Despedida de Oksana Chusovitina de los Juegos Olímpicos, genera gran conmoción.

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Gimnastas, entrenadores,  voluntarios, rivales, jueces y periodistas despiden de pie a Chusovitina tras ocho Juegos, el único público presente en el gimnasio Ariake de Tokio, despidió con aplausos a la uzbeka Oksana Chusovitina, que hoy compitió en sus octavos Juegos Olímpicos a sus 46 años.

Gimnasta, que comenzó su camino en los juegos olímpica de Barcelona’92 como miembro del Equipo Unificado, participó solo en su gran especialidad, el salto.

Tras comprobar que la nota de sus dos intentos no le daría para entrar en la final, sonrió, levantó los brazos para decir adiós a las gradas.

Las jueces se levantaron de sus asientos para ovacionarla, de inmediato todo el pabellón. Muchas de las gimnastas rodearon a Chusovitina para fotografiarse con ella y dedicarle palabras de cariño. La uzbeka, un referente en la historia del deporte, comenzó a llorar subiéndose al pasillo de salto para saludar.

Hace quince meses, cuando se aplazaron un año los Juegos de Tokio debido a la pandemia, afirmó: «Pensaba poner fin a mi carrera en los Juegos de Tokio y ahora no voy a cambiar de planes. Otra temporada más en el gimnasio».

Cumplió 46 años el pasado 19 de junio y además de ser la gimnasta olímpica de más edad tiene en su poder otro récord: el de haber competido bajo cuatro banderas.

Nacida en 1975 en Bujará, Aleksándrovna Chusovítina es una gimnasta uzbeka, ​ medallista olímpica y campeona del mundo que ha competido en representación de diferentes países. Compitió por la URSS hasta 1992, por Uzbekistán entre 1993 y 2005, por Alemania desde 2006 hasta 2012 y de nuevo por Uzbekistán desde 2013 hasta su retirada.

Antes de los Juegos de Londres anunció que serían los últimos. Después se arrepintió y quiso volver a representar a su país de origen antes de despedirse. A lo que la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) le concedió en 2013 un cambio de nacionalidad para que compitiera en Río

No se conformó con esta participación: se clasificó para la final de salto, en la que se codeó con gimnastas veinte años menores, entre ellas la estadounidense Simone Biles. esta vez no tuvo duda alguna y adelantó que seguiría hasta Tokio 2020. 

La gimnasta española Marina González, con la que compartió subdivisión esta jornada en Tokio, destacó el poder de Chusovitina de «romper estereotipos».

«Demuestra que puedes ser alta, baja, joven, mayor y ser una buena gimnasta», dijo.

«La conozco desde que compito internacionalmente», añadió Roxana Popa. «Veremos si no se arrepiente y va a los Juegos de París», añadió.

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