La noticia del fallecimiento de una joven australiana de 23 años le está dando la vuelta al mundo por la extrañeza del caso, pues la mujer acudió a un hospital de su ciudad por supuestamente tener una simple “gripa”, pero horas más tarde falleció a causa de otra enfermedad.
Se trata de Bella Finder, una joven aparentemente sana que comenzó a experimentar síntomas similares a los de una gripe común como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza y fatiga, pero al acudir con especialistas recibió un trágico diagnóstico que en cuestión de horas la llevó a la muerte.
Los médicos le detectaron meningitis bacteriana, que según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), “es la infección e inflamación del líquido y de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal denominadas meninges”.
Tan pronto recibió el diagnóstico, los especialistas le proporcionaron el tratamiento adecuado; sin embargo, pese a todos los esfuerzos, la joven no resistió la infección y falleció, pues al parecer no fue detectada a tiempo y ya estaba en una etapa muy avanzada.
Según el relato de la familia, todos pensaron que Bella estaba vacunada contra esta enfermedad desde la niñez, pero tras analizar lo sucedido, se dieron cuenta solo el sur de Australia se incluía esta protección en el programa de vacunación nacional.
Cabe destacar que la meningitis bacteriana es una infección grave que causa fiebre, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello y sensibilidad a la luz, y si no se trata a tiempo puede causar algunas complicaciones como coágulos de sangre, hinchazón encefálica, aumento en la presión del cráneo, exceso de líquido en el encéfalo, empiema subdural y llevar a la muerte.
Esta enfermedad la puede contraer cualquier persona; sin embargo, están más en riesgo las personas de edad avanzada, quienes tienen el sistema inmune comprometido y los bebés recién nacidos y lactantes pequeños.
Por ello, los expertos recomiendan estar alerta y tener claros los signos de alarma, especialmente en los bebés, pues un diagnóstico tardío puede dejar graves secuelas como daño cerebral permanente, coma e incluso la muerte.
Por otro lado, la prevención continúa siendo clave para reducir el riesgo de contraer meningitis bacteriana. Una de las medidas que se pueden implementar es el lavado frecuente de manos, también es vital cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Finalmente, se recomienda la vacunación contra ciertas cepas de la meningitis en algunos países, especialmente en grupos de alto riesgo, como estudiantes universitarios y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Fuente consultada: Colombia.com
