se sienta solidario hoy con los delincuentes de todos los plumajes y por ello les ofrece una “paz total” de contornos difusos, tal vez irrealizable y socavadora de la autoridad soberana del Estado.
A ello conduce, a no dudarlo, su desdén por la fuerza pública, que últimamente ha sufrido más bajas por la acción gubernamental que por sus enfrentamientos con la delincuencia. Como lo ha afirmado Juan Lozano Ramírez, parece que aquélla es la única que se ha desmovilizado, pues los grupos criminales más bien se han venido fortaleciendo aceleradamente en todo el territorio nacional.
Todos ellos crecen hoy como verdolaga en playa. Su influencia es tan notoria que no resulta osado sostener que ya lo que reina es la anarquía, el peor de los males que puede afectar a una sociedad.
Hace poco afirmó el gobernador electo de Antioquia que a su juicio la paz resulta del imperio de la ley en todos los rincones de la patria. Pero lo que se obstina en predicar el gobierno central es lo contrario, vale decir, el desmoronamiento de la legalidad que debe sostenerse gracias al monopolio de la fuerza por parte del Estado.
Este es un principio capital de la filosofía política y el derecho público. Pero el inquilino de la Casa de Nariño se obstina en desconocerlo porque el ejercicio coactivo de la autoridad podría generar efectos colaterales como los que tan acerbamente les ha censurado a quienes lo han precedido en el cargo.
Recuerdo un libro humorístico que leí hace muchos años: “Memorias del Padre Eterno”, de Pierre Henri Cami (vid. Memorias del padre eterno – Cami – Google Libros). En su relato sobre la rebelión de Luzbel y los ángeles que lo secundaron, para no desdecir de su carácter amoroso, el Padre Eterno los confronta con una legión de ángeles besadores comandada por san Miguel Arcángel. A los fuegos de los futuros habitantes del infierno ellos respondían con besos, tal vez los que describe un tangazo que cantaba Gardel: “Besos que matan”.
Sólo le falta al delirio del que nos desgobierna que organice batallones de soldados besadores que convenzan a los amos del delito para que se ajusten buenamente al orden legal y cesen en sus depredaciones. Los 100.000 jóvenes a quienes se les pagará para que no delincan podrían iniciarse en tan benigno programa.