La situación se viene extendiendo por todo el territorio nacional sin ningún control gubernamental, lo que podría derivar en graves problemas de orden público.
La invasión de terrenos privados se viene extendiendo por todo el país desde que comenzó el Gobierno de Gustavo Petro. Personas de diferente origen y motivadas por distintas razones se arropan bajo la idea del presidente, expuesta desde la campaña, de garantizar tierras a los que no las tienen.
Pero es claro que los invasores no están dispuestos a esperar a los tiempos del Gobierno ni a seguir los canales que el Ejecutivo disponga para hacer realidad la política pública que anunció. En su momento, la vicepresidenta Francia Márquez y los ministros de Agricultura, Defensa y del Interior advirtieron que ese no es el ca mino.
Pero esos altos funcionarios no fueron escuchados. Los invasores también están motivados porque ni el ministro de Defensa ni la Policía hicieron cumplir el plazo de 48 horas que les dieron hace varias semanas para desalojar las tierras que ocuparon ilegalmente.
Las condiciones actuales parecen favorecerlos a ellos y no a los legítimos dueños de los predios que no ven una acción eficaz de las autoridades para defender la propiedad privada. Poco a poco, esas condiciones parecen propiciar un escenario que no desea el país: que los dueños mismos protejan por sus propios medios lo que les pertenece.
Ya Fedegán advirtió la semana pasada que la invasión de predios tomó ventaja, y denunció 40 casos en 18 departamentos. Lo más graves es que detrás de estas acciones de ocupación ilegal estaría una red delincuencial que las promueve e, incluso, cuenta con abogados que defienden sus conductas.
En las últimas horas se conoció que ganaderos de la costa Atlántica están patrullando en caravanas de camionetas. Ocurrió en El Plato [Magdalena], en donde recorrieron carreteras y se apostaron a lado y lado de las vías para evitar las invasiones.
El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, aseguró en Caracol Radio que no están armados. “Se han armado de valor para tener una posición solidaria y al mismo tiempo unificada. Yo creo que lo de El Plato manda un mensaje muy claro: no estamos dispuestos a dejar que nos invadan sin hacer nada, cruzando los brazos, mirando cómo le invaden al vecino, y uno simplemente aquí mirando para otra parte”.
“El mensaje es claro y se está dando en todo el país, y lo he venido dando, y he venido haciendo reuniones no solamente regionales de manera presencial, sino virtuales”, agregó Lafaurie en la emisora. “Incluso, así como tenemos una comunidad virtual, tenemos más de 5.400 grupos de WhatsApp cerrados donde permanentemente todos los días estamos mandando información a cientos de miles, porque son más de 300.000 ganaderos, a los cuales les llegamos diariamente con información”.
Agregó que también se están abriendo grupos abiertos en WhatsApp, no cerrados, no institucionales, “donde los ganaderos se están, de alguna manera, articulando precisamente para activar estas miradas solidarias de reacción frente a los hechos”.
El dirigente aseguró que una estrategia que están empleando los invasores es desprestigiar a las personas y “cuando van a hacer algún hecho de esta naturaleza, empiezan a construir una narrativa que no es cierta sobre el potencial afectado. Me parece que estos no son campesinos de la zona que no tienen tierra”.
Uno de esos ganaderos expresó en el periódico Hoy Diario del Magdalena el sentir de todos los integrantes de su gremio: “Estoy dispuesto a ofrendar mi vida, pero mi finca no me la quitan. La voy a defender a muerte, pero así mismo quedan advertidos quienes pretendan arrebatármela, porque no se los permitiré ni un milímetro”.
“Si Petro o el Estado quiere darle tierra a quienes las exigen hoy invadiendo, pues que se haga una reforma agraria y [que] el Gobierno compre lo que tenga que comprar, pero mi finca me la respetan, y no voy a permitir que nadie venga a quitármela”, agregó el ganadero en el medio costeño. “Primero muerto antes que esos bandidos me la arrebaten. No me voy. Aquí me quedo y defenderé con sangre mi propiedad que tantos sacrificios me ha costado”.
Fuente: Pulzo
