Antes se llamaba caos

3 Min Lectura

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

Siempre hemos aceptado llamar caos a la confusión y el desorden. Antes del telescopio Web se decía que caos era el estado amorfo e indefinido que se supone existía antes de ordenarse el universo. 

Ahora una definición como la otra han pasado de moda. Tanto que hasta la teoría del big bang está siendo revaluada y en Colombia es tan grande y poroso, tan extendido, el desorden y el irrespeto que ni siquiera nos hemos querido dar cuenta que estamos a las puertas del caos.

Si alguien viera en el futuro a nuestro país por los días que antecedieron al 14 de febrero, día de San Valentín de este año, muy probablemente tendría que definirlos como el acercamiento mayúsculo a la situación límite, pero como también se nos olvida que aquí, al final de cuentas pasa de todo pero finalmente no pasa nada, el amontonamiento de circunstancias apenas si serán anecdóticas.

El paro con que amenazaron poner al país a enfrentar a Petro fue tan mal organizado, tan acéfalo y tan enredado como el mismo gobierno que pretendían criticar. Sólo fue digital. No se pusieron de acuerdo ni para la fecha. Asustaron con que era hoy 14 y después dijeron que era el domingo 12 a las 12 y salieron con un chorro de babas.

Su máximo éxito fue asustar a Petro, que para responder no usó el diálogo sino que organizó las marchas de apoyo para hoy, aunque dizque van a ser  también mañana. Mientras tanto las carreteras cerradas por cuatro gatos enfurecidos por problemas parroquiales, se siguen presentando por docenas. La autoridad no se ejerce y como tal, nada se respeta. El desorden y la desobediencia que se palpa en Cali, está contagiando a todo el país. 

Te gustaría leer también:  La Biblioteca Piloto se desmorona - Crónicas de Gardeazábal

La Policía está achicopalada. El ejército impedido de ser ejército por un decreto firmado a las carreras. La paz total es el desorden total. No importa entonces que se llenen las calles de gritos en favor o en contra del gobernante

Aquí nadie lidera nada y lo peor es que como se perdieron las ganas y no se vieron colas para comprar mercado, aceptamos acomodarnos a un remedo de la patria que tuvimos.

Cuadro de comentarios de Facebook
Comparte este artículo