Estrategia Inteligente

Columnistas
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Por: Raúl E. Tamayo

En los episodios investigativos de Sherlock Holmes, del agradable escritor inglés sir Arthur Conann Doyle, vemos muchos ejemplos de lo que puede informarnos un simple detalle sin necesidad de preguntar.

Cierta noche estaban Sherlock y su inseparable compañero, el médico Watson, en una playa mirando el cielo estrellado.

—¿Qué miras, Watson?

—Veo un lindo cielo, sin luna, que nos permite ver a Orión, cerca del ocaso, y por la posición de la Osa Menor, calculo que sean las 4:30 a.m. Y no va a llover.

—No, mi querido Watson. Nos robaron la carpa.

Con todos los conocimientos del firmamento que tenía el médico, sabía muchas cosas, pero no se fijó en que los ladrones los acababan de dejar sin techo.

La inteligencia militar en un país es primordial en orden público y fundamental en el manejo de la seguridad para poder gobernar.

Debilitar las Fuerzas Armadas, sacando a los militares que se han destacado por sus servicios prestados a la Patria y a la milicia, es desmoralizar a la Fuerza Pública.

Llamar a calificar servicios a un coronel que está a punto de llegar al curso de general, el máximo de su carrera, es destruir su carrera profesional y acabar con todos los méritos acumulados desde que entró a prestar sus servicios como recluta.

Sabemos, y el militar también, que no todos pueden llegar a generales o almirantes. La jerarquía es una pirámide que se adelgaza en la cumbre. Siempre habrá más soldados que sargentos y menos generales que capitanes. Pero un coronel que ha sido comandante de batallones, brigadas, divisiones ya lleva ganados muchos méritos, y más cuando se trata de un militar de alta graduación, de un coronel que lideró el rescate de una docena de secuestrados, entre ellos a una excandidata presidencial, Ingrid Betancourt, y tres americanos, en una operación que fue noticia internacional, y para justificar su retiro se le enturbia la hoja de vida con acusaciones no comprobadas, lo que puede causar demandas al Ministerio de Defensa.

Recuerdo la injusticia que se cometió con el coronel Rojas, comandante de la Décimo Séptima Brigada de Urabá, llamado a calificar servicios, cuando ya iba para curso de general en la Escuela José María Córdova, por acusaciones falsas tejidas por comunidades de izquierda en San José de Apartadó.

En una tertulia de amigos comentábamos que todos estos ataques a las Fuerzas Militares son fraguados desde el gobierno de Santos, con su general Mejía. Decíamos también que, en un país como el nuestro, cada presidente, así como llega con nuevos ministros, debería llegar con nueva cumbre de militares. O, al menos, haberlos cambiado cuando el atentado de Cúcuta.

Ñapa: Como gran admirador de la mujer que soy, protesto contra los actos de la senadora Sandra Ramírez Lobo de los Comunes, exfarianos, al homenajear al bandido Mono Jojoy como a un héroe, y contra las damas que ultrajaron y profanaron el templo de San Ignacio, dañando sus rejas y pintando sus puertas y paredes. Ofendieron a nuestras madres y abuelas.

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