Efectos Jurídicos de la Decisión de César Gaviria de Apoyar a Federico Gutiérrez 

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Por: Guillermo Mejía Mejía

Los estatutos de los partidos políticos en Colombia, una vez aprobados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), forman parte del ordenamiento jurídico nacional. No es de poca monta la decisión de una colectividad política, con personería jurídica, para escoger candidato a la Presidencia de la República. El Partido Liberal Colombiano (PL), por primera vez en los últimos 73 años, después de la renuncia a la candidatura presidencial de Darío Echandía, luego del asesinato de su hermano Vicente, por fuerzas policiales, durante una manifestación en la que el mismo Darío se encontraba, el 21 de noviembre de 1.949, se presenta a estas próximas elecciones sin candidato propio. Durante el periodo del Frente Nacional, pacto elevado a norma constitucional, el Partido Liberal apoyaba, desde la legalidad, al candidato del Partido Conservador. En la convención liberal de Cartagena celebrada en diciembre de 2013, el partido escogió a Juan Manuel Santos quien aspiraba a la reelección presidencial.

Los estatutos del PL consagran en su artículo 18, numeral 6, la competencia para escoger candidato presidencial en la convención, que por ley debe reunirse cada dos años, según lo prescribe la ley 1475/11, ordenamiento de los partidos. También puede escogerse por consulta popular como sucedió con la realizada el 19 de noviembre de 2017 que ganó Humberto de la Calle, según lo prevé la citada ley.

En las dos elecciones anteriores, la de 2.018 y 2.022, el director nacional del PL, ha terminado por apoyar al candidato del uribismo, Partido Centro Democrático, decisiones que no han pasado por la competencia legal y estatutaria del partido que dirige. Esta es la razón por la cual la determinación tomada esta semana no tiene efectos jurídicos con relación a la doble militancia pues la declaración, para apoyar al candidato Federico Gutiérrez, no pasa de ser un hecho político sin consecuencias legales porque ese candidato no fue escogido por la Convención Liberal como mandan los estatutos, ni el PL hizo parte de la coalición en la que se escogió a dicho candidato.

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Las coaliciones tienen una reglamentación especial en la mencionada ley 1475/11, artículo 29, que precisamente tiene en aprietos ante el CNE la candidatura de la señora Ingrid Betancur a la Presidencia, quien se separó de la denominada Coalición de la Esperanza, pues la obligaba acatar los términos con los cuales fue inscrita ante la Registraduría Nacional. Ella no podía participar en la coalición para elegir al doctor De La Calle senador y luego separarse para irse sola en una candidatura presidencial, desconociendo el acuerdo, pues incurre en doble militancia.

Para tomar esa decisión de apoyar al candidato de la derecha, Federico Gutiérrez, el director del Partido Liberal, elaboró un documento que, según él, debía acoger el candidato. En el extenso desidaratum, (18 páginas), se hace una apología de la ideología liberal social demócrata, que convence al desprevenido lector a creer que la decisión que se va a tomar es la de apoyar al candidato Gustavo Petro quien en su programa esboza tesis similares. Después de leer el sesudo escrito y conocer la decisión unilateral del director del Partido se queda uno con la misma sensación de los abogados litigantes que leen primero la parte motiva de la sentencia y creen que ganaron el pleito, pero en la resolutiva lo pierden y deben pedir al juez que la aclare pues la ratio decidendi no concuerda con lo resuelto. Este párrafo es parte del documento de Gaviria:

«El partido liberal ha completado su recuperación frente a los errores históricos que cometió en la segunda mitad de la década de los noventa, hemos retomado nuestras mayorías en el congreso, nuestra capacidad reformista, esta vez de cirugías mayores, para apoyar los sectores sociales más débiles»

Digo que la decisión fue unilateral del director único pues su enfado por la reacción de algunos congresistas elegidos de no apoyar esa decisión, lo hizo entrar en cólera e inclusive amenazó con renunciar. Los demás congresistas presentes en la reunión votaron presionados por la rabieta y callaron ante la molestia de quien otorga los avales.

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El Partido Liberal necesita con urgencia una convención estatutaria que le de a la colectividad una Dirección que comulgue con la ideología socialdemócrata y abandone el neoliberalismo, importado precisamente por quien hoy lo dirige. Todo un contrasentido.

El director del PL con su apoyo a los candidatos uribistas en las dos elecciones, 2.018 y 2.022, parece un cardenal protestante en un cónclave católico.

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